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1500

millones de telespectadores vieron en directo el partido inaugural del Mundial de Alemania, que enfrentó a la selección anfitriona con la de Costa Rica.

Barra tras las barras

Cuando faltaba media hora para empezar el partido entre Argentina y Costa de Marfil, un grupo de cuatro barrabravas de Independiente cayó dentro de la cancha. Uno de ellos tuvo que ser atendido por médicos a raíz del duro golpe que sufrió. Otro de ellos fue llevado detenido por la policía, que luego dispuso incrementar la seguridad en esa zona, formando un vallado humano entre los simpatizantes.

Malos pensamientos

Roberto Ayala admitió que cuando estaba haciendo el precalentamiento se le cruzó por la cabeza lo sucedido en el Mundial 2002, cuando se lesionó minutos antes del debut ante Nigeria, y ya no pudo jugar en el torneo. “Claro que se te cruza –respondió Ayala–. Pero me sentí fenomenal, a pesar de las lesiones que tuve recientemente.”

Más banderas que gorros

Muchas banderas dispuestas por hinchas argentinos engalanaron las tribunas del estadio de Hamburgo, pero dos llamaron particularmente la atención por sus leyendas. Una rezaba (propiamente): “El Papa es alemán, pero Dios es argentino” en referencia a Diego Maradona. La otra resultó más creativa: “Dios es argentino, el Messi-as también”.

Contra el racismo

Cientos de alemanes realizaron una manifestación en la ciudad de Gelsenkirchen para mostrar su disconformidad con la marcha convocada por el ultraderechista Partido Nacional Democrático (NDP). La marcha, bajo el lema “contra el racismo y la ultraderecha”, se prolongó por casi cinco horas y finalizó con una concentración en el centro de esa ciudad. El gobierno alemán había expresado el deseo de impedir provocaciones de la ultraderecha durante el Mundial, pero la competencia sobre la prohibición de manifestaciones recae en la Justicia que, en el transcurso del viernes, aprobó la realización de la marcha convocada por el NDP.

Prisiones con televisores

El gobierno comunista de Bengala Occidental, estado ubicado al este de la India, instaló televisores en color en todas los correccionales de la región a pedido de los propios detenidos. La decisión fue tomada por el gobernador de Bengala Occidental, Gopalkrishna Gandhi, luego de que los jóvenes del centro de Darjeeling le aseguraron que no querían quedarse sin ver los partidos del Mundial. Según el diario indio The Hindu, a raíz de esta medida, las prisiones debieron redoblar sus medidas de seguridad durante las transmisiones porque, como consecuencia del cambio de horario, casi todos los encuentros del Mundial se transmiten en la India por la noche.

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