SOCIEDAD › EL FUEGO DESTRUYO UNA ESCUELA EN LA ANTARTIDA

Incendio en la Base Esperanza

Los alumnos de la Base Esperanza, emplazada en el extremo nordeste de la Antártida Argentina, se quedaron sin escuela. La edificación donde Karina y Marcelo dictaban clases todos los días ya no existe: el fuego lo destruyó por completo. Las consecuencias no fueron más graves porque los chicos estaban en sus casas por las vacaciones de invierno. Una falla en el sistema de calefacción sería la causa del siniestro.

El episodio ocurrió el sábado pasado por la tarde. Aunque el personal pudo detectar rápido el pequeño foco de fuego, tuvo menos suerte en controlarlo. “Una hora y media después ya no había edificio”, relató el mayor Sergio Pietrafesa, jefe de la base. Las llamas arrasaron con las aulas de enseñanza primaria, la sala de computación donde los alumnos de nivel secundario acudían a su curso de educación a distancia y el patio cerrado donde los 17 chicos aprovechaban los recreos.

La tristeza de los chicos no entendía las razones dadas por los mayores, como por ejemplo, que los incendios son frecuentes debido a los vientos – suelen registrarse ráfagas de más de 200 kilómetros por hora– y la combustibilidad de los aislantes, o que gracias a la debilidad excepcional del viento, registrado esa tarde, se pudo preservar una casa y un depósito cercanos al colegio.

Según informó el jefe de base, no hubo heridos porque los chicos están de vacaciones de invierno. Esto les permitió a los alumnos salvar los útiles, libros y bibliografía de apoyo que habían llevado a sus casas. Los 17 chicos, que integran la currícula escolar, no perderán días de clase. Las lecciones serán dictadas en una vivienda, de 80 metros cuadrados, destinada al personal de la base, que tiene las mismas comodidades que el edificio destruido. Por el momento, los alumnos no contarán con 10 computadoras ni con el material pedagógico, elementos arrasados por las llamas.

La pérdida de la escuela fue un fuerte golpe a una misión que tiene cinco meses por delante. “Hubo caras largas, pero les pedí un esfuerzo extra para cumplir con su trabajo hasta el recambio de personal, previsto para fines de diciembre o principios de enero”, informó Pietrafesa.

Los mismas 60 personas, entre ellos los 17 alumnos que hoy ven los escombros de la escuela, festejaron el 11 de marzo pasado los 10 años del comienzo de clases de la escuela Nº 38, año en que pasó a depender del Ministerio de Educación de Tierra del Fuego. La escuela que lleva el nombre del ex presidente argentino Julio Argentino Roca fue creada en 1982, cuatro años después de que se conformara la delegación educativa en la Antártida.

Cuando se reanuden las clases, Karina y Marcelo, el matrimonio docente a cargo este año de la escuela, tendrán una doble tarea: no sólo ayudar a los 17 alumnos a sobrellevar la situación para continuar con el programa escolar sino también a sus propios hijos, que integran el alumnado.

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En la Base Esperanza, 17 chicos asisten a clase en la escuela.
 
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