DEPORTES › POR LOS TRES GOLES Y POR EL INCESANTE DESPLIEGUE Y PELIGRO

Higuaín y Tevez, los de mayor brillo

El delantero del Real Madrid se destacó por sus conquistas, el del Manchester City por su entrega, su capacidad de generar juego y asociarse con Messi, de quien el equipo no precisó depender.

Desde el comienzo, la apuesta de Diego Maradona pasó por fortalecer a la Selección anímicamente. La idea era sencilla: con jugadores de buen pie y tan pocos días de trabajo conjunto, si el grupo se afianzaba desde la confianza, el equipo no tardaría en aparecer. Y si bien frente a Nigeria, seguramente por el nerviosismo del debut, la cuestión pasó más por el desequilibrio de algunas de sus individualidades, principalmente de Messi, ayer ante los surcoreanos fue al revés. Con el ánimo por las nubes, apareció el equipo y, con él, brillaron prácticamente todos sus componentes, de Tevez –el más lúcido ayer– a Higuaín, pasando por Messi y Di María, aunque la verdadera figura fue el conjunto. Argentina tuvo mucho tiempo la pelota y, salvo unos pocos minutos en el arranque del complemento, no pasó zozobra.

Tan confiado estaba el conjunto en el aspecto ofensivo que la Selección tardó muy poco en imponer su dominio en el área rival. Con la atención de los coreanos puesta sobre Lionel Messi, que esta vez se tiró unos metros para atrás y desde la posición de enganche consiguió arrastrar marcas y abrir espacios para que los aproveche Tevez. Así y todo, cuando pudo, el crack del Barcelona aprovechó el poder de su gambeta para debilitar la muralla coreana y rematar al arco, como el zurdazo al ángulo que le tapó el arquero Sung Ryong Jung y el remate que pegó en el palo y derivó en el tercer gol argentino.

La labor de Messi facilitó la actuación de Carlos Tevez, que hizo prácticamente todo bien. Fue ejemplo de lucha y sacrificio para atacar la salida del rival y recuperar la pelota en tres cuartos de cancha, tuvo velocidad y picardía para romper el cerco defensivo, y la suficiente lucidez para abastecer a sus compañeros en la zona de peligro. Su sociedad con Messi dio frutos y su espíritu contagió a sus compañeros. También fue alto su desgaste y por eso Maradona lo reemplazó por Sergio Agüero, cuyo ingreso –un acierto absoluto del entrenador– terminó de complicarle las cosas al rival. Vertical y muy picante, contribuyó en la gestación de la goleada final. Y pudo coronar su tarde con un remate cruzado que pasó cerca luego de una gran jugada y el desborde propio dentro del área surcoreana.

Si Maradona pensó en Gonzalo Higuaín era porque quería que hiciera en la Selección lo que precisamente hizo ayer. Se movió por todo el frente de ataque y tuvo la virtud de estar siempre en la posición y el lugar indicados, lo que le permitió anotar tres de los cuatro goles argentinos, ya que el primero había sido del surcoreano Chu Young Park, en cuya pierna se desvió un tiro libre de Messi, con alma de centro para Demichelis. A la efectividad se sumó la ductilidad para asociarse en velocidad con los otros atacantes. Salió para los aplausos después de su tercer gol y lo reemplazó Mario Bolatti, quien sumó apoyo en el mediocampo y no desentonó en la sinfonía general.

También Angel Di María hizo un buen partido. Fue incisivo con la pelota y, cuando se soltó y tiró algunas diagonales, consiguió desacomodar a los marcadores rivales. En relación con la actuación frente a Nigeria, su mejoría fue notable. Por su parte, tanto Javier Mascherano como Maxi Rodríguez cumplieron una buena labor. El primero fue eficiente en la recuperación y también supo ser apoyo cuando sus compañeros le descargaban para generar espacios. El segundo aportó equilibrio en defensa, y ofensivamente se asoció bien con Messi y Tevez, con lo que le alcanzó para que el equipo no sintiera la ausencia de Verón. También se acopló bien con Jonás Gutiérrez, quien esta vez no desentonó como marcador de punta, aunque se ganó la segunda amarilla y deberá perderse el partido frente a Grecia.

En el resto de la defensa cumplieron todos. Incluso el pobre Martín Demichelis, más allá de la distracción con la que le sirvió en bandeja el descuento a Chung Young Lee. A Nicolás Burdisso le tocó entrar de urgencia por Samuel y no desentonó. Estuvo firme en la marca y peinó el centro con el que Higuaín marcó el 2-0. Por su parte, Gabriel Heinze aportó marca, sumó carácter y se soltó criteriosamente por su franja. Sergio Romero no tuvo responsabilidad en el gol de Corea del Sur, y se lo vio atento y metido en el partido. Casi no lo atacaron.

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Carlos Tevez desplegó un rendimiento contra los coreanos que causó emoción.
Imagen: EFE
 
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