ANDRES FONTANA *

Sin cambios en la región

En términos de la región, Brasil ha demostrado ser un país con un alto nivel de continuidad en su política exterior y en los objetivos a largo plazo, que cumple con un alto grado de éxito –en el estilo de ellos, es decir, sin discursos rimbombantes y sin anunciarlos antes de que ocurran–. Las elecciones no tienen una importancia muy grande en cuanto a los cambios en la política exterior. Brasil tiene objetivos globales, ejemplificados, por ejemplo, en su asociación con otros poderes, como India y Rusia. Además cuenta con una fuerte política africana. Brasilia tiene una influencia muy importante en el Africa subsahariana. Si consideramos su tamaño, su incidencia en la región ha sido menor de lo esperado en estos últimos años. Tiene objetivos persistentes, pero al igual que se le dice a Bush y a Estados Unidos, Brasil tampoco demuestra un gran fervor por la región e influye poco. Hoy quien tiene una política clara, específica y con recursos en la región es Venezuela. Caracas viene ocupando ese espacio con iniciativas, tiene una política y hay resultados. Venezuela trae los temas globales a la región. Brasil, en cambio, juega los temas globales fuera de la región. Parece que Brasil no tuviera nada que decir, ni siquiera compite con Venezuela por el liderazgo regional. Está ensimismado, en su política interna –sus escándalos, problemas sociales, las elecciones– y en sus objetivos globales. El gobierno de Fernando Henrique Cardoso tuvo más gestos hacia la región, pero no hay grandes cambios con la actualidad. Yo no creo que haya habido una gran diferencia entre Cardoso y Lula en cuanto al compromiso regional que demostraron. Pero así es Brasil. La forma como el país se ve a si mismo –una potencia que se ocupa de temas globales– es más fuerte que las elecciones. Creo que lo verdaderamente importante aquí es reconocer que la relación de Brasil con la región no se modificará por un cambio electoral o por alteraciones en la política interna del país.

* Especialista en Seguridad Internacional.

LUIZ HERNANDEZ NAVARRO *

Sigue la izquierda

De acuerdo con el diario The Wall Street Journal, el reciente crecimiento de las intenciones de voto de Alckmin en los sondeos de opinión en Brasil “es una señal de un cambio en las tendencias políticas en América latina. Las victorias de un candidato centrista en Perú y de otro conservador en México cambian la situación después de cuatro años de predominio de los candidatos de izquierda en las urnas”. Este mismo análisis fue hecho en las filas del Partido de Acción Nacional (PAN). Aseguraba que el triunfo de Felipe Calderón en México contrabalanceaba el péndulo político, que antes se movía para el lado de la elección de candidatos de centroizquierda en América del Sur. Lo cierto es que, a pesar de la moderación de su gobierno, la victoria de Lula cuatro años atrás cambió drásticamente el mapa geopolítico de la región. El conflicto con Evo Morales, por causa del gas boliviano, habría asumido un tono mucho más beligerante que el actual. El Mercado Común (Mercosur) sería un proyecto aún más limitado. América latina no sería, en suma, un frente de preocupación cada vez mayor como lo es ahora para Estados Unidos. Una hipotética victoria de los opositores de Lula jugaría a favor de ese proceso –para nada silencioso– de cambio de correlación de fuerzas regionales más cercanas a las causas progresistas. No es rara, por lo tanto, la celebración de la derecha ante la posibilidad de un triunfo de ese sector en Brasil. Tampoco es raro que hoy quieran presentarlo a Lula como un político mesiánico, populista y autoritario; todas expresiones con las que la prensa conservadora pretende desautorizar a los políticos progresistas. Pero, lamentablemente para ella, el movimiento de ese péndulo a favor de la izquierda no parece haber llegado a su fin. Por el contrario, en América latina, los vientos de izquierda continúan soplando.

* Editor del diario mexicano La Jornada. De Carta Maior de Brasil. Especial para Página/12.