DEPORTES › LA SELECCION ARGENTINA DESPUES DE LA VICTORIA CONTRA ALEMANIA

Mucho más cómoda en la réplica

Maradona ya tiene a los titulares y probó que su idea, la de adecuar el planteo al funcionamiento del rival, le dio resultado. Pero habrá que ver cómo le funciona en el Mundial, especialmente si apuesta por ganar espacios para el contragolpe.

¿Cómo sigue la historia de la Selección? En lo formal, con dos amistosos más antes del Mundial, en lo sustancial con sonrisas en el plantel y con sospechas en el análisis más meduloso. Pese a los reclamos del entrenador Diego Maradona de no jugar más encuentros, la AFA confirmó dos amistosos, el mentado contra Canadá como parte de los festejos por el Bicentenario, el 24 de mayo en River, y otro a jugarse cinco días más tarde, en Frankfurt –donde el entrenador quiere armar un “campus” previo al Mundial– ante Sudáfrica o Ghana. El post-Mundial sugiere tres amistosos: dos con Inglaterra, en Londres y Buenos Aires, y uno con Irlanda.

Mientras Maradona iniciaba ayer su periplo madrileño para conversar con futbolistas, a los que les anunciará que estarán en la lista de convocados al Mundial o que definitivamente no viajarán, dentro de un marco de optimismo general en el cuerpo técnico motivado por el resultado favorable en Alemania, cunde la sensación de que el estilo del equipo que armó el técnico dependerá en general del rival que le toque en suerte, renunciando de alguna manera al protagonismo que fue una impronta histórica de los seleccionados argentinos.

El técnico lo recalcó en varias oportunidades después de la victoria con el gol de Higuaín: el planteo se armó en función de lo que iba a proponer Alemania. La presión para ahogar la salida del conjunto local dio resultado, pero también forma parte de un esquema que, parece, este equipo va a tratar de imponer en la medida de lo posible: trabajar los partidos antes que jugarlos. En ese sentido, lo que Maradona aseguró tras el amistoso –que “Argentina jugó de acuerdo con los valores que tiene dentro de la cancha”– no ha sido fiel más que a una pequeña porción de la historia, casualmente ésa que Diego ha declarado que quiere dejar atrás. Aunque sugiera una, dos o 160 mil veces que su Selección asumirá un papel protagónico, a este equipo parece quedarle más cómodo un rol más económico. Habrá que ver si le da resultados frente a equipos más mezquinos, melindrosos o sin ambiciones.

También se vio en el césped del Allianz Arena de Munich. Después de la ventaja conseguida justo antes del entretiempo, el equipo argentino se replegó en la segunda mitad, sintiéndose más a gusto con la posibilidad de ejercer la réplica que haciéndose cargo de la administración de la pelota, operación que cedió sin escrúpulo a la selección de Joachim Löw, en situación de ensamble. Ya lo había hecho en la azarosa excursión al Centenario, cuando alcanzó la clasificación para el Mundial. La influencia conservadora no sólo avanza en el terreno de la política.

Maradona opinó que el partido contra Alemania pareció uno de cuartos de final de un Mundial, y está claro que esta Selección va a apelar al oficio y a la practicidad antes que a la explotación absoluta del rol protagónico que por antecedentes y camiseta pudieran reclamarse. Si esta Selección Argentina de Maradona comienza a ganar seguido, como no lo hizo tan a menudo en el 2009, todo apunta que, en general, será por una diferencia apretada. Seguramente que el resultadismo no presentará objeción.

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Diego Maradona se quedó en Europa para dialogar con los futbolistas.
Imagen: AFP
 
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