SOCIEDAD › UNA MUJER ESTUVO SECUESTRADA DURANTE DIECIOCHO AÑOS Y TUVO DOS HIJOS CON EL CAPTOR

El infierno de Jaycee en California

La víctima fue secuestrada en 1991, cuando tenía 11 años. Nunca se supo nada de ella. Ahora apareció, aunque no está claro cómo se fugó. Estuvo todo el tiempo encerrada en una casa, junto a sus hijos, que nunca fueron a la escuela ni vieron a un médico.

Jaycee Lee Dugard tenía once años cuando fue secuestrada en California en 1991. Cientos de policías trabajaron durante años para encontrarla. Su padrastro, que estaba cerca de ella cuando fue capturada, fue siempre considerado sospechoso. Es más, el episodio le costó la separación con su mujer, la madre de la niña. El miércoles, 18 años después, Jaycee Lee Dugard se presentó en una comisaría. Contó que estuvo encerrada en una casa todo este tiempo, que sufrió los abusos de su captor y que concibió dos hijos. El secuestrador y su esposa fueron detenidos.

Jaycee Lee Dugard, hoy de 29 años, era una pequeña rubia y de ojos azules cuando fue secuestrada al frente de su casa en South Lake Tahoe, California, ante la presencia del esposo de su madre, Carl Probyn.

“Ella estaba en buen estado de salud, pero viviendo en la parte de atrás de una casa por 18 años, eso tiene su precio”, explicó el oficial Fred Kollar, de la comisaría de El Dorado. Jaycee “estuvo en cautiverio en un patio escondido en la parte trasera de la casa del sospechoso Phillip Garrido”, un hombre con prontuario de abusos sexuales, quien mientras estaba en libertad condicional levantó sospechas al ser divisado con dos menores y una mujer, que era su esposa Nancy.

Cuando fue consultado por los oficiales esta semana, el hombre confesó que era el captor de la niña desde hace 18 años. En una descripción de hechos que faltan por aclarar, el miércoles, la propia Jaycee caminó hasta una comisaría de este suburbio del gran área de la bahía, aledaño a San Francisco, y dio su identidad para empezar a develar el infierno que vivió.

La mujer tuvo a su primera hija a los 14 años y otra niña cuatro años después. La mayor de sus hijas hoy tiene 15 años y la menor 11, la misma edad que tenía Dugard cuando fue secuestrada. “Niñas que nunca fueron ni a la escuela ni al médico”, apuntó el oficial Kollar. Las tres jóvenes fueron mantenidas “la mayor parte de sus vidas en unas estructuras pequeñas escondidas detrás de muros y árboles”, agregó Kollar.

El Departamento de Policía describió el lugar de cautiverio como un sitio salvaje detrás de una vivienda suburbana, con algunas cobijas y dos carpas pequeñas esparcidas por el suelo de un espacio reducido.

Phillip Garrido, de 58 años, que ya había cumplido condena por violación, y su esposa Nancy Garrido, ambos residentes de la casa del secuestro, son los dos detenidos por este caso que pasó a manos del FBI. Los Garrido fueron detenidos el miércoles y se les fijó una fianza de un millón de dólares.

Las autoridades confirmaron que Jaycee se reunió el jueves con su madre, Terry Probyn, y su media hermana, una chica de 19 años. Carl Probyn, padrastro de Jaycee, y sobre quien todos estos años pesaron las peores sospechas por este caso que le valió la ruptura de matrimonio con Terry, dijo a la televisión que esto era “como ganarse la lotería”. “Estoy simplemente agradecido de que esté viva y bien”, dijo Probyn, un hombre de 60 años, que siguió la conferencia de prensa de la policía conmovido, junto a reporteros que rodearon al primer sospechoso de una historia que en 1991 llamó la atención de los medios estadounidenses.

“Cuántas vidas interrumpidas”, atinó a decir Probyn en su casa del condado de Orange, al sudeste de Los Angeles, y a unos 650 kilómetros de donde apareció el jueves su hijastra. “Todo lo que dije se está haciendo verdad”, agregó este hombre de origen canadiense, veterano de la guerra de Vietnam, que el día del secuestro vio a Jaycee bajar de su bus escolar y de pronto la escuchó gritar cuando dos personas la subían a un auto. Probyn tenía una bicicleta en la mano e intentó en vano perseguir a los captores de la niña que apareció el jueves.

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La casa de Phillip Garrido, donde la mujer permaneció encerrada en un patio trasero junto a los hijos, en condiciones deplorables.
Imagen: EFE
 
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