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Entre jeques y califas

-Menos números, más plata. Las patentes de los autos en Abu Dhabi, salvo las diplomáticas, están compuestas por números de tres, cuatro y cinco cifras que se asignan de acuerdo con el poder adquisitivo. Las de tres pertenecen a jeques árabes, las de cuatro a los que les siguen en la escala social y las de cinco cifras, a los más pobres.

- Bañarse separados. Las playas públicas en Abu Dhabi son amplias, con arena fina y mar turquesa. Las playas están cuidadas todo el año, con bañeros cada 50 metros y baños y cambiadores. Sin embargo, por diez dirhams (2,7 dólares) se puede acceder a playas privadas con sombrilla y reposeras. En éstas no está permitido el acceso a hombres solos, ya que para ese caso están las públicas.

- Riego permanente. En todos los canteros, plazas y espacios verdes llaman la atención unas especies de serpentinas negras que viborean por la superficie. Se trata de mangueras que mantienen húmedo el suelo mediante el sistema de goteo permanente, imprescindible por la salinidad de la tierra.

- Un poco de alcohol. En Emiratos Arabes está prohibida la venta de alcohol. Sin embargo, después de las 22 horas, algunos hoteles ofrecen un espacio, generalmente en un entrepiso, donde venden alcohol a sus huéspedes. Esto es a partir de una iniciativa del príncipe heredero, el jeque Mohammed bin Zayed al Nahyan, para fomentar el turismo.

- Nafta barata. Es común ver a los automovilistas dejar el auto encendido para mantener el aire acondicionado encendido hasta que terminen de hacer algún trámite. Esto se explica por el bajo precio del combustible, el cual es equivalente a 1,20 peso (argentinos) el galón (3,8 litros).

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