La Justicia Civil condenó al Estado a pagar 620 mil pesos más intereses de una década a los familiares de Maximiliano Tasca y Cristian Gómez, de 23 y 25 años, respectivamente, asesinados por el policía federal Juan de Dios Velaztiqui el 29 de diciembre de 2001, en los convulsionados días que siguieron a la caída del gobierno de Fernando de la Rúa.

Velaztiqui fue condenado a prisión perpetua por el asesinato de esos dos jóvenes y de un tercero, Adrián Matassa, cuyos familiares formularon un reclamo civil en otro expediente. El episodio fue conocido mediáticamente como “la masacre de Floresta”.

El 29 de diciembre de 2001, en la estación de servicio ubicada en la esquina de avenida Gaona y la calle Bahía Blanca, Velaztiqui –que cumplía funciones como policía adicional– asesinó a los tres jóvenes, ofuscado porque festejaban una imagen televisiva que mostraba cómo era golpeado un policía durante los disturbios en Plaza de Mayo de aquel momento.

Velaztiqui fue condenado el 10 de marzo de 2003 por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 13 y la sentencia fue confirmada un año después por la Cámara Nacional de Casación Penal.

Ahora, en el juicio civil, el juez subrogante Raúl Tettamanti determinó que la estación de servicio donde ocurrieron los hechos había solicitado mediante una nota a la Policía Federal la asignación de un oficial para la “vigilancia”, habida cuenta de los saqueos que proliferaban en la época.

Del fallo se desprende que fue la policía la que determinó quién iba a cumplir esa función, que era su dependiente y que ambos –empleador y empleado– tenían la responsabilidad absoluta por lo ocurrido. El juez Tettamanti desvinculó de la responsabilidad civil a la estación de servicio.