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–¿Playa o sierra?

–A mí me gusta más la playa porque en los pocos días que uno se toma de vacaciones, mirar la inmensidad del mar me fortalece el espíritu y además aprovecho para hacer un poco más de deporte.

–¿Qué hace durante las vacaciones?

–Nado, algo que no puedo hacer durante el año. Y además es un momento para leer mucho.

–¿Qué leyó en estas vacaciones?

–Releí después de 25 años Conversación en la Catedral, de Mario Vargas Llosa; El último encuentro, de Sándor Márai, y Un hombre en la oscuridad, de Paul Auster, que no me gustó la traducción que usaron.

–¿Las olas las pasa por abajo o por arriba?

–(Se ríe.) Antes las pasaba por arriba, pero ahora, por un problema en el brazo, las paso por abajo.

–¿Con la familia cómo hizo?

–Me fui con mi pareja. Mis hijos ya están grandes, así que cada uno rumbeó para su lado.

–¿Y con los celulares?

–No los apago. Me mantengo siempre en contacto.

–¿Cuál es su secreto para el asado?

–El secreto está en tener una buena cantidad de fuego. A mí me resulta más fácil prenderlo arriba de la parrilla y después bajarlo. Hay que hacerlo a fuego lento para que no se arrebate y tener siempre una buena reserva. Prefiero ser previsor.