El jefe de Gabinete, Sergio Massa, junto con el ministro de Economía, Carlos Fernández, elevaron al Congreso el avance del proyecto de ley de Presupuesto para el ejercicio 2010. Tal como está previsto en el cronograma, el Ejecutivo presentó los principales lineamientos sobre los que se fundamentará el futuro reparto de partidas. Debido a que sólo se buscó cumplir con los términos legales, antes del 30 de junio, el equipo económico de Hacienda evitó brindar detalles acerca de los porcentajes que se implementarán el año próximo. Tampoco se brindó un estimado del impacto de la crisis internacional durante el primer semestre del año ni su incidencia (o arrastre estadístico) en las estimaciones para el próximo ejercicio.

“Las perspectivas para 2010 y 2011 sugieren una paulatina convergencia a tasas de crecimiento sostenibles en el largo plazo”, señala de manera escueta el Informe de Avance presentado anteayer al Congreso. En líneas generales, el próximo Presupuesto prevé “dar continuidad” a las políticas implementadas en los últimos seis años. “El modelo tiene como pilares el crecimiento de la actividad económica y la generación de empleo, un saldo favorable en las cuentas externas, un resultado fiscal positivo y un gasto público que promueve la educación, la salud, el desarrollo social y la dignidad de los jubilados y pensionados”, señala el texto.

En cuanto al impacto de la crisis, el informe señala que el país se halla con una “particular fortaleza”. Según el texto, la inversión en términos reales, la acumulación de reservas, la baja dolarización del sistema financiero internacional y el control cambiario son las herramientas que permitieron amortiguar sus efectos en el país.

El avance agrega que el Banco Central continuará con el esquema de flotación administrada, permitiendo oscilaciones moderadas del tipo de cambio y un proceso de acumulación de reservas ligado al resultado positivo de la cuenta corriente. Sobre este último punto, se prevé una recuperación de los precios internacionales de los productos de exportación, que permite “proyectar en el plano comercial externo importantes ingresos de divisas por exportaciones, contribuyendo al financiamiento fiscal a través del cobro de derechos de exportación”.