EL PAíS › KIRCHNER TUVO UNA EXTENSA CHARLA CON EL COLOMBIANO

Una conversación con Uribe

 Por Eduardo Febbro

Desde Villavicencio

Los retrasos motivaron múltiples versiones que circularon ayer temprano en el Hotel Meliá de Caracas, donde estaban alojados el ex presidente Néstor Kirchner y el resto de los comisionados. Una de las versiones aseguraba que todo el armado del operativo se había caído y que Kirchner quería volver a Buenos Aires. Entonces llegó a paso rápido el canciller venezolano Nicolás Maduro con una camisa roja por fuera del pantalón y hablando por celular como para no hacer declaraciones. Finalmente, los rumores se comprobaron infundados. Por esos momentos, Kirchner mantenía una extensa conversación telefónica con el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, quien le aseguró que haría lo posible para que el trabajo se concrete con éxito. También le comentó sus puntos de vista sobre la “gestión humanitaria”, ideas que dejaron en la comitiva argentina la sensación de que es muy diferente la manera de analizar la situación para quien lo hace con la lógica de una guerra.

Sin ir más lejos, en la delegación argentina aseguraban que en las últimas horas el ejército colombiano había realizado operativos en la zona donde supuestamente se liberarán los rehenes, en una señal amenazante. Desde el viernes a las 19, Uribe declaró un alto el fuego para facilitar la gestión.

Es la rutina de un conflicto vitalicio que no se alteró por una gestión en la que intervienen los principales países de la región y que tal vez marque el inicio de una época distinta en Colombia. Los razonamientos que Kirchner escuchó de parte de Uribe, lo mostraron como si estuviera enfrentado a un tablero militar, midiendo las fuerzas que se encolumnaban en cada lado. “Es muy difícil avanzar en un diálogo de paz si pensás con una lógica de combate. Nosotros, los argentinos, tenemos una historia de violencia que nos hizo cambiar la mentalidad. Ellos no, no tienen miedo de decir que van a atacar tal o cual cosa”, comentó el ex presidente, bastante asombrado, según el relato que hacía una fuente de la comitiva.

Así se entienden las palabras del ex presidente ayer en el Aeropuerto de Villavicencio cuando encontraba en este caso un elemento apropiado para “que la conducción política reemplace a otras fuerzas”. Era una referencia a las palabras con olor a pólvora de Uribe, que no por nada se considera a sí mismo “un combatiente”. El padre del presidente de Colombia fue asesinado por la guerrilla.

En las charlas previas al operativo, en la comitiva argentina temían por la actitud de Uribe en el caso, dado que le había advertido a la presidenta Cristina Fernández que “esto podría no funcionar”. En esas charlas previas, hasta habían imaginado una posible provocación de parte de algunos de los grupos paramilitares que también pululan por la región. Después de la conversación de Kirchner con Uribe, en la comitiva argentina se quitaron los temores de un boicot por parte de las autoridades colombianas. En cambio, les quedó una sensación pesimista sobre las posibilidades de que la liberación de los rehenes que podría darse hoy sea el comienzo de un proceso de paz más amplio, que contemple gestos generosos en el cambio de rehenes por prisioneros.

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