Anoche, en un Rod Laver Arena colmado, Murray deleitó con algunos golpes exquisitos, propios de su talentoso repertorio, para remontar un primer set desfavorable en el que Cilic sacó ventaja con un quiebre en el quinto juego y selló la manga con otro, para 6-3.

En el segundo set hubo un momento clave, en el que el escocés se metió definitivamente en el partido, con un jugada magnífica, en la que voleó dos veces en la red y luego respondió a un globo de Cilic con una derecha paralela con poco ángulo y casi de espaldas al court.

Con ese punto Murray se puso 3-2 arriba y nunca más volvió a estar abajo en el marcador. Dominó el tercer set y hizo lo propio en el cuarto. En el último game, hizo aplaudir de admiración a todo el estadio con un derechazo que pasó por el costado de la red y se metió en el lado de un Cilic que miró incrédulo.

Enseguida después, cuando el cronómetro marcaba tres horas y dos minutos de juego, Murray cerró el pleito y festejó una segunda oportunidad de alcanzar un título de Grand Slam, y además, capturar el número dos del mundo.

"Ya había tenido un par de partidos difíciles para mí con Marin. En el primer set el me jugó mucho a la base y me complicó. Pero a partir del segundo set empecé a encontrarme con mis mejores disparos", afirmó Murray tras la victoria.

Con respecto a su rival en la final, el británico afirmó que cree que será Federer, que "está jugando a un nivel increíble", aunque advirtió que Tsonga, aun un poco cansado, suele hacer "partidos impensados".

Murray tendrá su segunda oportunidad de conquistar un Grand Slam, tras la final perdida del US Open 2008.