EL PAíS › PEDIDO CONJUNTO DE ARGENTINA Y BRASIL EN LA ASAMBLEA DEL FMI

Plata sí, arbitrariedades no

Los dos mayores países del Mercosur plantearon en Washington que haya una asignación automática de recursos a países emergentes sin condicionalidades. Sería a través del reparto de los DEG. Reunión con Geithner.

Los gobiernos de Argentina y Brasil reclamaron ayer en la asamblea del FMI aumentar la asignación automática de recursos para los países emergentes por la emisión de Derechos Especiales de Giro (DEG). En la cumbre del Grupo de los 20 de principios de mes en Londres, las grandes potencias y las naciones en vías de desarrollo acordaron una emisión de esos “títulos” del organismo por un total de 250.000 millones de dólares. El reparto de esos fondos se hará de acuerdo a la cuota de cada país en el organismo. Eso llevará a que los desarrollados, que controlan el FMI, accedan al 60 por ciento del dinero disponible por esa emisión. A la Argentina, en cambio, le tocaría algo menos del 1 por ciento, unos 2500 millones de dólares. Por esa razón, los ministros de Economía y Hacienda argentino y brasileño, Carlos Fernández y Guido Mantega, plantearon que la distribución no sea en función de la cuota, sino en favor de quienes más lo necesitan.

Los DEG tienen dólares, euros, libras y yenes como activos subyacentes. Los tenedores de DEG pueden canjearlos por cualquiera de esa monedas, mientras que los países emisores obtienen a cambio mayores cuotas de participación en el Fondo. Por esa cuestión, Estados Unidos, Europa, Japón e Inglaterra se llevarían la mayor parte de los nuevos DEG. Fernández y Mantega reclamaron cambiar la distribución de los títulos en la asamblea del Fondo que tuvo lugar ayer en Washington. El ministro argentino también lo sugirió en un encuentro de ministros de Economía de América latina con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner.

La cuestión recién empieza a plantearse. Ayer, en cambio, hubo una promesa de las autoridades del FMI de que la asignación de los DEG se hará antes de octubre, como pretendía el gobierno argentino. La delegación oficial aspiraba a que fuera en el transcurso de los próximos dos a cuatro meses. En principio, el reparto se produciría antes de la próxima cumbre del G-20, en septiembre.

En su discurso ante la asamblea, el ministro Fernández volvió a fustigar contra las proyecciones para la economía argentina del FMI, pidió una “significativa disminución” de las condicionalidades del organismo para la concesión de ayuda financiera y aseguró que la Argentina “está en mejor posición” para afrontar la crisis. Respecto a la posibilidad de solicitar créditos al organismo –lo que no tiene que ver con la asignación de DEG–, fuentes oficiales lo descartaron para los próximos meses. “No estamos trabajando con esa hipótesis ni para 2009 ni para 2010, en absoluto”, dijeron. Eso no implica, aclararon, que no haya que exigir al FMI que termine con las discrecionalidades y las condicionalidades para otorgar ayuda. Polonia, por ejemplo, acaba de acceder a la línea de créditos flexibles del organismo pese a que presenta déficit fiscal y externo, su moneda está fuertemente apreciada y tiene un nivel de deuda elevado. “El FMI no se maneja con parámetros objetivos”, dijeron desde el Gobierno a Página/12.

Como es habitual, el ministro argentino habló ayer en nombre del país y también de Bolivia, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay. “Las políticas macroeconómicas de los países deben ser juzgadas por sus resultados, medidas por su propio impacto de crecimiento, empleo, reducción de la pobreza y estabilidad externa”, insistió Fernández para pedir que el FMI cambie sus criterios de selección de países a ayudar. “Nuestro desenvolvimiento macroeconómico construido entre 2003 y 2008 ubicó a la Argentina en una mejor posición para afrontar esta tormenta, proveyendo espacio para desplegar políticas fiscales y monetarias activas”, mencionó. Lo mismo planteó el funcionario en la reunión con Geithner. El secretario del Tesoro repitió en esa reunión –de la que también participaron ministros de Uruguay, Colombia, Perú y Chile– lo que había expresado en el plenario de la asamblea del FMI: que Estados Unidos apoya una reforma profunda de las estructuras de gobierno del FMI para darle más participación y poder de voto a los países emergentes. Esas expresiones despertaron expectativas en el gobierno argentino, aunque marcaron que es importante que las promesas se lleven a la práctica.

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Timothy Geithner, secretario del Tesoro, recibió a Carlos Fernández y a otros ministros de la región.
 
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