Jueves, 7 de enero de 2016 | Hoy
EL PAíS › DETUVIERON A SUPUESTOS COMPLICES DE LOS PROFUGOS DE GENERAL ALVEAR
En Chascomús fue detenido el dueño de una panadería, por cuya quinta podrían haber pasado los condenados por el triple crimen. También fue apresado un taxista en Misiones. La vendedora de drogas detenida antenoche no estaría relacionada con el caso.
Por Raúl Kollmann
La investigación de la triple fuga del penal de General Alvear se centró ayer en una quinta de Chascomús, propiedad de un panadero. El viceministro de Seguridad de la Nación, Eugenio Burzaco, dijo públicamente que el dueño de la panadería, Rubén Lorenzetti, está imputado por haber colaborado con la fuga de Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci. Anoche no quedó claro si la quinta se usó sólo para cambiarle las patentes a la camioneta Ford Ranger o si los prófugos estuvieron allí escondidos. Lo cierto es que hasta el cierre de esta edición, la pista no condujo a la recaptura de los tres condenados que cumplen así once días de escape y todavía habrá que probar que en la quinta de Chascomús ocurrió algo de lo que se dice que ocurrió. Página/12 adelantó ayer que quienes conocen a los Lanatta diagnostican que los prófugos están quietos en algún campo o quinta de los municipios cercanos al conurbano bonaerense, pero por ahora el lugar no pudo ser detectado. En paralelo a los operativos de Chascomús –donde apresaron a Lorenzetti y su socio en la panadería–, se produjeron otras dos detenciones sobre las que hay escasas esperanzas: un remisero en Misiones y una dealer de paco en Ciudad Oculta.
Los allanamientos de ayer se hicieron por orden del fiscal Mariano Sibuet, que investiga el tiroteo de Ranchos. Según parece, los investigadores partieron de una revisión de las denuncias por robos de camionetas Ranger y encontraron que una similar a la del tiroteo fue sustraída en La Plata el día 28 de diciembre, en la jornada siguiente a la fuga. No se sabe cómo, vincularon ese robo con la quinta de la calle Campaña del Desierto, en Chascomús. Allí –dicen oficialmente las autoridades bonaerenses– estuvo el grupo que lidera Martín Lanatta. El lugar no es muy aislado, de manera que de las quintas circundantes se ven los movimientos. No parece un escondite adecuado y tampoco encaja que el dueño de una panadería, con varias propiedades, se involucre en una fuga de tres condenados a cadena perpetua. No obstante, los investigadores están convencidos de que la camioneta e incluso los prófugos estuvieron en esa propiedad entre el 28, o sea la noche posterior al robo de la camioneta, y el 31 de diciembre, el día en que, a la madrugada, se produjo el ataque a los dos policías bonaerenses que estaban haciendo guardia en la ruta 20.
De manera extraoficial se hizo trascender anoche que en la quinta se encontraron elementos para cambiar los números de un motor o de los vidrios de un vehículo. Eso por sí mismo no lleva a una vinculación con los escapados, pero después del procedimiento se adivinaba más optimismo en la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y su segundo, Burzaco. “Esto tiene más color”, argumentaban.
Este diario trazó ayer un panorama de lo que sostienen quienes conocen bien al trío fugado. Afirman que después de incursionar en los primeros días en Quilmes, Berazategui y Florencio Varela, recogiendo dinero, vehículos y armas, los prófugos se guardaron en un campo o quinta, probablemente de alguien conocido y vinculado al mundo del delito. Martín Lanatta fue gestor de permisos de armas en el Renar y por lo tanto tiene vínculo con personas que se dedican a la caza y al tiro. Se dice que en la zona de Chascomús hay mucha actividad de caza furtiva y prácticas de tiro. De manera que el lugar de búsqueda no parece descabellado, aunque la realidad es que los prófugos siguen sin aparecer. Desde el punto de vista de la pesquisa, si estuvieron allí, las fuerzas de seguridad llegaron tarde a buscarlos.
Tal como adelantó este diario, la detención de una mujer en Ciudad Oculta no parece tener ningún vínculo con la fuga. A Laura Barboza le encontraron 200 dosis de paco, algo de cocaína, una balanza y dinero. Por ello, el juez federal Sergio Torres la indagará por la droga, pero no le acercaron ni la más mínima prueba respecto del escape de General Alvear. A simple vista, la humilde vivienda allanada es el lugar más inadecuado para que el trío se esconda. Está en un barrio de Villa Lugano, de calles estrechas, donde es conocido que circulan los informantes policiales. Es decir que los prófugos debían cruzar a un territorio en el que juegan de visitantes, como la Capital Federal, y aun barrio en el que no tardarían en ser descubiertos.
En la capital misionera, Posadas, fue detenido ayer el taxista bonaerense Rodolfo Garibaldi. No se conocen las evidencias por las cuales se imputa a Garibaldi por el supuesto traslado de los tres prófugos hacia Paraguay en su vehículo VW Fox. Desde Migraciones indicaron que no hay registros de que el auto haya cruzado al país vecino, por lo que la sospecha pasó a ser que Garibaldi llevo a los prófugos hasta Misiones y después ellos cruzaron de alguna manera. En el vecino país se disparó un alerta.
Parece bastante improbable que el trío fugado de General Alvear se haya decidido a cruzar el país en estos días calientes. Y menos todavía que confiaran la travesía a un remisero en lugar de manejar ellos mismos. La idea de que cuatro hombres recorrieron la Argentina justo cuando la búsqueda de los prófugos es más intensa que nunca parece poco razonable, pero no sería la cosa más asombrosa ocurrida en este caso.
Garibaldi será trasladado hoy a Azul para ser indagado por el fiscal Cristian Citterio, quien tiene a su cargo la investigación de la fuga del penal.
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