EL MUNDO › EL CANDIDATO MURSI INTENTA AMPLIAR SU ELECTORADO

Promesa de Hermandad

En Egipto quedó confirmada la segunda vuelta entre el candidato de los Hermanos Musulmanes y el ex hombre de Mubarak Ahmed Shafiq. El primero busca alianzas.

La calma regresó ayer a El Cairo después de una noche de disturbios y luego de que el candidato de los Hermanos Musulmanes prometiera apertura a coptos, mujeres y jóvenes. Ayer continuó el trabajo de los dos candidatos –Ahmed Shafiq y Mohamed Mursi– para consolidar su carrera electoral en vista de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que se realizarán el 16 y 17 de junio.

La campaña para el segundo turno se vio empañada por el ataque a la sede del candidato Shafiq, el último primer ministro del gobierno de Hosni Mubarak, que se enfrentará a Mursi, apoyado por los Hermanos Musulmanes. Este ataque, que saca a flote otras tensiones, ocurrió en la noche del lunes, pocas horas después de que la Comisión Electoral confirmara que Shafiq y Mursi se verán de nuevo las caras en un mes. Las oficinas donde estaba instalado el equipo de campaña de Shafiq fueron totalmente saqueadas. Un periodista que logró ingresar al lugar reportó que muebles, vidrios, puertas y computadoras yacían por el suelo en pedazos. En varias ventanas había marcas evidentes de fuego, aunque el incendio no se generalizó.

En cambio, un pequeño garaje que servía de depósito para folletos y afiches de campaña resultó completamente carbonizado, a pesar de que los bomberos llegaron rápidamente al lugar al conocerse el incendio. “Los locales serán recuperados y Shafiq seguirá usándolos para conducir su campaña”, dijo uno de sus partidarios, Ahmed Abdel Ghani.

El candidato Mohamed Mursi mandó ayer un mensaje a otras fuerzas políticas para sumar votos y hacer frente al ex hombre de Mubarak. Luego de ser confirmado como el más votado en la primera vuelta de este mes, Mursi prometió renunciar a su cargo al frente de su Partido Libertad y Justicia (FJP) si es electo presidente y prometió formar un gobierno de coalición que no tendrá que estar liderado necesariamente por alguien de su partido. Consciente de las críticas relacionadas con la confraternidad de querer acaparar todos los puestos de poder, después de haber hecho el pleno en el Parlamento, y también de haber recogido el 25 por ciento de los votos en el primer turno, aseguró que, si se convirtiera en presidente, dejará de ser vicepresidente y consejero de los Hermanos Musulmanes, y que el gobierno será de coalición. Su discurso ocurrió mientras los egipcios esperan el veredicto del sábado en el juicio al ex presidente Hosni Mubarak.

Los blancos de los avances de Mursi fueron los coptos, que en masa anunciaron haber elegido a Shafiq en el primer turno; los jóvenes pro revolución, que siempre acusaron a los Hermanos Musulmanes de no haber apoyado la revuelta anti Mubarak, y las mujeres, que temen ver seriamente reducidos sus derechos y libertades. A los jóvenes les aseguró que tendrán derecho a manifestarse y que llegará el momento de deshacerse de la ley de emergencia, mientras que a las mujeres les prometió que no deberán ponerse obligatoriamente el velo y que podrán continuar trabajando. “Quien quiera llevar velo es libre de hacerlo o de vestir como quiera según su postura”, agregó el candidato islamista, en otro pasaje de la conferencia de prensa. Además garantizó a la industria del turismo que será una prioridad.

Pero las palabras de Mursi no lograron por ahora convencer al movimiento 6 de Abril, uno de los impulsores de la revolución egipcia, que pide un compromiso formal sobre varios puntos antes de decidir si apoya o procede a entorpecer su camino en el ballottage electoral. En tanto, aseguran que no habrá ninguna posibilidad de un intercambio de diálogo con Shafiq. “No tendremos ningún contacto con él porque representa la contrarrevolución. Sus manos están manchadas de sangre y rechazamos las apelaciones a dialogar con él”, afirmó el vocero del movimiento Tarek el Kholi.

Al mediodía algunos integrantes de la dirigencia política del 6 de Abril se encontraron con dirigentes de los Hermanos Musulmanes no para negociar, dijo Ahmad Maher, coordinador del movimiento, sino para hacer un balance sobre la posible iniciativa para levantar una muralla contra Shafiq. Ocho fueron los pedidos a la Confraternidad, entre los que figuraban vicepresidente civil o cercanos a los revolucionarios, gobierno de coalición, acuerdo sobre una asamblea constituyente realmente representativa de todas las corrientes políticas, nuevos procesos a quienes mataron a los manifestantes y atención a los pedidos de los coptos.

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Mohamed Mursi mandó ayer un mensaje a otras fuerzas políticas para sumar votos.
 
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