SOCIEDAD › UN TESTIGO COMPROMETIó A LA POLICíA EN EL CASO CARBALLO

Jaque a la versión oficial

Un joven declaró ante la Justicia que vio al chico golpeado antes del recital de Viejas Locas, que avisó a la policía y que fue levantado en un patrullero. Rubén Carballo apareció horas después, a 150 metros de allí. Murió tras 23 días de agonía.

Un testigo de identidad reservada aportó nuevos datos a la causa sobre la muerte de Rubén Carballo, el joven de 17 años que falleció como consecuencia de las lesiones que recibió la noche del recital de Viejas Locas en el estadio de Vélez Sársfield, al que pretendía ingresar. El testigo, de 17 años, declaró ante la Justicia que vio a Rubén desmayado en la puerta 15 del estadio, sobre la curva de la calle Reservistas Argentinos, a unos 150 metros de donde fue encontrado finalmente, y avisó a un policía para que lo recogiera. Luego pudo observar cómo dos efectivos introdujeron a Rubén dentro de un patrullero, explicó el padre de la víctima, Rubén Carballo, en una conferencia de prensa realizada ayer en el salón José Luis Cabezas de la Cámara de Diputados de la Nación. El chico, con un severo traumatismo de cráneo, falleció después de estar durante 23 días en coma, el 8 de diciembre último.

El hecho que se investiga ocurrió el 14 de noviembre último, cuando en Vélez se desarrollaba un recital del grupo de rock Viejas Locas. Esa noche, las inmediaciones del club fueron el escenario de una violenta represión por parte de la Policía Federal, que lanzó gases, balas de goma y utilizó palos y camiones hidrantes para dispersar al público, dejando un saldo de 30 heridos y 44 detenidos. La mayoría de ellos, adolescentes y jóvenes. Rubén Carballo, de 17 años, fue encontrado inconsciente al otro día dentro del club Unión Ferroviaria, un predio lindero al estadio, con su entrada del recital en uno de sus bolsillos.

La Justicia investiga dos hipótesis sobre lo que sucedió ese día. Por un lado, la versión policial sostiene que el chico se fracturó el cráneo al caer contra el piso, luego de saltar desde la autopista Perito Moreno hacia un predio lindero a Vélez Sársfield, es decir que habría saltado desde unos 9 metros de altura. Según ese argumento, la desesperación de Rubén por intentar ingresar lo habría impulsado a tirarse hacia una red ubicada en el terreno contiguo a la cancha, que le hubiera permitido acceder a su destino. “Mi hijo tenía una fisura en el cráneo en forma de ‘V’, señal de que recibió dos palazos en la cabeza. La hipótesis de la caída no cierra, porque un cuerpo que se cae desde esa altura se rompe todo”, aseguró Carballo.

La hipótesis de la familia tiene en la mira a efectivos de la Policía Federal, a los que acusan no sólo de ser los responsables de los golpes que sufrió Rubén, sino del delito de “abandono de persona”. “El abandono fue tanto o más grave que la golpiza misma, porque quien lo dejó tirado sabía que así no tenía chances de sobrevivir”, aseguró durante la conferencia el abogado de la familia, Eduardo Azcuy.

El pasado 17 de marzo declaró ante la Justicia un joven de 17 años que se convirtió en un testigo clave para la hipótesis que sostiene la familia. La declaración, “juntamente con el informe médico, da por tierra con la versión de la caída”, afirmó Azcuy. “El chico dijo que vio a Rubén tirado e inconsciente en la puerta 15 del estadio de Vélez –a 150 metros de donde lo encontrarían al día siguiente al recital–. Escuchó que le sonaba el celular. Avisó a un policía y junto a otro lo introdujeron dentro de un patrullero”, explicó Carballo.

Según Azcuy, si bien “las pericias médicas habían indicado que era difícil que se tratara de una caída, no habían sido determinantes. Por eso, este testimonio es fundamental para comprobar que el argumento policial se desvanece”.

La causa, caratulada como “muerte dudosa”, está siendo investigada por la Fiscalía de Instrucción Nº 2, a cargo de Lucio Herrera, un nuevo fiscal designado. Según el padre de la víctima, “es rarísimo el cambio de fiscal porque el anterior (Eduardo Cubría) estaba trabajando muy bien”. La familia espera que con la declaración del reciente testigo del caso pueda investigarse como “lesiones graves, abandono de persona y homicidio”, informó el abogado.

Además, Carballo afirmó que tiene identificado al policía que le pegó a su hijo, gracias a un llamado anónimo que recibió a fines de noviembre. El nombre fue resguardado, debido a que “aún falta demostrarlo ante la Justicia”, afirmó. A la presentación asistieron diputados, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara baja, Victoria Donda, y familiares de las víctimas del gatillo fácil que exigieron: “Justicia para terminar con la impunidad que mata a los jóvenes”.

Informe: Rocío Ilama.

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El padre de Rubén Carballo refutó la versión policial de que su hijo cayó desde la autopista.
Imagen: DYN
 
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