EL PAíS › PARA QUE PUEDE SERVIR ELECTORALMENTE TRANSFORMAR LA LEGISLATIVA EN PLEBISCITO

Para disciplinar la tropa propia

Los consultores coinciden en que la tensión moviliza el aparato y suma puntos a la votación. Pero no es seguro que la polarización sea la carta ganadora, porque la “moderación” sigue siendo un buen argumento.

 Por Raúl Kollmann

La mayoría de los consultores evalúa que la estrategia del Frente para la Victoria, la inclusión en las listas bonaerenses del gobernador Daniel Scioli y buena parte de los intendentes del conurbano, servirá esencialmente para evitar fugas en el voto y dobles juegos de los jefes comunales. “La disciplina suele reportar entre tres y cinco puntos adicionales. Esto es así cuando el aparato se moviliza y la gente exhibe ganas de votar”, señala Hugo Haime, titular de Haime y Asociados. Los consultores coinciden en que la estrategia acentúa el carácter plebiscitario de la elección: “Se plantea una confrontación de modelos y una especie de interna abierta de cara a la elección presidencial de 2011”, sostiene Enrique Zuleta Puceiro de Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM). “Tal vez esa estrategia, la campaña muy agresiva, favorezca a Francisco De Narváez porque polariza muchísimo. Y además, arriesga en forma excesiva porque puede obtener un triunfo demasiado estrecho e incluso puede producirse una derrota”, acota Sergio Berensztein de Poliarquía. Para Zuleta esa polarización va a estar planteada de todas maneras y últimamente las elecciones de mitad de término siempre plantean, en la Argentina y el mundo, una validación de títulos de los poderes ejecutivos.

Retener

Para Zuleta, el centro de la estrategia de Néstor Kirchner consiste en retener los votos del oficialismo, sobre todo en el Gran Buenos Aires. “Si uno se plantea un escenario de 40 por ciento para el oficialismo y 60 por ciento para la oposición y se considera que la oposición va dividida, la prioridad para el oficialismo es retener sus votos. Por lo tanto, veo como muy efectiva la estrategia, que tiene tres aspectos. En primer lugar, sostener que la elección es una confrontación de modelos. Segundo, que si se quiere continuar con el actual modelo, se lo debe apoyar porque está en juego el poder. Tercero, ésta es una primaria de cara al 2011 en la que nadie se queda afuera, al punto que juegan todos: Hermes Binner, Carlos Reutemann, Elisa Carrió, Mauricio Macri. Hoy por hoy, Kirchner le lleva diez puntos a De Narváez y efectivamente se trata de retener votos para llegar, proyectando los indecisos a más de un 40 por ciento.”

La traición

Para Berensztein la estrategia “es una buena manera de evitar la fuga de votos propiciada por los intendentes que estaban pensando en jugar en dos listas, obviamente la de Kirchner y la del peronismo disidente de De Narváez. No se evita totalmente, pero se reduce y se le pone un precio alto a la eventual traición de algún intendente. Hace más caro y más difícil jugar a dos puntas. En ese sentido la jugada es efectiva”.

Haime considera que la estrategia de Kirchner “mantiene al aparato peronista movilizado. Esto suele sumar entre tres y cinco puntos. Pero, atención, se necesita que la gente quiera votar. Porque recordemos que en la provincia de Buenos Aires ya ganó una vez Graciela Fernández Meijide, que no tenía aparato alguno. Desde ya que la presencia de Scioli y los intendentes obtura los dobles juegos que suelen existir en la política y que en este caso estaban planteados como fugas posibles hacia De Narváez y Solá”.

El desafío

Zuleta sostiene que hoy prácticamente todas las elecciones de medio término son un desafío para los poderes ejecutivos. “En España vemos a Rodríguez Zapatero poniéndose al frente de la campaña y lo mismo sucede en todas partes, salvo en Estados Unidos. Y en este terreno, Kirchner es creativo, tiene iniciativa política, va contra los constitucionalistas, no le importa el qué dirán, tampoco lo que sostienen los medios. Plantea la batalla electoral como un enfrentamiento de modelos. En esta polarización, por ejemplo, entran el adelantamiento de las elecciones y la coparticipación de los fondos provenientes de la soja. Ambas medidas aparecen rechazadas en las encuestas por seis de cada diez personas, pero justamente Kirchner apuesta a las otras cuatro de cada diez”.

“No está claro que tenga éxito una estrategia tan agresiva –evalúa Berensztein–, ya que al electorado no le gusta el todo o nada. Se inclina por los candidatos más moderados, más propositivos. Yo opinaría que Kirchner pierde con la línea dura y con su radicalización discursiva. Si moderara sus posiciones, si incorporara candidatos con propuesta y no con peleas, el resultado sería mejor. No es casualidad que tanto Scioli como Massa tengan mejor imagen. Insisto con la idea de que poner toda la carne al asador es muy riesgoso: puede llevar a una victoria pírrica e incluso a una derrota. Y tengo que decir que la Constitución tiene como idea importantísima que las elecciones parlamentarias no sean plebiscitos. Por eso es que se renueva la mitad de los diputados y un tercio de los senadores. Acá estamos ante un estilo enojado, que tergiversa el espíritu de la Constitución, sobre todo si la jugada sale mal.”

Scioli

“Es muy temprano para evaluar cuánto le agrega Scioli a Kirchner en cuanto a votos –afirma Haime–. Es difícil de saber esencialmente porque todavía no conocemos la dimensión del efecto de la muerte de Alfonsín. Es muy probable que se modere, que baje, ese efecto, que le aumentó en los últimos días la intención de voto a Margarita Stolbizer. De todas maneras, hay que decir que de la misma manera que existe el peso del aparato del peronismo, también existe el peso del aparato radical y ese efecto beneficia a Stolbizer. La realidad, desde el punto de vista de la opinión pública y la intención de voto, la sabremos dentro de unos veinte días.”

“Todos los gobernadores tienen pisos electorales muy sólidos, pero diría que el que menos tiene es Scioli –evalúa Zuleta–. Por ejemplo, Mario Das Neves en Chubut, José Luis Gioja en San Juan, José Alperovich en Tucumán o Gerardo Zamora en Santiago del Estero no bajan de un 60 por ciento en su piso electoral. Pero no es el caso de Scioli. Lo bueno del gobernador bonaerense es que tiene pocos rechazos y aparece como un elemento de concertación, de moderación, pero no lo veo desde este punto de vista como una atracción decisiva en el terreno del voto.”

El punto clave en el que parecen coincidir todos los consultores es que la inclusión del gobernador y los intendentes en las listas impide lo que llaman el triple juego. Los analistas sostienen que los jefes comunales tienen un aspecto vecinalista, muy ligado a lo que es bueno para su propio distrito; un costado de peronismo duhaldista, que los vincula con el viejo aparato del caudillo de Banfield y hacia el que se pueden inclinar si perciben debilidad en el oficialismo, y un alineamiento con el kirchnerismo, aceitado en estos últimos años.

Si la estrategia se confirma, quedaría minimizado el perfil duhaldista porque se fugarán menos votos a listas que no sean K, debido a que en éstas aparecerá el intendente de cada distrito. Eso es al menos lo que se prevé faltando dos meses y medio para la elección.

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De Narváez y Scioli, argumentos opuestos que se medirán en junio.
Imagen: Daniel Dabove & Jorge Larrosa
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