Steinmeier citó el viernes pasado al embajador de Estados Unidos en Alemania, John B. Emerson, para pedirle aclaraciones. Estados Unidos debe "colaborar de forma lo más rápida posible para esclarecer el asunto. Estados Unidos debería hacerlo en propio interés", repitió hoy el ministro de Exteriores.

Por su parte, en una entrevista con el canal de televisión alemán ZDF, el presidente Gauck se refirió al nuevo caso de espionaje estadounidense contra el Estado alemán y aseguró que, de ser cierto, se estaría poniendo verdaderamente en juego la amistad, la gran solidaridad" entre ambos países.

"Si se comprueba, entonces deberemos decir claramente: `Ya basta`", sentenció Gauck en la entrevista, que será emitida hoy a la noche en Alemania y que fue parcialmente adelantada por la agencia de noticias DPA.

El miércoles pasado un miembro de los servicios secretos alemanes (BND) fue detenido y acusado de ser un agente doble para la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA), la misma institución que quedó en el ojo de la tormenta luego que el topo Edward Snowden difundiera documentos que demostraban que espiaban a países aliados y a ciudadanos de todo el mundo. Según informó DPA, el detenido, de 31 años, remitió a la NSA durante dos años un total de 218 documentos por los que cobró 25.000 euros (34.000 dólares).

Pese a tamaña filtración, el BND sostuvo que el presunto doble agente no robó documentos importantes ni reveló información especialmente sensible para la seguridad nacional alemana. El escándalo se suma a otros que en los últimos meses demostraron el interés de los servicios secretos estadounidenses por Alemania. Uno de los más resonados fue la intervención durante años del teléfono celular de la canciller Angela Merkel.

Merkel se excusó de pronunciarse durante su viaje en China, pero en privado se habría mostrado perpleja y decepcionada, según señaló hoy la página web del semanario Der Spiegel, el medio que reveló la mayoría de los escándalos del masivo espionaje estadounidense en ese país europeo.

Pese al silencio de Merkel, miembros de su coalición gobernante sí expresaron su repudio. "A toda vista, los americanos no se atienen al principio de que no se espía a los aliados. Se están comportando en Alemania como una fuerza digital de ocupación", se quejó el diputado Hans-Peter Uhl, de la Unión Socialcristiana, la rama bávara de la Unión Demócrata Cristiana de Merkel.