SOCIEDAD › LEONARDO ANSELMI, IMPULSOR DE LA CAMPAñA CONTRA LAS CORRIDAS EN CATALUñA

El argentino que salvó a los toros

Es rosarino y vive desde hace ocho años en Barcelona. Especialista en marketing, fue el coordinador de la campaña que logró reunir las 180 mil firmas que permitieron el tratamiento legislativo de la prohibición.

 Por Oscar Guisoni

Desde Madrid

Nació en Rosario, donde ya desde pequeño comenzó a preocuparse por el destino de los animales maltratados. Llegó a Barcelona hace ocho años y en 2007 puso en marcha, junto a un grupo de defensores de los derechos de los animales, una plataforma con el objetivo de acabar con las corridas de toros en Cataluña. Se llama Leonardo Anselmi, es el vocero de Prou! (Basta!, en catalán), un puesto que ocupa gracias a sus grandes dotes de comunicador y se ha transformado, desde que la pasada semana el Parlamento regional aprobara la prohibición de la tauromaquia, en una especie de pequeña “bestia negra” de la derecha nacional, a la que la medida le sentó muy mal, porque interpretó que se trataba de un ataque del catalanismo nacionalista a una fiesta que, según dicen, forma parte de la identidad hispana.

–¿Cómo fue que llegó a transformarse en la voz cantante del movimiento antitaurino en Cataluña?

–Me sumé a este movimiento animalista hace cuatro años. Como me he formado en marketing estratégico, acabé siendo el coordinador de esta campaña. La plataforma Prou! la formamos un grupo de animalistas sueltos que decidimos pasar de la protesta a la acción legislativa, motivados por la aparición de un estudio de la empresa Demoscopia que decía que el 70 por ciento de los catalanes estarían de acuerdo con prohibir las corridas de toros. Entonces dijimos: si la sociedad está de nuestro lado no tiene sentido seguir protestando y decidimos poner en marcha una estrategia legislativa.

–¿Cuáles fueron los principales pasos que dieron para conseguir el objetivo?

–Empezamos con esta lucha en septiembre de 2007. No conocíamos a nadie en el entorno político. Tuvimos que hacernos los contactos desde cero. Primero intentamos que fueran los partidos políticos los que presentaran la medida, pero no funcionó. Entonces vimos que teníamos otro recurso disponible, que era la llamada Iniciativa Legislativa Popular, previsto en la Constitución española. Para llevarla a la práctica necesitábamos juntar al menos 50 mil firmas, pero no era una tarea sencilla porque las exigencias eran muy altas. No sólo se pedía nombre, DNI y dirección, sino que además esos datos debían coincidir con el padrón electoral. Ante cualquier error, esa firma se impugnaba. Por suerte, superamos con creces el objetivo. Conseguimos 180 mil.

–¿Luego se vieron obligados a hacer algún trabajo de lobby con los partidos políticos o con esta medida resultó suficiente?

–No creíamos que hiciera falta hacer lobby. Ibamos al Parlamento a llevar libros, textos, argumentos, nos sobraban argumentos. Pero además estábamos convencidos de que si no ganábamos esta batalla es porque no era el momento de ganarla.

–Pero se les terminó cruzando en medio del camino el debate independentista y las pujas en torno de la identidad catalana vs la española.

–En 2007, cuando comenzamos a preparar esta batalla, las aguas no estaban tan agitadas como están ahora en torno del debate independentista y nacionalista. Y de repente nos encontramos con que muchos medios de comunicación presentan el tema como si se tratara de una venganza de Cataluña por lo que ha sucedido con el estatuto de autonomía (N. de la R.: El Tribunal Constitucional español consideró recientemente inconstitucional varios artículos del nuevo estatuto autonómico, sobre todo los que proclamaban que Cataluña es “una nación”). ¡Eso es una locura! Nosotros pasamos el primer trámite parlamentario en diciembre, cuando todavía no se había dado este dictamen del Tribunal, y sacamos 67 votos a favor. Y el 28 de julio sacamos 68. ¡Un voto más! Además, las corridas de toros no son una tradición española. Es una tradición mediterránea que aguantó más tiempo en España, y sigue viva también en algunas regiones de Francia y Portugal. De todos modos, al Partido Popular le sienta mal cualquier cosa que haga Cataluña.

–El PP lo tomó como una agresión a los valores culturales españoles...

–Cuando argumentan en esta línea mezclan dos elementos. Por un lado, dicen que no se puede prohibir, que hay que dejar que las cosas se mueran solas. Y eso es muy hipócrita. Seguramente antes de prohibir las peleas de perros y de gallos había aficionados, gente a la que le gustaba. Pero ellos dicen que las corridas de toro son tradición y cultura. Nosotros rebatimos diciendo que no las hemos prohibido, sino que las hemos dejado de permitir. Parece un matiz tonto, pero no lo es. En Cataluña hay una ley que dice que está prohibido matar animales en espectáculos públicos y abajo había un inciso que decía “excepto en las corridas de toros”. Nosotros sólo peleamos para que se eliminara ese inciso de la Ley de Protección Animal. También es importante, para nosotros, el aspecto educativo que tiene un espectáculo con animales. No se puede decir que defendemos la ecología y al mismo tiempo damos estos ejemplos con los toros. Hay gente que nos dice “pero también sufren los animales en la ganadería”. Sí, no tengo dudas. Pero ese es un tema de conciencia individual, no un espectáculo público. Como prudencia ecológica, para las nuevas generaciones, si les queremos enseñar que tienen que respetar el aire y el agua, ¿cómo no vamos a empezar por el respeto al mundo animal, que de última es el reino al que pertenecemos? Teniendo el cambio climático a la vuelta de la esquina tenemos que reflexionar sobre los ataques a la naturaleza y una forma de hacerlo es prohibiendo este tipo de espectáculos que hace sufrir a los animales de forma innecesaria.

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“Decidimos pasar de la protesta a la acción legislativa”, relata Anselmi.
 
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