El grueso de las voces que se escucharon ayer opinar públicamente sobre la designación de Mercedes Marcó del Pont frente al Banco Central fue de respaldo a la figura de la economista y saliente titular del Nación. Los reparos estuvieron centrados en el presunto riesgo de utilizar las reservas para impulsar la economía real, pero ninguno hacia su figura ni a su nombramiento, ahora sujeto al aval del Senado.

El ex titular responsable de la autoridad monetaria Javier González Fraga fue uno de los primeros en resaltar los atributos técnicos de Marcó del Pont, a quien rescató como “una economista con prestigio” y que “tiene una concepción muy clara de lo que necesita el país para crecer”. “Hemos coincidido mucho en los ’90, cuando criticábamos a la convertibilidad con ella”, se entusiasmó quien comandara el Central en los primeros tramos del gobierno de Carlos Menem.

El economista fue un poco más allá al sostener que “hay que pensar en un número óptimo de reservas y lo que sobra lo uso”, elíptico respaldo a la intención de liberar una porción de esos recursos públicos para pagar deuda u otorgarle un impulso a la economía real.

Aunque diferenciándose un poco más de la estrategia oficial esbozada con el Fondo del Bicentenario (usar reservas para el pago de deuda liberando, accesoriamente, partidas presupuestarias para otros fines) el economista de CTA y diputado de Proyecto Sur, Claudio Lozano, también rescató a Mercedes Marcó del Pont como una economista “honesta y lúcida”. Su diferencia con el Gobierno en este caso queda expresada en la propuesta que el legislador presentó para utilizar hasta 6000 millones de dólares de las reservas en el desarrollo de infraestructura ferroviaria y una nueva petrolera estatal. “Pero nunca para pagar deuda”, advierte.

La Coordinadora de Actividades Mercantiles –de las pocas voces patronales que salieron al ruedo para opinar sobre los cambios institucionales–- también rescató a la funcionaria como una “profesional honesta, comprometida con el desarrollo nacional”. La designada presidente del Central fue asesora de este núcleo de comerciantes, cuyo titular hoy simpatiza con la política oficial. Otro aval vino de la Confederación General Económica (CGE) y los micro, pequeños y medianos empresarios nucleados en la Central de Entidades Empresarias Nacionales (CEEN), que reivindicaron el “fuerte perfil productivo” de Marcó del Pont y avalaron cualquier iniciativa que implique utilizar fondos públicos para estimular la economía.

No faltaron, sin embargo, opiniones de otro tenor. “Cuando en Argentina se usaba al Banco Central como segunda caja o como la segunda Tesorería de la República, se llegaron a quitar trece ceros en nuestra moneda. Hay una cultura de volver a la inflación y a las cosas que nos hicieron un enorme daño”, sentenció el ex ministro de Economía Ricardo López Murphy. “La intención de los Kirchner es destruir la autonomía y la independencia del Central como ya vaciaron las arcas de la Anses. Ahora van por las reservas”, cuestionó el desairado candidato presidencial.

Miguel Angel Broda también considera con desconfianza la estrategia oficial, entendiendo que un eventual cambio en la Carta Orgánica del Central responde a la necesidad de “financiar más gasto público, que no para de crecer”. “Habrá que ver la actuación de la Presidenta. Tendrá algunas dificultades para cumplir con el programa monetario en un contexto de gasto tan expansivo”, afirmó. Desde la tribuna política, Felipe Solá, también expresó sus reparos, centrados en el uso de las reservas. “Utilizarlas favorece un aumento de la desconfianza en el Gobierno –sentenció el legislador–. El kirchnerismo primero hace lo que quiere y luego lo quiere convertir en ley.”