SOCIEDAD › PRIMERO CHOCO EL PATRULLERO Y DESPUES ESTALLO LA AMBULANCIA

El juego del destino es juego sucio

En Córdoba, un patrullero chocó. La ambulancia que trasladaba a los uniformados estalló. Una mujer policía murió. Dos heridos muy graves.

Faltaban diez minutos para el mediodía. En la esquina de Tulumba y Entre Ríos, en el barrio cordobés de Miralta, una camioneta policial del CAP (Comando de Acción Preventiva), que se dirigía hacia un tiroteo a pocas cuadras de allí, chocó con un colectivo de la línea Central E y rebotó contra una pequeña pared de ladrillos, en la entrada de una vivienda. En ese momento no hubo heridos de gravedad ni grandes daños. Apenas cuatro pasajeros del ómnibus y los dos policías que viajaban en la camioneta, un hombre y una mujer. Para asistirlos llegaron dos ambulancias: una se quedó con los pasajeros del micro; otra, del Servicio de Emergencias Municipal de la ciudad, el 107, trasladó a los dos oficiales hacia el hospital Córdoba, sólo para someterlos a observación. En el camino, el destino tiró sus redes: la ambulancia que transportaba a los policías estalló sin previo aviso. Según testigos, aparecieron llamas en la parte de atrás de la camioneta, debajo del chasis, y en segundos, por la explosión el vehículo, se despanzurraba como si hubiera pasado por un abrelatas. La mujer policía murió en el acto, mientras que el oficial, la enfermera y el médico se encuentran en grave estado. El chofer ya fue dado de alta.

La explosión ocurrió en la calle Amadeo Sabattini al 3600. Aún no se sabe qué pudo haber ocasionado el fuego inicial, ese que dice haber visto minutos antes del estallido final el oficial del CAP Rodrigo López, de 24 años, quien viajaba en el asiento del acompañante junto al chofer. Los peritos analizan si las llamas alcanzaron el tubo de oxígeno que llevaba la ambulancia y que, en segundos, la carrocería quedó abierta como si hubiera pasado por un abrelatas y envuelta en llamas.

La mujer policía, María José Padilla, de 30 años, viajaba en la parte trasera junto con la enfermera Ada Camozzi y el médico de la unidad Gustavo Botta, que la atendían en los primeros auxilios. Tanto López como Padilla se encontraban, en ese momento, relativamente bien, con algunas heridas o traumatismos, pequeños golpes y raspones producto del choque con el micro. Nada de gravedad. Hasta que todo estalló por los aires. Los tres heridos (el oficial, la enfermera y el médico) fueron trasladados al Instituto del Quemado, todos con heridas severas y pronóstico reservado, mientras el chofer, Rubén Peralta, sufrió lesiones menores y fue atendido en el Hospital de Urgencias. Minutos después fue dado de alta.

El principal testigo del episodio fue un taxista, de nombre Carlos, quien aseguró que había dado paso a la ambulancia al escuchar la sirena; dijo que la vio detenerse unos metros más adelante y que en ese momento “se abrió la puerta delantera y de inmediato salió una gran llamarada, a la que siguió una fuerte explosión en la parte trasera”. El oficial López, que viajaba adelante, según una versión policial, vio una llamarada en la parte de atrás y le avisó al chofer. Este detuvo la camioneta y atinó a bajar, pero allí fue cuando se produjo el sorpresivo estallido.

Por su parte, el médico Carlos Simmons, director del Instituto del Quemado, informó que los tres heridos internados en ese centro asistencial “están en terapia intensiva, sumamente graves, con quemaduras extensas y en la vía aérea y están entubados, con pronósticos reservados”. El médico tiene más del 80 por ciento del cuerpo quemado, la enfermera el 35, y el policía, más del 70 por ciento.

Aunque se supone que el vehículo pudo haber estallado por el tubo de oxígeno, para el subdirector de emergencias de la Municipalidad, Marcelo Gómez, “no se explica cómo sucedió el accidente”. “Sabemos que la ambulancia, por causas que desconocemos totalmente, se prendió fuego, prácticamente en tipo explosión, con el lamentable saldo de tener a compañeros en grave estado”, expresó el funcionario.

Gómez agregó que “nunca se ha visto una cosa así, como esa tremenda explosión”, y señaló que la unidad, “relativamente nueva, tenía todo su equipo nuevo y correspondía a una de las últimas adquisiciones” de la Municipalidad de la capital cordobesa. Por su parte, el jefe de la policía, comisario mayor Daniel Palacios, apuntó que “aún no se sabe qué originó la explosión. Hay que dejar que trabajen los peritos”.

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La ambulancia destartalada después de la terrible explosión que provocó la muerte de María Padilla.
 
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