River no pudo levantarse de la goleada sufrida ante San Lorenzo y sufrió un nuevo traspié, esta vez en la Copa Libertadores, ante San Martín de Perú. A pesar de las limitaciones de los peruanos, River no pudo resolver sus propios problemas colectivos y recién mostró algo de reacción cuando estaba dos goles abajo.

Para visitar a los peruanos, River eligió un planteo más conservador. El equipo no presentó un enlace clásico, y ubicó a Galmarini y Sambueza para que puedan armar juego por los costados. Pero las respuestas de ambos no fueron positivas, y River no tenía claridad en los metros finales. Mientras, San Martín decidió aprovechar el espacio que quedaba entre los volantes centrales de River y los defensores, y así generó algunas situaciones de peligro.

En la primera acción, Pedro García remató cruzado y Barbosa detuvo la pelota en dos tiempos. Los locales probaban también con tiros de media distancia, y en uno de los remates, Arzuaga le dio por arriba luego de enganchar ante un defensor. Un minuto después, Díaz desperdició una chance luego de un rebote. Y cuando San Martín intentaba un poco más recibió una colaboración del árbitro colombiano, quien sancionó un penal por una falta a García que no existió. El argentino Díaz se encargó de ejecutar el tiro, y con un remate alto puso en ventaja a los locales.

Luego de esa acción, algunos jugadores de River mostraron mucho nerviosismo y estaban más preocupados en pelearse con los rivales que en el juego. Cuando lograron tranquilizarse, el equipo se fue acercando lentamente a Butrón y tuvo dos oportunidades para llegar a la igualdad. A los 44 minutos, Sambueza no llegó a conectar un envío de Domingo muy cerca de la línea. Y en tiempo de descuento, el arquero atrapó un cabezazo de Ahumada luego de un corner desde la izquierda.

El desarrollo no cambió en el segundo tiempo, y River se fue al campo rival, pero sin orden y sin criterio. Para colmo, un ex jugador del conjunto de Núñez Gonzalo Ludueña marcó el segundo gol con un derechazo cruzado, desde afuera del área. En otro de los tantos centros que lanzó River, Falcao estuvo cerca del descuento pero desvió su cabezazo. Pero Falcao tuvo su premio cuando intentó cabecear y terminó metiendo la pelota con la rodilla. Pero no había demasiado tiempo, y la hazaña del empate no llegó.