EL PAíS › MARTíN FARIZANO, TRAS DERROTAR AL COBISMO EN LA INTERNA RADICAL

“Soy un radical N, de neuquino”

El intendente de Neuquén se diferencia del sector de la UCR cercano a Cobos –“suponen que un candidato se vende como champú”–, propone formar una coalición y, sin definirse como aliado del Gobierno, defiende la Asignación por Hijo y la ley de medios.

 Por Sebastian Abrevaya

Martín Farizano se mudó a Neuquén en los ’90, luego de presidir la Juventud Intransigente de la ciudad de Buenos Aires y ocupar durante el alfonsinismo la secretaría administrativa del bloque de diputados del Partido Intransigente. Una vez en la Patagonia, fue seis años secretario de Economía del entonces intendente de la capital provincial, Horacio “Pechi” Quiroga, a quien sucedió en 2007, en el marco de una alianza con el PJ local, la CTA, el ARI y otras fuerzas. En aquel momento formó parte del grupo de radicales K que acompañaron la Concertación Plural, aunque no participó luego de la defección encabezada por Julio Cobos en 2008. El domingo pasado dio vuelta los pronósticos iniciales, le ganó la interna radical a Quiroga, uno de los hombres más cercanos al vicepresidente, y se convirtió en el candidato a gobernador de la UCR. “Ellos suponen que una elección se gana vendiendo un candidato como se vende un champú”, aseguró Farizano en referencia al espacio de Cobos.

En diálogo con Página/12, el intendente de Neuquén se definió como un “radical N”, con lo que evitó pronunciarse sobre candidaturas nacionales y sobre su relación con el Gobierno. Sin embargo, dijo que acompaña la Asignación Universal por Hijo, la ley de medios audiovisuales y una ley que permita actualizar el valor de las jubilaciones. “Cuando las medidas sean correctas, quien pueda estar en el Gobierno va tener mi apoyo”, remató Farizano, que en los próximos días viajará a Buenos Aires invitado por la Presidenta.

–Algunos medios interpretaron que la elección de la UCR neuquina fue otra disputa entre Ricardo Alfonsín y Julio Cobos, como en la provincia de Buenos Aires. ¿Cómo interpreta usted su victoria?

–Ricardo en ningún momento expresó su apoyo ni participó de esta elección. Tengo un reconocimiento importante respecto de lo que fue la renovación interna de la provincia de Buenos Aires. En realidad, lo que puede llegar a vincularnos es la similitud de objetivos, ya que nosotros también planteamos la renovación del radicalismo. Nos parecía que era imprescindible cambiar estas prácticas del partido totalmente autoritarias y formar una coalición con otros sectores.

–Desde el sector que responde a Cobos sostenían que el radicalismo va a quedar desdibujado en medio de esa coalición...

–Es exactamente lo contrario. Ellos han transformando al partido en un partido endeble. Tienen una visión de democracia de candidatos y no de partidos, con un fuerte nivel de personalismo, a punto tal que la figura que exhiben es una figura excluyente. Suponen que una elección se gana vendiendo un candidato como se vende un champú. La política es algo mucho más amplio que el marketing. La propuesta que tengo es un partido no cerrado, no conflictivo, no fundamentalista, abierto a poder coordinar y combinar políticas con el resto. Hasta ahora la oposición nunca se animó a construir una alternativa lo suficientemente potente.

–Ellos planteaban que así se frena el proceso de recuperación del partido...

–El debate de la campaña fue precisamente ése. Un radicalismo muy aislado, cerrado hacia adentro y hacia afuera, que ya fracasó el año pasado, versus cambiar el partido para generar la inclusión de todos los afiliados y una coalición amplia con otros sectores. Un partido chico podrá ser obediente, pero pierde capacidad de incidencia sobre la sociedad.

–Como candidato a gobernador, ¿cuál es su posicionamiento a nivel nacional?

–Es demasiado temprano y es demasiado incipiente el proceso para aventurar una afirmación. De ninguna manera me voy a comprometer con posiciones que nos instalen en la confrontación sistemática y permanente. Yo podré no ser peronista ni kirchnerista, pero no voy a dejar de apoyar la Asignación Universal por Hijo ni la ley de medios ni una ley que permita actualizar el valor de las jubilaciones. Cuando las medidas sean correctas, quien pueda estar en el gobierno va tener mi apoyo.

–El gobernador de Río Negro, Miguel Saiz, aseguró que si el radicalismo lleva un candidato propio en 2011 lo va a acompañar, ¿usted piensa un esquema similar?

–Nuestra construcción es fuertemente plural. Yo tengo muy buenas relaciones con Saiz, eso no necesariamente implica que repliquemos el modelo. Tendríamos que hacer un trabajo importante dentro del radicalismo para construir una candidatura potente. Pero es todo muy incipiente como para poder definirlo hoy. No sabemos siquiera si va a terminar siendo Alfonsín, si va a terminar siendo Kirchner, Cristina o Scioli, si va a haber internas dentro del PJ, si se va a unificar todo el peronismo disidente. Cuando se vayan vislumbrando más claramente las posiciones, estaremos en condiciones de ir definiendo otras cosas. Aventurar sobre la base de supuestos no abonaría a la construcción de la coalición que quiero construir y generaría más conflicto que otra cosa.

–¿Cómo se ubica ante el proceso de reunificación que vive la UCR y que tiene como exponentes a Alfonsín y a Cobos?

–Si tuviera que definirme como radical, tendría que decir que soy un radical N. Es decir, un radical neuquino. Neuquén tiene particularidades que ningún otro distrito tiene, que es la existencia de una fuerza provincial que gobierna desde hace cincuenta años y eso le da una situación que lo diferencia del resto.

–¿La Concertación puede replicarse de alguna manera en 2011?

–La Concertación de 2007 fue insuficiente. Yo creo que hay que ampliarla, porque en 2007 fue la concertación con Cobos de candidato y no alcanzó. Desde el punto de vista de la propuesta política dejamos afuera a la gente de la CTA y a otros grupos progresistas que sacaron cerca del 10 por ciento de los votos. En Neuquén dividir por tres el espectro político contiene un altísimo riesgo de perder. Dividir por dos no digo que garantiza, pero pone al borde del triunfo la alternativa que logre juntarse para enfrentar al MPN.

–¿Las candidaturas nacionales dificultarán la realización de ese acuerdo?

–Seguramente, las elecciones van a ser desdobladas, porque no existe en la historia de Neuquén una elección que se haga junto con las nacionales, salvo a la salida de gobiernos militares. Si ellos provincializan la elección, nosotros vamos a provincializar la elección. Y cuando la elección sea nacional, vamos a tener la libertad para elegir a quién apoyamos. Para nosotros es muy importante producir una transformación en la provincia y esa es la prioridad de esta etapa. Si hay inteligencia de la dirigencia nacional de observar y plantear, pero no imponer y romper, creo que la vocación dentro de la provincia está muy firme.

–¿El radicalismo debe conducir esa alianza?

–Yo no soy pretencioso. El radicalismo tiene la posibilidad de transformarse en puente. Pero no cualquier radicalismo, Quiroga no puede hacer eso porque tiene que ser un radical convencido de la importancia de generar una coalición, que no tenga prejuicios y que esté dispuesto a condensar todas las propuestas.

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Farizano se impuso como candidato a gobernador del radicalismo sobre Pechi Quiroga.
Imagen: Télam
 
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