Científicos, investigadores y técnicos, incluidos autoridades del Conicet, la Conae y el Instituto Gino Germani, expusieron durante una actividad pública en Parque Lezama sobre logros en materia de desarrollo en ciencia y tecnología y manifestaron su apoyo a la fórmula Daniel Scioli-Carlos Zannini para garantizar la continuidad de las políticas implementadas en la última década. Durante la jornada se anunció que el viernes próximo, convocados por el consejo directivo de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, los científicos lavarán platos como propuso en su momento el ex ministro Domingo Cavallo para repudiar declaraciones de Mauricio Macri sobre el “despilfarro” que para el candidato de Cambiemos implica la soberanía tecnológica y de telecomunicaciones.

Roberto Salvarezza, presidente del Conicet, recordó la nula inversión en los ‘90, cuando “las discusiones puertas adentro eran cómo pagar la luz y el agua”, y situó en 2004 “el comienzo de la recuperación, cuando se entregaron más de 1400 becas y se comenzaron a incorporar investigadores a planta permanente”. “No se elige entre dos candidatos sino entre dos modelos de país”, destacó Salvarezza. Contrapuso el país agroexportador que prioriza el sistema financiero y “el país tecnológico e industrializado que sí necesita ciencia y tecnología”. “No sólo el Conicet, también el INTI, el INTA, la Conea, todos multiplicamos por veinte el presupuesto”, enfatizó. “¿Esto es la campaña del miedo? Miedo da escuchar que ‘gastar en satélites no tiene sentido’”, dijo Salvarezza, y recordó que la ciudad que gobierna Macri “desconoce su propia ley de ciencia y tecnología”. Para ejemplificar los efectos de las políticas neoliberales en esas áreas mencionó una nota reciente de El País de España que informó que “el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Conicet español, perdió 4000 empleados en los últimos años, en su mayoría investigadores jóvenes. No es miedo, es realidad”, advirtió. “Un país soberano necesita dominar las tecnologías: de comunicaciones, alimentos, energía. O se desarrolla o depende del conocimiento externo”, dijo.

Guillermo Rus, vicepresidente de Arsat, destacó la articulación en materia de desarrollo satelital con el Invap y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) y planteó la necesidad de “desarticular la estrategia de hablar sobre la nada, la alegría, cosas abstractas porque ellos despolitizan todo”. Recordó frases despectivas de Macri frente a los avances científicos y se explayó sobre tres proyectos de Arsat: los satélites, la Televisión Digital Abierta (TDA) y la Red Federal de Fibra Optica. Para dimensionar la importancia que Cambiemos le asigna a la televisión digital propuso observar la programación del canal de la Ciudad. “No existe”, resumió. Sobre fibra óptica, destacó que “llegamos a todo el país, a localidades nada rentables como Gobernador Gregores, mientras Buenos Aires es el coto de Cablevisión y si un operador quiere entrar le dicen que tiene que enterrar los cables, obligación que Cablevisión no tiene y que cuesta una fortuna”. Félix Menicocci, secretario de la Conae, explicó que “se trabaja en dos proyectos: un satélite para la radarización del país y en nuestro propio lanzador para ponerlos en el espacio”. “Somos el único país de América latina que desarrolla satélites en su totalidad y pronto vamos a tener lanzador. Vamos a hacer una prueba en Punta Indio, y la base (definitiva) estará en Punta Alta”, precisó.

“Se nos dio la oportunidad de hacer ciencia para la gente”, contó Celeste Saulo, directora del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), que cuenta con 1200 trabajadores. “Cavallo nos mandó a lavar platos”, recordó, y desmenuzó el trabajo del SMN. La investigadora Carolina Vera, que ofició de presentadora, explicó que la meteorología es “estratégica para el desarrollo sustentable” y citó usos varios como la protección de cultivos, la industria, el turismo, las actividades pesqueras o aeronáuticas.

Dora Barrancos, directora del Conicet, recordó que la célebre frase de Cavallo sobre “lavar platos” fue para la socióloga Susana Torrado “porque había investigado el impacto de las políticas neoliberales”.

–¡Y porque es mujer! –agregaron dos señoras a coro.

Graciela Morgade, decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, marcó “el desafío de profundizar la inserción de los sectores más humildes en las universidades”, advirtió que “inclusión y calidad no son opuestos”, destacó la inversión del kirchnerismo en educación y la instalación de “un proyecto político ideológico”. “Eso lo tenemos que defender”, planteó.

Carolina Mera, directora del Instituto Gino Germani, destacó que “las ciencias sociales son fundamentales” y señaló aportes en la sanción de leyes para reconocer derechos como las de migraciones, matrimonio igualitario, igualdad de género, muerte digna y fertilización asistida. “Apoyemos abiertamente a Scioli-Zannini, no sólo contra Macri”, propuso.

El físico Juan Pablo Paz, que el viernes recibió el premio Investigador de la Nación, se ofreció a hablar más tarde de física cuántica y prefirió arrancar con una certeza: “un físico puede no trabajar”. “Fui testigo de cómo generaciones enteras de científicos se iban del país en 2001, 2002 y antes. Para qué me voy a recibir, decían. Hoy se forman más físicos que nunca y no hay desocupación de egresados de ciencias exactas”, celebró. Después contó que “lo que más me alegró del premio fue el contexto”, en referencia a la segunda etapa del Polo Científico Tecnológico. Destacó que era el producto del trabajo de los últimos doce años y que “sus hijos y sus nietos lo van a disfrutar”. “Pero visítenlo después del 22 de noviembre”, propuso. “Ahora hay que salir a ganar cada voto para poder seguir adelante”, concluyó.