Desde ya que todos los consultores le asignan importancia a la elección legislativa y, por lo tanto, a la cantidad de diputados y senadores que recogerá cada fuerza.

Zuleta diagnostica que “la ventaja oficial en el Congreso es un factor de gran importancia hacia el futuro. El Senado seguirá por un buen tiempo empatado y la lógica de los poderes provinciales dificulta la disciplina centralista. En Diputados las cosas serán más complejas. Si se vota como el 14 de agosto, el FPV elevaría su representación a 119 diputados propios. Va a necesitar alianzas y tendrá que afinar la puntería en eso. La UCR será indudablemente la segunda minoría; después estará el Peronismo Federal, el Frente Amplio no va a crecer en bancas y caerá muchísimo la representación de la Coalición Cívica”. Artemio López coincide con este diagnóstico de Zuleta: “El oficialismo mejorará levemente en la Cámara de Diputados, pero no tendrá quórum propio. En el Senado no habrá cambios”.

“No me parece que sirva mucho que la oposición pueda bloquear las iniciativas del Ejecutivo –afirma Haime–. No creo que sirva ni un oficialismo que decide solo ni una oposición que sólo pone palos en la rueda. Más allá del número final que cada uno obtenga, el diálogo institucional sería lo más lógico.”

Bacman afirma que “es fundamental para el que gobierna contar con mayoría legislativa: es como gestionar navegando en aguas tranquilas.Sin embargo, este gobierno posee la experiencia de navegar en aguas turbulentas y luego de las elecciones legislativas de 2009, reconstruyó su vínculo con la opinión pública gestionando y profundizando su modelo de gestión sin mayoría legislativa. Solamente fue mucho más difícil, pero, en definitiva, lo logró. Estos resultados de las elecciones presidenciales, que la totalidad de las encuestas predicen, es la demostración más lapidaria”.

Römer analiza el cuadro en comparación con lo que sucede en otras latitudes. “En otras democracias republicanas con sistemas políticos menos fraccionados, con dirigentes menos personalistas y partidos mas sólidos la oposición tiene un rol central no sólo para bloquear (que se lo pregunten si no al pobre Obama) sino para proponer alternativas y ejercer una función de control que es importante no sólo como muchos creen, para lograr mayor transparencia, sino para mejorar la productividad y calidad legislativa. Pero lo cierto es que en la Argentina la oposición fue mayoría a partir de 2009 y vimos cuán lejos estuvo de ejercer su rol opositor con eficacia.”

Capurro vuelve a poner el acento en que la clave está en la elección presidencial. “Es cierto que hay una tendencia al corte de boleta. Los ciudadanos anuncian una alta proporción en las encuestas. Pero yo creo que el peso del voto presidencial es determinante. Y después también es así. Más allá de la cantidad de bancas que saquen unos u otros, con una Presidenta que logre un magnífico porcentaje en la elección, será más difícil bloquearle proyectos.”

En casi todas las encuestas que se hicieron sobre el tema, la mayoría de los ciudadanos se inclina por un Parlamento que corrija, pero que acompañe y colabore con el Ejecutivo. El porcentaje que saque CFK será decisivo, pero habrá que ver el fenómeno del corte de boleta. En una encuesta es fácil manifestar que se votará para tal candidato para presidente y a tal otra lista para el Congreso, pero en la realidad del cuarto oscuro no se producen tantos cortes como los ciudadanos adelantan en las encuestas. El Frente para la Victoria tiene que hacer una magnífica elección para quedar relativamente cerca del quórum propio, pero necesitará igual del diálogo con los sectores más afines en cada uno de los proyectos.