EL PAíS › LOS CONSEJOS QUE SE DEBEN TENER EN CUENTA

“Hay que usar espiral y repelente”

La fiebre del dengue podría confundirse con la de una gripe. Pero no viene acompañada de tos, resfrío, estornudo y congestión. Lo que particulariza a la fiebre del dengue es que también se siente un intenso dolor de huesos. Son los síntomas suficientes para que, si se quiere evitar que la enfermedad se expanda, conviene visitar al médico, urgente. Esta descripción y los consejos subsiguientes fueron dados ayer a Página/12 por Mario Masana Wilson, director de Epidemiología del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, donde acaban de confirmarse los tres primeros casos de dengue autóctono.

Los casos no parecían alarmar a Masana Wilson, quien siguió de cerca la suerte de esos doce pacientes de los que se sospechaba que podrían haberse contagiado dengue en la provincia. Ante un positivo, sea importado o autóctono, la guía oficial para el equipo de salud recomienda informar al paciente, a los familiares y a la comunidad. Y establece que el paciente debe ser aislado del mosquito hasta que se le pase la fiebre, que marca el fin del período de contagio.

Tres fueron los casos positivos que surgieron tras los análisis decisivos, hechos en el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas Julio Maiztegui, en Pergamino. El ministro de Salud bonaerense, Claudio Zin, admitió que la zona del conurbano bonaerense “es claramente más complicada, porque en los barrios el cacharro forma parte del paisaje urbano de las casas, de los patios, y la gente no lo reconoce como un potencial criadero de mosquitos”. Sin embargo, el propio Zin dijo que “el impacto epidemiológico es todavía muy bajo” en esa provincia.

–¿Qué significa un “bajo impacto”? –preguntó este diario a Masana Wilson.

–Para empezar, hay que aclarar que en todos los casos que aparecieron siempre se los atendió bajo la hipótesis de que eran autóctonos, como si se lo hubieran contagiado acá. Por eso se hizo un control de foco, esto quiere decir que se fumigó la casa y las manzanas de alrededor. Y se decacharró la zona.

–¿Hubo alguna zona donde se fumigó más?

–No. Se fumigó en los lugares de donde provenían los pacientes. Es más, los casos autóctonos son de zonas alejadas entre sí. No cambia nada con la confirmación porque ya veníamos trabajando. Si uno ve el mapa de la epidemia, los casos que ocurrieron en la provincia son pocos.

–¿Los pacientes debieron ser aislados?

–Sólo cuando hizo falta, como parte del tratamiento, hasta que se les pasó la fiebre porque es el período de contagio. La fiebre a lo sumo puede durar una semana.

–¿Qué más falta para asegurar que no se expanda la enfermedad?

–Lo central es erradicar el mosquito. Fumigar y descacharrar. Y por supuesto, las medidas de prevención con las que ya venimos insistiendo: usar espirales o venenos contra mosquitos y ponerse repelente. Por eso digo que en verdad no cambia nada, hay que tener más cuidado.

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