El equipo negociador del gobierno colombiano llegó ayer a Oslo para reunirse con la guerrilla de las FARC e iniciar, en un absoluto hermetismo, la primera ronda de negociaciones de paz, la cuarta que se abre en los casi cincuenta años de conflicto interno armado. La delegación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) también tenía previsto llegar ayer a Oslo. Al cierre de esta edición se desconocía si había aterrizado el avión en el que viajaba desde La Habana.

La reunión a puertas cerradas en las afueras de Oslo, capital de Noruega, país garante junto con Cuba, Venezuela y Chile de este proceso de paz, es para lanzarlo formalmente y explicar sus peculiaridades en conferencia de prensa. Se trata de definir aspectos logísticos del diálogo y preparar la jornada de hoy, informó el martes el jefe de la delegación colombiana, Humberto de la Calle.

Así dejarán atrás una primera fase de conversaciones exploratorias que concluyeron con una hoja de ruta centrada en cinco puntos: problema agrario, participación política, fin del conflicto, drogas ilícitas y situación de las víctimas. Y arrancará la segunda, la de la negociación propiamente dicha, cuyo objetivo último es poner fin al conflicto armado. Por el momento, las partes negociarán sin un alto el fuego sobre el terreno, reclamado por la guerrilla y rechazado por el gobierno. Si se logra el cese de las hostilidades, las partes entrarían en la tercera etapa: la de la aplicación de todo lo acordado.

El lunes, en declaraciones a medios colombianos, Timoleón Jiménez, también conocido como Timochenko, máximo comandante de las FARC, afirmó que iban a Oslo “con la emoción de estar dando un paso más y de mayor contundencia hacia el diálogo”.