SOCIEDAD › LA SENTENCIA DE UN JUICIO DE DD.HH., RECONOCIDA POR PROMOVER LA EQUIDAD DE GENERO

Fallo argentino con premio internacional

Una entidad de derechos humanos premió los mejores y peores fallos judiciales en materia de igualdad de género. Fue reconocida una sentencia por la violencia contra mujeres en un centro clandestino de la dictadura. Otro fallo argentino obtuvo un “antipremio”.

 Por Mariana Carbajal

El suboficial Gregorio Medina, condenado en 2010 por el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata.
Imagen: Télam.

Un fallo argentino obtuvo el primer premio a la decisión judicial con el efecto más positivo en un certamen internacional que analiza los pronunciamientos de Cortes y tribunales más progresistas y más retrógrados en materia de equidad de género en el mundo. La distinción, que lleva el nombre de Mallete de Oro, fue otorgada a la primera condena que consideró como delitos de lesa humanidad las violaciones cometidas contra mujeres en centros clandestinos de detención durante la última dictadura militar. A la vez, otra sentencia dictada en el país fue considerada entre las más sexistas: el Garrote de Plata lo recibió la decisión de la Sala 1 de Casación Penal bonaerense, que redujo a la mitad la condena por abuso sexual de dos niñas porque eran de familias de escasos recursos. Uno de los jurados fue el juez español Baltasar Garzón.

Se trata de la tercera edición de los Premios Género y Justicia al Descubierto organizado por la entidad de derechos humanos con sede en Colombia Women’s Link Worldwide. Las sentencias que compitieron fueron propuestas por el público en su sitio web. Podían participar aquellos fallos relacionados con derechos sexuales y reproductivos, violencia de género y discriminación por cuestión de género dictados por tribunales de distintas instancias y cortes internacionales. En total fueron nominadas 78 decisiones relacionadas con 28 países. Junto a Garzón, formaron parte del jurado la periodista y escritora mexicana Lydia Cacho y la abogada norteamericana, especialista en derecho internacional, Patricia Sellers.

“En todos los países, sin importar su sistema político, cultura nacional o creencias religiosas, los comentarios de jueces o juezas, Cortes y tribunales tienen una influencia enorme sobre el sentido de justicia y la vida diaria de todas las personas”, destacó Viviana Waisman, directora ejecutiva de Women’s Link, durante la ceremonia que dio a conocer los fallos premiados.

Las decisiones de la Justicia argentina nominadas se destacaron entre las mejores y peores en materia de equidad de género. El Mallete de Oro fue otorgado a la sentencia dictada en junio de 2010 por el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata, por la cual se aplicó reclusión perpetua a un ex suboficial de la Fuerza Aérea por encontrarlo culpable de las violaciones cometidas contra mujeres en el centro clandestino de detención y exterminación conocido como La Cueva. El fallo es el primero por crímenes de género cometidos durante la última dictadura militar. Su particularidad es que reconoce las violaciones y otros actos de violencia sexual contra mujeres como parte de un plan sistemático de las Fuerzas Armadas y por tanto se enmarcan legalmente como crímenes de lesa humanidad. El jurado valoró que esa decisión “ofrece justicia a las mujeres por los crímenes cometidos específicamente contra ellas”.

El anuncio de los ganadores se hizo en Madrid, durante la celebración de los diez años de Women’s Link. Esta entidad es reconocida por haber promovido la exitosa demanda que derivó en 2006 en el fallo de la Corte Constitucional de Colombia que despenalizó parcialmente el aborto.

Los otros premios Mallete a las decisiones judiciales positivas para la equidad de género se entregaron en la categoría Bronce, al Tribunal Supremo de España, que ordenó a la seguridad social reconocer y pagar la prestación de maternidad de cuatro meses a la madre adoptiva de una menor, casada con la madre biológica, dado que previamente había habido convivencia entre ambas. “Esta decisión reivindica la importancia de garantizar el derecho de los menores a tener una familia, sin que prevalezca un tipo de familia particular”, destacó el jurado. En la categoría Plata, se destacó el fallo de la Corte Militar del Sur de Kivu, República Democrática del Congo, por condenar al oficial militar de más alto rango en el momento de la sentencia, y a otras nueve personas, por la violación de más de 50 mujeres y niñas y por actos de terrorismo durante el ataque a la población de Fizi, ocurrido el 1º de enero de 2011. “Esta decisión es una advertencia para los altos mandos militares que no sólo deben abstenerse de usar la violencia sexual como arma de guerra, sino también evitar que sus subalternos abusen de las mujeres como botín de guerra”, consideró el jurado.

Entre las decisiones más sexistas, el fallo de la Sala 1 de Casación de la provincia de Buenos Aires mereció el segundo lugar. La sentencia cuestionada favoreció al pastor Francisco Avalos. Fue firmada el 15 de marzo último y Página/12 la dio a conocer oportunamente. En ese caso, se redujo a la mitad la condena por violación a un pastor evangélico, con el argumento del origen humilde de las víctimas, su minoría de edad y el hecho de que ellas hubieran tenido relaciones sexuales anteriormente. “Con la selección de este caso se refleja el repudio global que existe actualmente al problema del abuso sexual por parte de líderes religiosos y la falta de respuesta de la Justicia”, indicó Women’s Link.

En la categoría Bronce, el antipremio Garrote fue para la Corte de Manitoba, Canadá, en la que en un caso de violación, el juez sugiere que el uso de maquillaje, minifalda y escote de la víctima provocaron al acusado y fueron los causantes del delito. Asimismo, se niega a condenar al acusado, a quien califica como un “torpe donjuán”. “Esta decisión demuestra que incluso en los países más desarrollados se sigue culpando a las víctimas de violación de provocar esas agresiones”, puntualiza Women’s Link. En la categoría Oro, comparten lugar la Corte Suprema de Filipinas y la Corte Constitucional de Colombia. La primera impidió, por motivos de procedimiento, que las llamadas “mujeres confort” obtengan reparaciones por la esclavitud sexual a la que fueron sometidas, por tropas japonesas, durante la Segunda Guerra Mundial. La decisión de la Corte Constitucional de Colombia cuestionada ratificó la decisión de castigar a una reclusa que fue grabada por las cámaras de seguridad de la prisión dándole un beso a otra reclusa, con 30 días de calabozo, en aislamiento, en una celda sin ventanas y con derecho a sólo dos horas diarias de sol.

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