EL PAíS › DISPAROS QUE SALIERON DEL MUNICIPIO HIRIERON A DOS MANIFESTANTES

En Avellaneda, todos miran a Cacho

La protesta gremial contra el intendente Baldomero “Cacho” Alvarez derivó en violencia. Relevaron al jefe policial de Avellaneda.

 Por Miguel Jorquera

Un video complicó la situación política y legal del intendente de Avellaneda, Baldomero “Cacho” Alvarez de Olivera, tras los incidentes en que dos trabajadores municipales resultaron heridos de bala en medio de una protesta gremial, desatando la ira de sus compañeros que apedrearon la municipalidad y quemaron el automóvil del secretario del jefe comunal. En él se puede ver cómo algunas personas de civil salieron del palacio municipal y se parapetaron detrás de las vallas que lo rodean para disparar con armas de fuego contra los manifestantes. Varias horas después, la policía –por orden de la Justicia– detuvo al menos a dos de ellos en el propio despacho privado del intendente y secuestró una pistola 9 milímetros. Felipe Solá destituyó al comisario de Avellaneda y la oposición kirchnerista pidió la suspensión del intendente duhaldista, además de solicitarle al gobernador la intervención del municipio.
Todo empezó pasadas las siete de la mañana. Los trabajadores, encabezados por el dirigente sindical Rubén García, que mantienen un conflicto sindical por aumento de salarios comenzaron a agruparse frente al edificio comunal para realizar una asamblea en su interior. A esa hora llegó al lugar el secretario privado del intendente, Daniel Lamarmara, quien intercambió “insultos y amenazas” con los manifestantes. Algunos de ellos se avalanzaron sobre el funcionario y “hasta voló algún cachetazo”. A partir de allí, todo pudo terminar en una tragedia.
Varias personas de civil salieron del interior del Palacio municipal, se escudaron detrás de las vallas y comenzaron a disparar con armas contra la multitud. Miguel Garea, recibió un disparo en el omóplato y a Ricardo Andrada una bala de plomo le habría rozado la cabeza, ante “la pasividad de la policías que custodiaban el lugar”, según denunciaron los propios trabajadores. Ambos fueron atendidos en el Hospital Fiorito y dados de alta ya que las heridas no revestían gravedad.
Después que Lamarmara y los agresores se refugiaron en el municipio, los trabajadores volvieron a reagruparse y soltaron su ira: apedrearon y rompieron los vidrios del edificio municipal y quemaron el Renault Laguna de la comuna que habitualmente usa el secretario del intendente. A partir de ahí comenzó una guerra de versiones encontradas sobre los hechos.
Alvarez –que no fue al municipio para “no caldear más los ánimos”– atribuyó los incidentes a “una escalada de actitudes violentas de algunos sindicalistas que pueden conseguir por la fuerza lo que no consiguieron en las elecciones”. Así, el intendente duhaldista trasladó la disputa al plano político y responsabilizó a García, ex candidato kirchnerista por los desmanes. Según Alvarez todo se inició cuando los sindicalistas “golpearon a mi secretario privado y le incendiaron el auto. Después ingresaron a la Municipalidad, rompiendo vidrios y causando destrozos”.
En ese momento, explicó Alvarez, “se produjeron los disparos, que nadie sabe si se efectuaron desde afuera o desde adentro del edificio, adonde había entrado un ‘malón’ de 150 personas causando destrozos”. Poco después, personal policial, por orden de la UFI 12 de los tribunales de Lomas de Zamora –que interviene en la causa penal–, detuvo a dos de los supuestos agresores en las propia “privada” del intendente y secuestraron una pistola 9 milímetros con la que se habrían hecho los disparos.
García dialogó con Página/12, tras regresar de la entrevista que le concedió el gobernador Solá en La Plata y después de recibir telefónicamente la solidaridad del ministro de Defensa y senador electo José Pampuro. El gremialista ya tenía en su poder el video –registrado por el Canal 5 de Avellaneda– que rápidamente distribuyó a los medios de comunicación y entregó a la Justicia. “Quedó demostrado que el intendente no es quien dice ser”, le dijo a este diario.
–¿Y qué es para usted el intendente? –preguntó Página/12.
–Un intendente que maneja bandas armadas –respondió el sindicalista.
García quiso despegar de los elementos políticos que Alvarez le adosó al conflicto. “Los problemas políticos que los arreglen los políticos. Acá tenemos dos trabajadores heridos de bala por la patota que protege al intendente”, sostuvo García. Sus abogados denunciaron a los detenidos por “tentativa de homicidio” y a Alvarez por “incitación a la violencia”.
A esa hora de la tarde, ya se conocía la orden de Solá de pasar a disponibilidad al comisario de la primera de Avellaneda, Sergio Gabriel Zudaire. Aunque no se dieron a conocer los motivos, la decisión se habría tomado por “la pasividad policial” frente a los agresores, por quienes –según el secretario de Seguridad Martín Arias Duval– “se habrían hecho gestiones desde el municipio para que fueran liberados”.
Atrás llegó la embestida política contra Alvarez. El ex intendente frepasista y ahora dirigente kirchnerista, Oscar Laborde, afirmó a Página/12 que los concejales de Avellaneda para Todos “solicitarán la suspensión a Alvarez”. Una propuesta que difícilmente prospere, ya que el PJ conserva hasta el 10 de diciembre mayoría propia en el Cuerpo. “Si no pediremos al gobernador la intervención del municipio”, insistió Laborde.

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Un video muestra que las balas contra los municipales de Rubén García salieron desde el municipio.
 
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