El canciller Jorge Taiana logró avisarle a Cristina Fernández unos minutos antes de la cena de gala con los reyes de España: Barack Obama finalmente le había escrito una carta. En esas líneas, el presidente estadounidense le agradeció de un modo cordial y ceremonioso sus felicitaciones por los resultados de la elección y adelantó que ambos tienen por delante “una variedad de desafíos” para “enfrentar juntos”. Cristina no leyó el contenido de la carta hasta terminada la cena, y aunque no esperaba una carta, sino una llamada telefónica, en el Gobierno le agradecieron el gesto. Hillary Clinton le envió su propia carta a Taiana, de canciller a canciller.

“Estimada señora presidenta”, comienza la carta. “Le hago llegar mi agradecimiento por las felicitaciones que me enviara con motivo de mi elección como presidente de los Estados Unidos. Aprecio mucho su profundo mensaje. Tenemos por delante una variedad de desa-fíos que creo que podremos enfrentar mejor juntos, pero también tenemos oportunidades sumamente importantes que de ser encarados con eficiencia pueden hacer prosperar los objetivos de nuestra alianza”. Agregó además que “estoy seguro de que podremos trabajar juntamente con un espíritu de paz y de amistad para construir un mundo más seguro durante los próximos cuatro años.” Y saludó.

Tanto esa carta como la de Hillary llegaron temprano por partida doble a la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires. Desde allí, el embajador Earl Wayne en persona las entregó en Cancillería y de Cancillería enviaron dos copias hacia España, donde la Presidenta terminaba la primera visita oficial.

Antes de la cena de gala con el rey Juan Carlos y Sofía, Taiana tuvo tiempo sólo de adelantarle la noticia. Y hasta que la Presidenta no leyó la carta ninguno de los funcionarios de Cancillería aventuró ninguna evaluación del mensaje, a la espera de su interpretación. Cristina se había comunicado con Obama ya una vez, el 18 de noviembre pasado, cuando él había ganado las presidenciales. Pero después de la asunción, Obama habló con otros presidentes del Cono Sur, como Lula da Silva, de Brasil y Michelle Bachelet, de Chile. Por esa razón desde hace varias semanas en el Gobierno esperaban un llamado. Durante estos días, se dijo que hasta el embajador Hector Timerman hizo gestiones para que esa comunicación apareciera. Por eso el Gobierno tomó el mensaje con agrado.

“Es una buena señal”, opinó un alto funcionario de Cancillería. “Lo veo como un mensaje positivo, y creo que el medio utilizado, sea una llamada o una carta, en realidad es una cosa secundaria. Hay que darle tiempo al tiempo, calma. Los Estados Unidos tienen una pelea muy fuerte con su propio Congreso, o sea que en ese contexto lo latinoamericano es verdaderamente secundario.”