EL PAíS › LA INVESTIGACION QUE ADELANTO AYER PáGINA/12 EN EXCLUSIVA

El vínculo narco policial

La pesquisa realizada por la Policía de Seguridad Aeroportuaria mostró cómo operan las redes del narcotráfico en Santa Fe y puso en evidencia la relación del comisario Hugo Tognoli con el narcotraficante Carlos Ascaini.

 Por Raúl Kollmann

El texto, con fecha 21 de septiembre, entregado a la fiscal Liliana Bettiolo, dice taxativamente, en su último párrafo: “Teniendo en cuenta la información resumida en estos puntos, se reafirma el estrecho vínculo que sostiene el narcotraficante Carlos Andrés Ascaini con el jefe de la Policía de la Provincia de Santa Fe, comisario general Hugo Damián Tognoli, para la connivencia y o tolerancia de los delitos tipificados por la ley de estupefacientes”. El sello indica la hora de recepción, las 9.45, y el escrito constituye el pedido de detención de Tognoli y las solicitudes de allanamiento de su domicilio privado y su despacho. Todos estos elementos, adelantados ayer por Página/12 en exclusiva, provocaron conmoción en Santa Fe, la renuncia de Tognoli y, ya a la noche, la orden de captura.

La investigación que presentó la PSA –iniciada el año pasado por pedido de la fiscalía– resume las pruebas sobre las redes de narcotráfico en Santa Fe. Este diario reveló ayer los principales detalles:

- Que policías custodiaban una red de kioscos en que encerraban durante 24 horas a chicos de 14 o 15 años en pequeños cuartuchos y los tenían ese tiempo vendiendo drogas a través de un pequeño orificio. Había policías que incluso eran los que traían la droga para reponer cuando se acababa.

- En una causa de trata de mujeres, el dueño de un prostíbulo se comunicó con un comisario mayor preguntándole con quién debía arreglar para vender cocaína en su local. La respuesta, por mensaje de texto, decía “directo con Tognoli, 30.000”. Por supuesto 30.000 pesos por mes.

- Cuando la PSA empezó a investigar al narco Ascaini, un policía le avisa que autos desconocidos lo están merodeando. La PSA allana su propiedad y se encuentra con un mate todavía caliente. Alguien le había avisado. Se verifica luego que Tognoli entró con su código y su clave personal al archivo del Registro de la Propiedad del Automotor para identificar los vehículos de la PSA que cercaban a Ascaini. Tognoli argumentó ayer que le dio el código y la clave a un subalterno.

- Un grupo de policías obtuvo el dato sobre La Cueva, un departamento en el que un narco, Ignacio Actis Caporale, alias Nacho u Ojito, guardaba cocaína y dinero. Los policías no hicieron un procedimiento, sino que asaltaron el departamento, llevándose todo lo que había. Al día siguiente, Ojito sospechó que quien “entregó” el dato fue un hombre de su propia banda: El Pelado. En las escuchas que están en la causa, se oye a un cómplice de Ojito diciéndole: “Estoy todo manchado de sangre de pegarle a éste”. De acuerdo con la investigación, El Pelado fue interceptado por un grupo de policías que lo entregaron a los narcos en un galpón, donde le dieron la golpiza. Al final, su padre entregó un auto para que lo soltaran.

- Ese mismo narco, Ojito, hoy prófugo, fue interceptado por un patrullero. Pese a ello, pudo huir. En las escuchas consta una negociación entre Ojito y policías de la comisaría 18ª para que le devolvieran el Audi que le secuestraron. Intentaron fraguar un procedimiento según el cual el Audi no fue interceptado por un caso de drogas, sino que los que iban en el vehículo eran víctimas de un secuestro.

Estas evidencias y otras muchas llevaron al pedido de detención que formuló la PSA. En una escucha, el narco Ascaini apareció diciéndoles a los integrantes de su banda: “Trabajen tranquilos. Si hay algún problema con la gorra (la policía), lo arreglo con un llamado”.

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El ex jefe de la Policía santafesina, Hugo Damián Tognoli.
 
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