–¿Tiene algún twittero favorito?

–Reconozco mi mediocridad en las nuevas técnicas de comunicación, me manejo mal. A veces mando un tweet, pero no adquirí el hábito.

–Nuevo no. Me gustan los clásicos, la música brasileña, el tango y el jazz. Ultimamente redescubrí la música del Mono Villegas y Jorge López Ruiz.

–Un buen vino o ir a un buen restaurante y compartirlo con mi mujer o un amigo.

–Sí. Lo traté a Héctor Oesterheld porque era amigo de mi hermano mayor, Héctor, que fue un gran historietista y creador del Cabo Savino, que luego hizo una gran carrera como publicista y cuando fue abandonando la historieta me pedía a mí que completara algunas historias o capítulos. Fue una gran escuela de guión. Y en esa época el rey era Oesterheld.

–Unas vacaciones en Panuba, Brasil, con mi hijo, que había venido de Europa con su familia. Pero nos llovió los 15 días y no paró.

–No, fui a Brasil una semanita a la casa de la familia de mi mujer para las fiestas. Pero en realidad no fueron las vacaciones: a mí me gusta pasar el verano en mi casa, con mi parque y las flores.

–En general escapo. Me resisto al consumismo y a los que me quieren vender algo, pudiendo ser sensible a las tentaciones cuando se trata de una mujer hermosa que te quiere vender algo.

–De pie, donde me siento más seguro, aunque no sea la más cómoda.