ECONOMíA › EL PRINCIPAL DESTINO DEL SUBSIDIO A LA NIÑEZ ES LA COMPRA DE ALIMENTOS

La asignación va a carne y verduras

El primer impacto de la asignación por hijo es la mejora en la nutrición de la familia. Carne, verduras, lácteos, galletitas y yerba es lo que más se compra con la ayuda. En diciembre terminarán cobrando 3,8 millones de chicos y adolescentes.

 Por David Cufré

El número de beneficiarios de la asignación por hijo continúa creciendo. De acuerdo con información preliminar de la Anses, en diciembre terminarán cobrando el subsidio unos 3,8 millones de chicos y adolescentes. La cifra creció rápidamente desde los 2,7 millones de la inscripción inicial, con datos consolidados a fines de noviembre. La perspectiva de las autoridades del organismo –según dijeron a Página/12– es que en un plazo de seis meses la cobertura llegue a 4,5 millones de menores de 18 años, mientras que la meta de 5 millones dependerá de la velocidad y eficiencia de los planes para darles DNI a los indocumentados. Una experiencia previa de asignación por hijo en la provincia de Buenos Aires demostró que el principal destino de la ayuda económica es la compra de alimentos, con la carne en primer lugar.

El ex ministro de Desarrollo Social bonaerense Daniel Arroyo indicó que un estudio efectuado por esa cartera entre quienes reciben la asignación de la provincia –100 pesos por mes para los niños de hasta 6 años, en un programa que empezó por los partidos más pobres del conurbano– constató que los fondos se usan mayormente para la alimentación de la familia. El consumo de carne fue lo que más creció, seguido por verduras, lácteos, galletitas dulces y yerba, en ese orden. “Lo primero que notamos es que el aporte mejoró la nutrición de la familia. En este caso, como son 180 pesos por hijo, puede ser que una parte del dinero cubra otras necesidades”, estimó el especialista ante este diario.

El ex presidente Néstor Kirchner sostuvo ayer en un acto en Tigre, en el que se repartieron tarjetas de débito entre beneficiarios del programa nacional, que el reconocimiento de este derecho para desocupados y trabajadores en negro constituye una acción “transformadora”. “Acá en Tigre son 24.600 pibes que alumbran esperanza. Son 52 millones de pesos que van a circular en este municipio”, destacó. En ese sentido, Arroyo elogió que el Gobierno vuelque 10 mil millones de pesos al año con la asignación. “Es dinero que va al consumo de manera directa. Es una medida de contención social con fuerte impacto económico, sobre todo en los barrios, porque el dinero circula localmente. La gente compra en el almacén, en el negocio de la esquina, y eso va cambiando el panorama”, explicó el ex ministro, que durante la gestión de Kirchner fue el número dos de Alicia Kirchner.

El Consejo Federal de Educación, en tanto, aprobó ayer por unanimidad el mecanismo para que los padres certifiquen que sus hijos cumplieron con el ciclo lectivo, condición necesaria para cobrar la totalidad del subsidio. Los padres deberán presentar los certificados de vacunación y de asistencia al colegio en marzo de cada año. Cuando completen el trámite, la Anses acreditará en la cuenta de cada beneficiario los 36 pesos retenidos todos los meses a la espera de ese requisito.

En el acto en Tigre también estuvieron Daniel Scioli, Sergio Massa y Amado Boudou. El gobernador sostuvo que la asignación por hijo “es la medida más trascendental y superadora de la política social” que tomó el Gobierno. “No se trata de una política aislada, sino de una continuidad de medidas”, afirmó. El intendente de aquel distrito, por su parte, subrayó que la implementación del programa “significa igualar para arriba” y recalcó que implica destinar “un punto y medio del PIB para achicar la brecha social, impactando en todas las familias”. Finalmente, el ministro de Economía sostuvo que el plan “muestra que hay sensibilidad y coraje para llevarlo adelante”.

“El programa es realmente bueno”, coincidió Arroyo, pero no dejó de marcar algunas cuestiones que podrían mejorarlo. “A mediano plazo el financiamiento debería salir de la Anses y transformarse en un ídem más del presupuesto nacional, para garantizar la instauración del derecho”, indicó. También consideró que deberían incluirse a los hijos de los monotributistas y a los de quienes trabajan en negro pero ganan más del salario mínimo. “Son cuestiones que con el tiempo seguramente se corregirán, pero la iniciativa es muy buena y marca un antes y un después en la política social”, concedió.

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El programa que empezó con 2,7 millones de beneficiarios ya llega a 3,8 millones y sigue en aumento.
Imagen: Bernardino Avila
 
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