SOCIEDAD › CéSAR MELAZO ACEPTó EL PEDIDO DEL FISCAL Y CONSIDERó QUE LA MUERTE DEL BEBé NO ES UN ABORTO DOLOSO

Para el juez, fue un homicidio agravado

Al sexto detenido en la causa, como al primero, lo entregó su madre. Todos se negaron a declarar. El juez les imputa un homicidio triplemente agravado por alevosía, por ser cometido por dos o más personas y para ocultar otro delito.

En medio de un intenso debate por la calificación legal que les cabe a los presuntos autores de la muerte de Isidro, el hijo prematuro de Carolina Píparo, ayer el juez de Garantías de La Plata, César Melazo, decidió agregar, entre otras acusaciones, la de “homicidio” más una serie de agravantes, por lo que todos los imputados podrían ser condenados, como pena máxima, a reclusión perpetua. Era lo que habían pedido los abogados de la familia Píparo y también el fiscal Marcelo Romero, quien sugirió que primero esperaría los resultados de la autopsia al bebé. “La autopsia establece que hay un elemento causal para vincular la agresión que sufrió Carolina al homicidio del bebé”, aseguró el abogado de la familia, Fernando Burlando.

En la carátula anterior a la muerte del bebé, la penas previstas para los seis detenidos y el prófugo, el supuesto marcador en el interior de la sucursal platense del banco Santander Río, Miguel Angel Silva, iban entre los 15 y 20 años de prisión. La nueva carátula, pese a ser un resumen del violento ataque a Píparo, es bastante extensa porque suma los delitos en los que incurrió la supuesta banda dedicada a las salideras.

“Robo doblemente calificado por empleo de arma de fuego con actitud de disparo, y por haber sido cometido en poblado y en banda en concurso real con tentativa de homicidio triplemente calificado por alevosía, por el concurso premeditado de dos o más personas y para asegurar los fines del delito precedente, éste en concurso ideal con homicidio triplemente calificado por alevosía por el concurso premeditado de dos o más personas y para asegurar los fines del delito precedente”, describe el juez.

El bebé, se sabe, pasó la semana entera en una incubadora, al abrigo de los latidos del corazón de su madre, que grabaron los médicos. Tenía fecha de parto para el 3 de agosto pero salió a luz el 29 de julio, en la sala de emergencias del hospital, y por cesárea. La bala, que aún mantiene en riesgo la vida de su madre, entró por la boca, perforó un pulmón y quedó alojada en el bajo vientre.

Ayer, el fiscal platense aseguró que los imputados “quisieron y asumieron fríamente las consecuencias de cercenar la vida de Carolina y de Isidro”, y para justificarse citó la escucha telefónica de uno de los acusados que dijo a su madre: “Estoy re jugado, si esa criatura se muere yo quedo hasta las pelotas”.

“Está fuera de debate la posibilidad de que el accionar desplegado se halle inmerso en la figura del aborto porque la acción desplegada estuvo dirigida a matar a dos personas únicas, irrepetibles e independientes a fin de asegurar el delito”, escribió el fiscal Romero al solicitarle al juez Melazo el cambio de calificación. Allí, citó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención Americana y la de los Derechos del Niño, que en su preámbulo establece que un menor “por su falta de madurez física y mental necesita protección y cuidados especiales, incluso la debida protección legal tanto antes como después del nacimiento”.

Isidro, abundó en el escrito, “tenía vida, identidad, nombre, sexo, futuro, esperanza y familia, y a pesar de los procedimientos médicos que debió padecer, su ser era independiente”. Agregó que el embarazo de Píparo se encontraba en término y ningún signo indicaba que su nacimiento, programado para los primeros días de esta semana, no fuera viable. El resultado de la autopsia, sin embargo, es un misterio por estas horas. Ni la policía científica ni la fiscalía hacen menciones concretas sobre el estudio que recibieron ayer al mediodía. Sólo se sabe que el bebé tuvo un paro cardíaco y no pudo reponerse, por lo que falleció una semana después de su nacimiento.

“Solicitar la autopsia fue algo muy duro por la fragilidad en la que se encuentra la propia familia y lo hablé con ellos para que me autorizaran a pedirla. Pero sirve mucho. Hay que entender que ésta es una instancia compleja, pero necesitamos celeridad en ciertas cuestiones procesales. La autopsia, además de ser un elemento básico para calificar el delito, sirve para evitar los intentos de nulidad que puedan plantear la defensa de estos miserables”, reconoció Burlando a Página/12.

De todas formas, las causas de la muerte del bebé estaban claras a partir de los informes de los neonatólogos que lo atendieron: “El disparo que recibió la madre afectó la alimentación de sangre al feto, por lo cual su cerebro no estuvo oxigenado durante un tiempo prolongado, lo que le provocó una lesión irreversible que resultó fatal”, dijo a Página/12 una fuente directamente vinculada con la investigación.

La calificación de la causa, en todo caso, no es decisiva en esta instancia. “Tanto si fuera homicidio o aborto doloso, una u otra figura deben demostrarse en el juicio oral. En esta etapa la calificación sólo importa a los efectos de otorgar excarcelaciones y queda claro que en ninguno de los dos casos corresponde la libertad de los imputados”, explicó una fuente a este diario.

En tanto, se supo ayer que Carlos Moreno, el chico de 19 años detenido el jueves, fue entregado a la policía por su madre. “Prefiero verlo preso y no que me lo entreguen en una bolsa negra”, dijo la mujer. El chico sería quien iba en un auto junto a Juan Calvimonte, otro de los detenidos, en apoyo a la moto en que circulaban los ladrones y el autor del disparo. En total, son seis los detenidos, ninguno de los cuales hasta ahora aceptó declarar ante el fiscal.

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“Hay una vinculación entre la agresión a Carolina y el homicidio del bebé”, dijo el abogado Burlando.
Imagen: Gonzalo Mainoldi
 
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