DEPORTES › LO IMPORTANTE AHORA ES LLEGAR

Aun de rodillas

 Por Cecilia Caminos

Desde San Rafael

En la recta final del Dakar 2010, el desgaste se siente y las diferencias son notables entre pilotos profesionales y aventureros. Unos sólo quieren completar el recorrido hasta Buenos Aires. Otros van por el podio. Pero todos comparten una meta común: desafiar a la carrera off road más exigente del mundo.

El catalán Marc Coma descansa bajo una tienda de campaña, limpio y recuperado de la etapa, mientras sus mecánicos revisan su moto KTM. En cambio, al checo Roman Krejci las casi dos semanas de competencia le acusan un desgaste infinito. Liberado del pesado traje de protección, llave en mano se tira al piso para cambiar una pieza dañada en su Yamaha.

“El 80 por ciento que no llegó creo que es por decisiones malas respecto de la logística de la carrera. El Dakar no es para armar una logística con amigos, con gente que no está preparada, que no sabe para qué viene, porque a los tres días cometen errores”, asevera Orlando Terranova.

Dejar un radiador abierto, cargar diésel en lugar de nafta, olvidar una herramienta... Los ejemplos pueden ser muchos. “La gente cansada, sin dormir, tiene accidentes o comete errores. Cuando vos tenés gente que hace las cosas, cambia las piezas y da apoyo, es distinto. No-sotros, antes de un especial, tenemos un camión, terminamos y tenemos otro camión. Hay camionetas que nos van siguiendo todo el tiempo”, grafica el mendocino.

“En los momentos malos, las charlas con el team manager son muy importantes, y en los buenos también”, admite el argentino, que logró recuperarse tras un inicio complicado con la rotura del parabrisas, un vuelco y otros problemas.

En el equipo Volkswagen Motorsport, en cuestión de horas mecánicos e ingenieros desarman y vuelven a poner a punto sus Touareg, con vidrios lustrados y todo.

La gran esperanza chilena, el motociclista Francisco “Chaleco” López (Aprilia), tiene detrás una enorme logística dedicada a cuidarlo. Y un presupuesto especial para apoyo psicológico y descanso garantizado, con confortables siestas en la cama de un hotel.

El checo Krejci está lejos de eso. Una pequeña carpa al lado de su Yamaha es todo su refugio durante los 9000 kilómetros de pampas, montañas y desiertos argentinos y chilenos, que le demandaron una inversión total de unos 25.000 euros. “Es muy duro, soy el piloto, el mecánico y el psicólogo. Pero esto es increíble”, declara el checo.

Con el rostro lastimado por el sol, con apenas cuatro horas diarias de sueño, nadie le quita sin embargo a Krejci el desafío de completar las catorce etapas del Dakar.

El español Joan “Nani” Roma debió abandonar en la tercera etapa por un accidente, pero decidió seguir el Dakar junto a su equipo BMW X-Raid. “Es difícil verlo desde afuera, pero me quedé para colaborar con el equipo, hacer diferentes cosas, colaborar con los compañeros. También es importante saber quedarse”, aseguró.

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