DEPORTES › SI HAY PENALES, LOS DOS ARQUEROS TIENEN CHAPA

Cruce entre especialistas

Por Carlos Werd
Desde Lima

Nada más injusto, aunque sí emocionante, sería para la final de la Copa América de Perú que el campeón saliera de una definición por penales. Por la salud de los corazones, propios y de sus hinchas, Argentina y Brasil esperan ganar en los 90 minutos de la final en el Estadio Nacional de Lima, aunque si por esas casualidades del fútbol el partido termina igualado, nada mejor que Roberto Abbondanzieri y Julio César, dos especialistas a la hora de detener penales.
En las estadísticas, Abbondanzieri saca una destacada luz de ventaja debido a que sus importantes atajadas le dieron grandes triunfos a Boca en la Copa Libertadores de América y en la Intercontinental. El arquero, nacido hace 31 años en Santa Fe, fue figura en Central antes de pasar a Boca en 1996, pero donde estuvo muchos años a la sombra de Oscar Córdoba.
La partida a Europa del colombiano a finales de 2001 abrió el hueco que Abbondanzieri necesitaba para hacerse grande en el arco de Boca, en el que logró una impresionante cosecha de nueve títulos, entre torneos locales, Libertadores e Intercontinentales. El Pato se destapó en los penales en la Copa Libertadores de 2003. En el debut en la Bombonera detuvo uno a Tressor Moreno, de Independiente Medellín, y en los cuartos de final otro a Fernando Martel, del Cobreloa chileno. Pero se consagró en Yokohama en diciembre pasado, cuando en la final Intercontinental ante el Milan italiano fue clave para que Boca ganara en la tanda de penales al desviar los disparos de Andrea Pirlo y Alessandro Costacurta.
Si el balance personal en 2003 fue notable, el de 2004 fue todavía mejor. En su camino por defender la Copa Libertadores, que finalmente se llevó el Once Caldas colombiano, Abbondanzieri paró los remates de Lucio Flavio y Fabricio Carvalho, del Sao Caetano brasileño, y dio a Boca la clasificación a las semifinales al anotar su disparo. En esta instancia, y con nada menos que River enfrente, el arquero boquense atajó en la definición el remate de Maxi López y selló el boleto de su equipo para la final. Tras dos empates en los 180 minutos, Abbondanzieri volvió a lucirse en Manizales al parar los remates de Arnulfo Valentierra y de Wilmer Ortegón, con la mala fortuna de que en esa final ninguno de sus compañeros marcó y el título de la Libertadores quedó para el sorpresivo equipo colombiano. Todavía no desvió penales en la Selección Argentina, en la que acumula un puñado de partidos, pero promete hacerlo.
La historia de Julio César, menos rimbombante, también merece ser contada. Catorce convocatorias a la selección tuvieron que pasar para que el técnico brasileño de turno, en este caso Carlos Alberto Parreira, le diera la confianza de la titularidad. Detrás de Dida, Marcos y Rogério Ceni, el portero del Flamengo no viajó al Mundial asiático tras una polémica con el entonces seleccionador, Luiz Felipe Scolari, y estuvo a punto de no hacerlo a Perú para la Copa América por una lesión.
Wendell Ramalho, entrenador de arqueros en la selección de Brasil, ha señalado que Julio César forma parte de la nueva camada de especialista en el país con posibilidades de trascender.
Con 24 años y casado con Suzana Werner, ex mujer de Ronaldo, el natural del municipio de Duque de Caxias (Río de Janeiro), detuvo varios penales jugando por su equipo y está dispuesto a dar la pelea en una eventual definición por esta vía. Ya fue el héroe en la semifinal, al atajarle el tiro decisivo al uruguayo Vicente Sánchez. No tiene tanto cartel como Abbondanzieri, pero trae la confianza que le da ser uno de los baluartes de Brasil en tierras peruanas.

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