SOCIEDAD › DIECISéIS AñOS DE PRISIóN AL DUEñO DE PINAR DE ROCHA POR EL HOMICIDIO DE SU PAREJA

No fue un crimen perfecto

Daniel Bellini argumentó que su mujer se había suicidado porque sufría trastornos psiquiátricos. Los investigadores demostraron que el imputado borró las huellas del arma, las imágenes de las cámaras y los mensajes del celular de la víctima.

Por decisión unánime, la Justicia condenó a 16 años de prisión al empresario de la noche Daniel Bellini, tras considerarlo responsable de haber asesinado a su pareja, la bailarina de 22 años Morena Pearson. Los abogados de Bellini, dueño del boliche Pinar de Rocha, de Ramos Mejía, adelantaron que apelarán la decisión, mientras que Francisco Pearson, el padre de la joven muerta de un balazo el 21 de marzo de 2008, se mostró satisfecho con la resolución del Tribunal Oral Criminal 5 de Morón. Pearson, quien tildó de “intachable” la actuación judicial, aclaró, además, que su satisfacción no era alegría. “Como me dijo mi nieta –hija de Pearson y Bellini–, no tengo motivos para estar contento, mi hija no está más. Ya no tengo a mi hija”, explicó.

Los fiscales Adrián Flores y Marcelo Varona Quintián habían pedido una condena a 18 años de prisión por “homicidio simple agravado por el uso de arma, en concurso real con portación ilegal de arma de fuego”. Idéntica pena había pedido el abogado del padre de Pearson, Pablo Dobantón. Los jueces Claudio Chaminade, Susana De Carlo y Osvaldo Cedarri, desestimando el suicidio que alegaba la defensa, consideraron a Bellini el autor del delito de “homicidio simple agravado por el uso de arma”.

De traje oscuro y peinado a la gomina, Bellini escuchó impertérrito la sentencia, en compañía de sus abogados Raquel Hermida Leyenda y Mario Di Caprio. Ambos habían pedido la absolución de su cliente, por el beneficio de la duda, y por considerar que la muerte de Morena había sido “un suicidio de manual” porque la joven sufría problemas psiquiátricos derivados de la anorexia. Tras escuchar la sentencia, Hermida Leyenda adelantó que la defensa apelará el fallo.

Sin embargo, las pruebas relevadas durante la investigación llevaron al abogado Dobantón y a los fiscales a defender la hipótesis del asesinato. El abogado de Pearson, quien se mostró convencido de que el empresario llevaba un tiempo “planificando” el crimen, explicó que hubo “un conjunto” de elementos que incriminaba a Bellini. En primer lugar, para la fiscalía está comprobado que el acusado mintió al decir que la pistola Heckler & Koch 9 milímetros con mira láser que apareció al lado de su pareja pertenecía a la tía de él. Durante el juicio, dos testigos contaron a la fiscalía que le habían vendido el arma a Bellini, quien por eso quedó también imputado por portación ilegal.

El arma “estaba limpia de toda huella posible”, y la hipótesis del suicidio podía descartarse porque “tampoco encontraron en las manos de Morena ninguna muestra de la deflagración que suele quedar y quedó demostrado que (esa falta de restos de pólvora) no fue porque la habían limpiado en el sanatorio donde la habían llevado”. El propio médico que la recibió en el centro médico, recordó Dobantón, “dijo que él no había hecho ninguna tarea de limpieza en ese sentido”. Los fiscales también evaluaron que, de acuerdo con los peritajes, en el lugar de la casa donde la mujer recibió el balazo cabía otra persona, que fue quien la atacó. En Pinar de Rocha, el escritorio de Bellini guardaba una bolsa con balas 9 milímetros de la misma marca que las que tenía cargadas esa arma. Sin embargo, la pericia balística no fue concluyente: la Policía Científica halló como viables tanto la hipótesis del suicidio como la del homicidio.

La médica de la ambulancia que trasladó a la bailarina, por su parte, durante su testimonio señaló su extrañeza porque ningún familiar acompañó a la joven en el traslado, y porque nadie había preguntado por ella. Precisamente en el lapso en que Pearson era trasladada al hospital, quedaron registradas más de 20 llamadas realizadas por Bellini a abogados penalistas, entre ellos Roberto Babington, Víctor Stinfale, Fernando Burlando, Roberto Schlagel y Mario Di Caprio.

Además, “se borraron las cámaras que filmaban justamente el movimiento de la casa, casualmente desde la cero hora” del 21 de marzo de 2008, durante cuya madrugada sucedió el episodio. No fue el único material que se buscó desaparecer: también fueron borrados los últimos mensajes de texto del celular de la víctima. “Y el contenido de esos mensajes fue muy trascendente porque Morena, minutos antes de perder la vida, decía que tenía miedo y que Daniel la quería matar”, señaló Dobantón (ver aparte).

Según habían contado los testigos, y admitido el acusado, existió una discusión entre ambos que había comenzado en Pinar de Rocha, cuando Bellini reprochó a Pearson que bailara muy provocativamente con un amigo. Ella se retiró a la casa donde convivían, a 100 metros del boliche. El la siguió y allí, según versión de Bellini, le dijo que la relación estaba terminada, tras lo cual regresó al boliche para reunirse con un abogado. Al regresar a la casa, dijo, encontró a Pearson tirada en el vestidor de la habitación, sobre un charco de sangre.

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Bellini, de traje y peinado a la gomina, se retira esposado, tras dictarse la condena.
Imagen: Télam
 
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