ECONOMíA › ACUERDO PARCIAL EN TRIGO Y CARNE. UNA RUTA CON OBSTACULOS

El camino de la negociación

Los resultados de la reunión del miércoles entre las entidades y el jefe de Gabinete dejaron como saldo algunas respuestas pero muchos interrogantes. Diferencias de intereses que pueden verse reflejadas en la nueva etapa del conflicto.

 Por Raúl Dellatorre

Si el Gobierno cumple el compromiso de reabrir las exportaciones de carne a partir del próximo lunes, y a la vez encuentra un mecanismo para que el productor triguero reciba un precio que sólo tenga el descuento de las retenciones y el flete respecto de su cotización internacional, la discusión entre las entidades agrarias y el gobierno nacional podría cambiar de rumbo después de este fin de semana. Si los grupos y referentes del interior más vinculados al “pool” de la soja siguen apostando al conflicto y logran imponer las posturas más duras en las asambleas que se realicen en las próximas horas, cortes de rutas incluso, entonces la situación entrará en ebullición sin espacio para la negociación y con un pronóstico incierto. Entre estos dos escenarios opuestos se mueve la disputa del campo, según puede leerse tras la reunión del miércoles último entre los dirigentes del sector y el jefe de Gabinete, y por los resultados de las reuniones de los consejos directivos de cada una de las entidades durante el día de ayer.

El proceso de negociación entre Gobierno y entidades, aunque lento, fue dejando en claro la diferencia de intereses entre las explotaciones de la Pampa Húmeda (zona “núcleo”) y los productores de áreas marginales y muy alejadas de los puertos de embarque (más de 600 kilómetros). También dejó de manifiesto que, a pesar de los precios internacionales record, amplias franjas de productores quedan al margen de los beneficios por efecto de una concentración del negocio en pocas manos que el Gobierno hizo poco por revertir.

Las negociaciones por el precio del trigo que culminaron el miércoles a la noche en la Jefatura de Gabinete pasaron de la propuesta de la Secretaría de Comercio, en favor de “concentrar” la compra del grano en cinco grandes exportadores, a otra consensuada que, partiendo de la cotización internacional, establece un valor “piso” que debería recibir como retribución el productor. Si se instrumenta de manera efectiva, sería particularmente importante para productores de zonas alejadas, como el sudoeste bonaerense, con escaso margen de rentabilidad, menor poder de negociación y encima sin posibilidad de hacer doble cosecha trigo/soja por temporada, como sus colegas de la zona “núcleo”.

El Gobierno, además, aceptó la demanda de reabrir el registro de exportaciones por el saldo disponible de la cosecha 2006/2007, aunque no existe una cifra exacta de cuál es ese saldo. Las estimaciones difieren, pero en un abanico tan grande que va desde 400 mil a dos millones de toneladas. Se cree que hay acopiadores o grandes productores que conservan stocks de cereal no declarado, por lo que el Gobierno no quiere arriesgar la autorización de exportaciones por una cifra que, de estar sobreestimada, podría provocar luego dificultades de abastecimiento al mercado interno. Será tarea de la Oncca (organismo de control comercial) verificar el volumen real de existencias.

En el rubro carnes, Fernández se comprometió a gestionar la reapertura de exportaciones a partir de la semana próxima. Según los frigoríficos exportadores, ello no provocará un “desvío” de la oferta en desmedro de la plaza interna. “Los exportadores grandes destinan la mayor parte de la faena al mercado interno, porque sólo exportan los cinco o siete cortes más caros; en plena suspensión de exportaciones, siguieron vendiendo en la plaza local, porque peor es parar la planta”, explicó un vocero de Quickfood, establecimiento que una versión había señalado, erróneamente, como responsable de haber dejado de abastecer al mercado interno. “Destinamos dos mil toneladas por mes al mercado interno, 85 por ciento de nuestra producción, y en todo abril no nos aprobaron un solo kilo para exportar”, señaló la misma fuente a este diario. De acuerdo con sus previsiones, a partir de que se reabran las exportaciones aumentará el volumen faenado por los exportadores y, con ello, la oferta local de carne.

Esta medida calmará en lo inmediato al sector ganadero, pero todavía faltan otras decisiones para evitar que se detenga la liquidación de stocks (en el último año se perdió un millón de cabezas, aproximadamente el dos por ciento), sin resentir al mismo tiempo la oferta de carne vacuna. En el sector lácteo, hay expectativas de que el próximo acuerdo les corresponda a ellos, contemplando el reclamo de un mayor equilibrio entre las compensaciones que reciben los productores y las que le asignan a la industria, principalmente al sector más concentrado.

Aunque previendo dificultades, la conducción de las cuatro entidades esperaba recibir el respaldo de los productores a estas salidas intermedias y seguir negociando el resto. Otros sectores rurales pensaban distinto y preparan el terreno para volver al combate. Después de las asambleas de hoy, mañana será el día clave, Ahí se verá si todos acataron la señal de quedarse al costado de las rutas o algunos optan por cortar. Si así sucediera, no es sólo el tránsito lo que quedará bloqueado.

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Los dirigentes rurales negociaron largas horas para obtener un resultado que no conforma a todos.
Imagen: DyN
 
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