SOCIEDAD › BRIGADAS DE CASCOS BLANCOS Y DE MéDICOS DEL MUNDO ASISTEN A LAS VíCTIMAS DE HAITí

Solidaridad a dos años del terremoto

Desde Argentina, las misiones de la organización estatal y de una ONG continúan asistiendo a una población asolada por el cólera, en un país donde todavía quedan 700 mil personas viviendo en campamentos provisorios.

A dos años del terremoto de Haití, que dejó un saldo de más de 300 mil muertos y una cifra similar de heridos, el drama sanitario y habitacional sigue afectando a ese país caribeño. Pese a eso, la solidaridad de los Estados y de distintas organizaciones no gubernamentales ha posibilitado la lenta reconstrucción de ese país. Desde Argentina, una misión de Cascos Blancos permanece asistiendo a las víctimas, especialmente en la asistencia para la construcción de viviendas, mientras que la filial local de la ONG Médicos del Mundo, junto a la Secretaría Técnica de la Unión Sudamericana de Naciones (Unasur), desarrollan programas sanitarios para mejorar las condiciones en que viven los haitianos. En la actualidad, 700 mil personas viven en campamentos provisorios en precarias condiciones, y además se encuentran amenazados por un brote de cólera que comenzó en octubre de 2010, favorecido por la falta de acceso al agua potable, a un sistema de salud y a una vivienda digna.

El terremoto de 7 grados de magnitud que devastó principalmente el oeste del país afectó de manera directa a un millón y medio de personas, que quedaron sin hogar. La cifra representa el 15 por ciento de la población del país.

“Somos entre 10 y 15 personas con presencia en Haití de manera permanente y que trabajamos en varios frentes, tanto con la OPS para distribuir los insumos necesarios, como con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en el desarrollo de programas habitacionales”, informó a Página/12 Gabriel Fucks, titular de Cascos Blancos, una organización que depende de la Cancillería argentina.

“Tenemos ahí una arquitecta que está al frente de la reconstrucción de las viviendas dañadas por el terremoto, ya que la población sin hogar aún sigue siendo alta en los campamentos”, explicó Fucks. Comentó además que “la mitad de los escombros producidos por el terremoto aún no han sido removidos y eso dificulta las tareas que se llevan adelante en la zona”.

Del lado de Médicos del Mundo, las principales estrategias de trabajo comunitario en Haití apuntan “a la promoción de la salud y a la atención primaria, porque los haitianos tienen escaso acceso a los servicios sanitarios”, explicó a Página/12 Gonzalo Basile, presidente de la filial argentina de Médicos del Mundo.

La organización no gubernamental, que tiene en Haití un total de 16 personas, entre ellas dos médicos, trabaja con cuatro programas de salud colectiva en la zonas rurales de la comuna de Leogane, a través de dos proyectos de atención primaria de salud, que apuntan a la prevención y planes de contingencia comunitarios para emergencias socioambientales, en comunidades de pescadores artesanales y el campesinado local, afectadas por el terremoto.

Asimismo, Médicos del Mundo Argentina trabaja en la prevención del cólera en las comunas de Mirebalais y Lascahonas. Esta epidemia que surgió en octubre de 2010 “contabiliza un total de 52 mil casos reportados, con 7 mil muertes y una letalidad del 1,3 por ciento”, según datos aportados por el Ministerio de Salud Pública y Población de Haití y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

“En la zonas rurales haitianas sólo el 15 por ciento de las familias tiene letrinas, no cuentan con agua potable y no tienen acceso al sistema de salud. En este sentido, trabajamos desde hace seis meses en el desarrollo de brigadas comunitarias”, informó Basile. Agregó que la tarea de estos grupos asistenciales consiste en “visitar casa por casa a más de 6 mil familias, a quienes les entregan kits de protección de cólera (una cartilla preventiva, jabón y cloro para potabilizar el agua) como medida de cuidado para evitar la propagación de la epidemia”.

“La reconstrucción de Haití es muy lenta, y eso no tiene sólo que ver con lo operativo, sino también con priorizar estrategias de salud que se aboquen al combate de la pobreza”, señaló Basile.

Informe: Sabrina Améndola.

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La mitad de las personas que quedaron sin vivienda hace dos años todavía vive en campamentos.
Imagen: AFP
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