Matías Lammens va y vuelve sobre el pasado, porque en el pasado estaría –si se parafraseara a Nietzsche– aquello que lo fortalece. Primero fue la muerte de su padre, Néstor Daniel, cuando apenas tenía 7 años. Esa pérdida la transformó en una pasión envolvente por San Lorenzo. Se formó después en el Nacional Buenos Aires y en la UBA como abogado. En 2012 ganó las elecciones en el club con apenas 32 años acompañado por Marcelo Tinelli como vicepresidente y redujo un pasivo de 234 millones de pesos. Llegó a la AFA como tesorero y ahora debe lidiar con otra pesada deuda de casi 2 mil millones de pesos. Su próxima meta es bajarla hasta que sea manejable. Pero la diferencia es que se trata de la deuda del fútbol nacional, de su casa matriz, de dinero de todas las instituciones que, en buena medida, se escurrió en financieras a tasas usurarias.

El ambiente relajado de una librería en Palermo Viejo, con el bar al fondo, estimula la conversación de una hora casi sin interrupciones. Lammens habla con naturalidad y sólo un par de veces pide reserva sobre sus comentarios. Desmiente la afinidad política que le atribuyen con el gobierno nacional, critica a Julio Grondona sin nombrarlo, dice que el fútbol argentino está subvaluado, sugiere que en el futuro habría que analizar topes salariales para los jugadores, pero también propone que el Fútbol gratis por TV debe ser para los pobres, pero no para los que pueden pagarlo en Recoleta y Barrio Parque.

–¿Cuál es la situación económica de la AFA?

–Es muy compleja. El 1 de enero, cuando nosotros asumimos, había compromisos de cheques emitidos por 650 millones de pesos y con un flujo de fondos que no cubría ese dinero, por lo cual el escenario era catastrófico. Hoy se ha bajado muchísimo lo emitido. Me parece que en este tiempo se dieron señales de empezar a cambiar algunas cosas en AFA. Se aprobó por primera vez en la historia un plan de desendeudamiento por unanimidad y que a los clubes se les descuente para empezar a pagar sus deudas. Esto tiene que ver con un cambio que llevará muchos años y es cultural. El de que los dirigentes entiendan que el dinero de la AFA es de todos y no de nadie en particular. Históricamente a la AFA no se le pagaba nunca.

–¿Puede darnos más precisiones sobre los estados contables?

–Lamentablemente esta AFA no tiene recursos. Con un esfuerzo enorme bajamos el descubierto a 40 millones de pesos con una tasa del 49,5, o sea que la AFA perdía 60 mil pesos por día por pagar el descubierto. Después hay toda una situación que viene de muchos años, con una estructura de costos y sobreprecios que es para revisar. También hay contratos históricos de gente cuyas funciones hoy no tienen razón de ser. Esas medidas ya se tomaron. Por lo que el futuro presidente encontrará el 1 de julio una AFA en marcha en cuanto a lo económico y financiero.

–¿La deuda llega a 2 mil millones de pesos?

–Contablemente ese dato está mal porque no sería un pasivo. Más de la mitad se la deben los clubes a la AFA y para ella es un crédito. No un pasivo.

–¿A cuánto asciende ese crédito que tiene, según usted, la AFA con los clubes?

–Son 1100 millones de pesos, pero la deuda con la AFIP también es pesada. Son 200 millones de pesos más. Desde julio que no se pagan retenciones.

–¿Cuál es el déficit operativo mensual de la AFA?

–La verdad es que lo estamos evaluando. Hay muchos ingresos que, si hago memoria, están subvaluados, como algunos contratos. Está subvaluada la imagen de la Selección, y esto que digo me va a llevar a pelearme con muchos. Están subvaluados los derechos de las Eliminatorias de la Selección, sus amistosos. Hay una nueva posibilidad de desarrollar ingresos con el e-comerce que la Selección ya tenía y lo estamos trabajando. El contrato que hoy tenemos firmado con Adidas es bajo y hay que renegociarlo y la renovación debe alcanzar un monto muy superior.

–Si ese monto del contrato con Adidas se compara con lo que cobran otras selecciones en el mismo rubro, ¿es tan bajo?

–Comparémoslo con lo que Adidas le paga a Alemania: le da 25 millones de dólares y a la AFA 16 más un bonus de dos millones, 18.

–¿El contrato con Adidas hasta cuándo está vigente?

–2030.

–Es poco dinero si se tiene en cuenta la extensión del mismo.

–Seguro. Argentina tiene a Messi y vende camisetas en todo el mundo. Y no a millones de argentinos. Uno va a pasear por cualquier lugar del mundo y en las vidrieras está la camiseta de Messi, no están las de Alemania ni España.

–¿Qué es lo que más le preocupa de todos los datos económicos que describió?

–Lo que más me preocupa es la situación estructural de la AFA, que es lo primero que hay que revisar. Tiene que ver con un sistema de muchos años y que en algunas medidas y gestiones fue perverso. Y enfrentarlo va a tener un costo muy alto. Hay muchas cosas que se han cortado, como dar los cheques a 60, 90 días para que después se los fuera a descontar a las financieras. Hay mucha gente que ganaba dinero así. Y hoy la plata no se escurre más en financieras. La última cuota de la TV los clubes la cobraron el 15 cuando el gobierno había depositado el dinero el 11.

–La situación de los clubes parece inclinada a retroceder diez, veinte años, casi hasta los 90, en que un número importante estaban quebrados o en concurso. ¿Se puede repetir algo igual?

–Creo que hay que dividir la respuesta en dos. Una cosa es la situación de los clubes que podemos tener una masa societaria importante. En eso, en San Lorenzo hemos sido pioneros. Hay un cambio de paradigma. Hoy son muchos los que tenemos como ingreso mayor la cuota social. En los 90 no era así. Ahora el 42 por ciento del total de los ingresos corresponde a la cuota social. Solamente el 19 es por la tele.

–Eso puede pasar en los clubes más grandes, pero en los del Ascenso, la proporción se invierte.

–Por eso digo que la respuesta hay que dividirla en dos. También es cierto que el torneo de 30 equipos para muchos fue muy atractivo al principio, pero terminó siendo un boomerang. Porque los obligó a los diez clubes que ascendieron a competir un año en Primera con el dinero que venían de la B. Con esta gestión dijimos que había que emparejar a todos. Porque esos clubes al no tener una masa societaria importante terminan con la soga al cuello.

–Los futbolistas estrellas y sus representantes tienen un poder muy grande en el fútbol comparado con el de hace treinta años. ¿Qué piensa del salario de las principales figuras del fútbol, las de mayor cotización?

–Hay una nueva etapa en la AFA que ya la pensé muchísimo y la he hablado con representantes. Tiene que ver con un tope salarial y me parece que deberíamos ir en camino a implementar eso. Pero más allá de lo que gane cada jugador, para no meterse en el bolsillo de los demás, hay que copiar lo que está bien. Y eso no significa ir a una Liga o mucho menos. Que la AFA audite el presupuesto de cada club y que lo apruebe. Porque un club que tiene una cuenta corriente abultadísima, que no le ha pagado a los jugadores en Agremiados, no te puede contratar a diez tipos y gastar lo que no puede gastar. La AFA en ese tema sí debe ser el órgano de contralor.

–¿Pero en la AFA ya hay un Tribunal de Cuentas que supuestamente se ocupa de esos temas desde hace años y que probó ser inofensivo?

–Hay un Tribunal de Cuentas en la AFA que funciona mal. La idea nuestra es que empiece a funcionar mejor y que audite. Está en el reglamento. Dice que si vos no pagás, perdés puntos o descendés de categoría, y no se aplicó nunca. Este año, por primera vez, los clubes tuvieron que hacerse cargo de sus deudas con Agremiados. No fue más la AFA. La AFA puede ser solidaria, pero no la que siempre termina solucionando los problemas. Así se fomenta la irresponsabilidad de los dirigentes.

–¿Hubo una AFA demasiado paternalista en el pasado?

–Por supuesto y tiene que ver con un sistema que le dio resultados durante mucho tiempo a una forma de conducir el fútbol argentino.

–¿Por qué la crisis se agudizó en los últimos meses y no antes, durante la larga etapa de Grondona en la AFA, quien falleció hace menos de dos años?

–Creo que la AFA ya venía complicada y de hecho esto ocurrió una vez. Cuando se firmó lo del Fútbol para Todos, Grondona encontró un socio que le puso más de lo que le daban. Ahí te das cuenta de que los cambios tienen que ser culturales. En el 2009 el Estado pagó más del doble de lo que venían cobrando los clubes. Pasaron siete años y acá estamos. Peor.

–¿Será porque el Estado debía controlar lo que pagaba por el Fútbol para Todos pero no lo hizo?

–Para mí eso es relativo. Porque el Estado compra los derechos de TV, pero no tiene el derecho de auditar clubes. ¿Me explico?

–¿Pero cómo que es relativo? El Estado es juez y parte, socio y a su vez dueño del producto fútbol. Por medio de la AFIP debería haber controlado más.

–Eso es otra cosa, tiene razón. Pero no por el contrato de Fútbol para Todos, que es un producto que por eso se vende y el Estado hace lo que quiere. El gobierno no le informa a la AFA en cuánto se lo vendió a Telefe o a Canal 13. ¿Por qué va a auditar? Sí debería hacerlo con la AFIP, pero no con lo otro. Es obvio que nosotros tenemos una responsabilidad porque se trata de dinero público, desde ya.

–¿En perspectiva, es de los que piensan que debe mantenerse el contrato con el Estado o a largo y mediano plazo vendérselo a privados?

–Yo creo que el fútbol argentino vale mucho más de lo que se paga por él. Y me parece, por la situación en que está hoy, que se podría pensar en buscar algún otro oferente, pero garantizando que el fútbol lo puedan ver todos. Por ejemplo, el sistema de TV podría tener una determinada cantidad de abonados a los que se les dé gratis y sí creo que otros deberían pagarlo. Si no sería una política regresiva, lo contrario de lo que se intentó hacer. Si el tipo de Barrio Parque lo tiene gratis igual que el que no puede pagar, es regresivo. Si hay quien puede pagar fútbol en HD que lo haga y ese ingreso debería ir directo a los clubes, inclusive se pueden vender mucho mejor los derechos internacionales.

–¿El Fútbol para todos es un derecho adquirido que no tiene vuelta atrás?

–No tengo ninguna duda y las familias más humildes, y eso es muy fácil de censar y detectar, tienen que mantener el derecho. No podemos volver nunca a la época en que nos ponían la tribuna y mirábamos cómo gritaba la gente.