SOCIEDAD › LA CONVOCATORIA CENTRAL FUE EN LA 9 DE JULIO

Al pie del Obelisco

Sin un acto central ni oradores, sin siquiera una voz organizadora ni operativos de seguridad, miles de simpatizantes autoconvocados por las redes sociales y de militantes sin banderas partidarias se encontraron con un objetivo común y colmaron el Obelisco con los colores de la patria, en lo que fue el punto neurálgico de una jornada de apoyo al candidato del FpV, Daniel Scioli, y de repudio a un posible gobierno de su competidor en el ballottage del próximo domingo, Mauricio Macri. Cientos de banderas argentinas, cantitos patrióticos y carteles hechos a mano desbordaron la avenida 9 de Julio. Lo mismo se replicó en distintas plazas de todo el país, donde también se dieron cita personas dispuestas a disfrutar de un recital, hablar en público sobre su opción política para la segunda vuelta o simplemente encontrarse, mate de por medio, con “compañeros” o conocidos. En la convocatoria central, los participantes eran en su mayoría de clase media y de militancia juvenil, aunque también hubo muchas familias llegadas en tren, colectivo o auto desde el conurbano y desde el interior de la provincia. Se improvisaron cantitos contra el PRO y el Grupo Clarín y hasta surgió un abrazo al Obelisco con una bandera argentina de 110 metros de largo. Como no podía ser de otra manera, el hit de la tarde fue la marcha peronista.

Los primeros en llegar lo hicieron antes de las cinco de la tarde, hora en la que en simultáneo se desarrollaban otras tres grandes actividades en apoyo a Scioli en distintas plazas de la ciudad. Con la parsimonia de un sábado a la tarde, muchos caminaban, en familia, a paso cansino, en contraste con otros, más jóvenes, que sentían la libertad de gritar “¡Cristina, te amo!, ¡Viva Scioli!”, en plena Avenida Corrientes. Los dedos en V eran la llave de la complicidad, para los que se movilizan siempre y para los que era su primera o segunda vez, como el caso de Nicolás, que recuerda haberse movilizado en los cacerolazos del 2001, en ocasión de la muerte de Néstor Kirchner y en la celebración del Bicentenario. “Empecé a moverme desde la mañana del lunes después de la elección. Me había ido a dormir temprano así que no vi los resultados a la noche. Cuando me levanté no lo podía creer, y acá estoy, aportando mi parte”, contó a Página/12, mientras llevaba a su hija en el carrito y a sus dos perras. “El único de la familia que no vino es el gorilón de mi suegro”, bromeó.

Promediando la tarde, todo el ancho de la intersección entre Corrientes y la 9 de Julio era un hervidero de gente, lo que complicaba moverse de un lado a otro, algo que muchos intentaban, esperando encontrarse con algún conocido. Sobre la mano izquierda de Corrientes antes de llegar a la 9 de Julio, sobre la calle, Andrea, llegada desde Tablada, encontraba una sombra para refugiarse del sol y sostenía un cartel escrito a mano con la leyenda “No fue magia”, que enumeraba los que para ella fueron los logros mas importantes del gobierno. “No fue magia cancelar la deuda con el FMI, la repatriación de científicos, la ley de medios, Arsat, Progresar...”, rezaba la lista de Andrea que contaba, orgullosa, que la página de Facebook que creó con la consigna lanzada por la Presidenta tenía miles de visitas. “Está mucho en juego, o salimos a luchar ahora o después vamos a quejarnos”, opinó ante este diario. Como muchos, Andrea prendió la radio a la mañana y escuchó que la marcha se suspendía, y como la gran mayoría, decidió viajar igual. “Vine porque me da esperanza estar acá”, dijo. También fue una de las tantas que se quejó por la ausencia de cobertura de los principales canales privados de televisión.

“Agradezco las muestras de apoyo y acompañamiento hoy, en distintos lugares del país” fue el mensaje que publicó Daniel Scioli en Twitter ante las movilizaciones que llenaron el Obelisco y cientos de plazas más. La de ayer fue la jornada más importante de las iniciativas con que científicos, artistas y activistas de todo el país tomaron en sus manos la campaña de la segunda vuelta.

Sobre la plazoleta del Obelisco, mirando al bajo por Diagonal Sur, se montaba una carpa blanca, la única y precaria estructura entre un mar de miles de personas. Allí, al ritmo de “Resistiré”, se armó un particular baile, con un pasito creativo que le agregaba al tradicional zarandeo de brazos los dedos en V apuntando al cielo. De los parlantes salió música rock, cumbia y también sonó Ricardo Montaner. La otra “estructura” consistía en dos micros proselitistas –uno azul, otro naranja, procedentes de Ezeiza– cruzados, que inauguraron el bloqueo al tránsito sobre Corrientes. Hasta allí se acercaba la gente pidiendo gorras o banderas argentinas, que pronto se agotaron. Los techos de los micros, copados por gente que hacía flamear los colores del cielo, eran una extensión de la fiesta que se vivía más abajo. Sólo desde arriba se podía tener un panorama de la totalidad de la gente que se había autoconvocado, y que llegaba a completar toda la extensión de Corrientes desde Talcahuano hasta Suipacha y la amplitud de la 9 de Julio desde Lavalle hasta Sarmiento.

Sobre Cerrito, en una muestra adelantada del carnaval, la murga Los Caprichosos de San Telmo reunió cientos de curiosos que también se animaron a bailar. Federico, de 27 años, uno de los bombistas, explicó que este fue el primer año en que se decidió a votar, y lo hizo por el FpV porque “veo que estoy mejor, que estamos todos mejor, que puedo tener mi coche y que mi familia y mis hijos pueden progresar”. Cerca, trabajadores del programa Núcleos de Acceso al Conocimiento (NACs) del Ministerio de Planificación Federal, improvisaban una bandera sobre el cemento, de aerosol sobre una sábana vieja, que decía “No da lo mismo”. “Vinimos a defender que miles y miles de personas, gracias a este programa, accedan a la tecnología, lo que ayuda a transformar la matriz productiva del país”, sostuvo Luciana, una de las impulsoras del programa.

Esta vez, las organizaciones populares y juveniles optaron por no llevar banderas ni remeras y mezclarse entre la gente. Fue entonces la oportunidad para que muchos curiosos se acercaran a aprender algunas de las canciones que suenan en los patios de la Rosada durante los actos oficiales. “Te juro que a mi Néstor me enseñó/ que al odio se le gana con amor/ vamos a seguir lo que él empezó/ los mismos que hablan por tv/ ya los vi en helicóptero una vez/ esos buitres no van a volver”, cantaban jóvenes y no tanto. “Hoy tengo más fe que nunca, porque acá está el pueblo”, resumió Federico, de la JP, sobre cómo vivieron el acto.

“Lo único que me falta es subirme al colectivo, lo demás ya lo hice todo”, contó Marcelo, de 40, esposo de Liliana, de 32, que llevaban carteles multicolores hechos en casa. En los hombros de Marcelo, su hija llevaba uno que pedía “seguir viendo Pakapaka”. “Tengo mucha necesidad de desahogarme, así que me la juego a decir lo que pienso a todos lados donde voy y aunque a alguno le caiga mal, no quiero a Macri y estoy acá para evitarlo”, relató. No era el único que desde que se conoció que habría segunda vuelta salió a la calle a disputar cada voto. Muchos de los autoconvocados de ayer contaron a Página/12 sus estrategias para sumar votos entre vecinos, conocidos y familiares: Miriam, de 50, procura que su hijo Facundo “convenza la abuela Neri”, que votó a Cambiemos; Luciana, kiosquera de Caballito, cada vez que vende un chocolate, advierte que “con Macri va a salir más caro” y asegura: “Todo el día bajo línea”; Claudia, 51 años, de Núñez, “de ese barrio...”, salió a pegar carteles que ella misma imprimió llamando a “defender lo conseguido”, con plasticola y cinta de embalar.

Los más supersticiosos, además de sumarse a la militancia, hicieron promesas a cambio de un triunfo del FpV. “Me hago un tatuaje con un cuadro alusivo al peronismo, puede ser de Carpani”, fue la promesa de Victoria, de 24 años, llegada desde Villa Urquiza. “Yo dejo de comer chocolate por tres meses”, prometió Betina. “Me compro la discografía entera de Ricardo Montaner”, exageró un joven de la JP. “Y yo la de Palito Ortega”, se sumó un tercero. Rita, de Bernal, que sostenía un cartel con la inscripción “Scioli vs. Magnetto”, recurrió al clásico de ir caminando a Luján, luego de advertir que no se había movilizado “por el choripán ni por el plan, que quede claro”.

Informe: Matías Ferrari.

Compartir: 

Twitter

Fotos Facción/Carlos Sainz y Alejandra Coronel
 
SOCIEDAD
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.