ECONOMíA › ACUERDOS CON VENEZUELA DE FUERTE CONTENIDO ESTRATEGICO

Con la vista no tan en lo inmediato

Néstor Kirchner y Hugo Chávez cenaron juntos anoche en Puerto Ordaz y pasaron revista a los acuerdos con fuerte contenido político que firmarán hoy. SanCor, bonos de la deuda y Banco del Sur en la lista. Venezuela apuesta a desarrollar su complejo agroindustrial.

 Por Raúl Dellatorre
Desde Caracas

No le resulta fácil a Chávez abrirse camino en lo económico, por más recursos que acumule con el petróleo, porque para desarrollar una economía desigual y retrasada hace falta más que el dinero. Tampoco le resulta fácil a Néstor Kirchner convencer a sus empresarios de que las “oportunidades” que le ofrece hoy la integración con Venezuela no son las del tipo “vendo, cobro y me voy”, que rigieron las relaciones comerciales entre los países de la región hasta ahora. Varios de estos temas estuvieron ayer a la hora de la cena, en Puerto Ordaz, donde se encontraron ambos presidentes. En el encuentro, que se llevó a cabo en el Complejo Hidroeléctrico de Macagua, que sirve de alojamiento al presidente Kirchner y a su comitiva, ambos pasaron revista a los acuerdos que firmarán mañana. La formulación del núcleo de estos acuerdos serán una prueba cabal de que el proyecto de integración está varios pasos por delante de lo que esperan los sectores empresarios de uno y otro país. Venezuela, sin embargo, tiene cifradas sus esperanzas en la transferencia de tecnología que le pueda brindar Argentina, después de las experiencias frustradas con China y Brasil. Argentina, en tanto, encontró un amigo con plata que le ofreció la solución para impedir la venta de la mayor cooperativa agroindustrial del país a un holding financiero y un socio para los proyectos más ambiciosos, como un banco regional o una asociación energética en bloque para el Mercosur.

Los acuerdos económicos que se firmarán hoy en Puerto Ordaz, en el centro del mapa venezolano, tienen un fuerte contenido político. Venezuela apuesta fuerte a un programa de desarrollo de su complejo agroindustrial, y para ello convocó a la participación argentina. El gobierno argentino prestó su acuerdo, pero los empresarios no llegaron a entender de inmediato de qué se trataba. Incluso, se menciona acá en Caracas que la primera misión empresaria que llegó para ofrecer maquinaria para el campo desbordaba en entusiasmo por demostrar los beneficios de la “siembra directa”, responsable en Argentina del boom sojero, en gran parte. Para sorpresa de los visitantes, los funcionarios venezolanos les respondieron que no les interesaba en absoluto un sistema que los convertiría en dependientes de los agroquímicos de un monopolio estadounidense, Monsanto. Así que cualquier maquinaria que ofrecieran debía estar relacionada con la siembra tradicional. Las puertas siguen abiertas, pero obligó a replantear la oferta de equipos que haría Argentina.

El adelanto de fondos para SanCor es castigado desde la oposición a Chávez, que lo considera un despilfarro, así como también la compra de bonos de la deuda argentina o la colaboración con Irán. Los partidarios lo toman como una señal del “socialismo del siglo XXI” e interpretan que una de sus formas será la cooperativa agrícola-industrial. De allí la apuesta de Chávez por SanCor. De un modo u otro, lo atractivo es cómo el tema se involucra en el debate político interno.

Otra cuestión que involucrará fuertemente a la Argentina será la transferencia tecnológica que Venezuela demanda para crear una base industrial. Cerca del gobierno chavista reconocen que hicieron dos intentos anteriores, con China y con Brasil, pero la experiencia es que después de ofrecer sus productos pocos están dispuestos a abrir la tecnología al comprador. El intenso trabajo que vienen desarrollando desde hace semanas en este país caribeño los técnicos del INTI y el INTA generó muchas expectativas. También las habrá para los fabricantes de equipos argentinos, en la medida en que entiendan el sentido de este proceso. “Hasta a Sidor (siderúrgica del grupo Techint) hubo que explicarle la necesidad de abrir el juego para generar una cadena de valor en el país”, ayudando a que la chapa que producían quedara en territorio venezolano para su industrialización.

Sin participación empresaria en cambio, hoy se acordará fijar un plazo de 120 días para que una comisión binacional diseñe una propuesta de organización jurídica y financiera del futuro Banco del Sur. El entusiasmo que le ponen Kirchner y Chávez al proyecto por ahora no sedujo a Lula, que dejó a Brasil afuera en esta etapa. Y también se firmará otro acuerdo para continuar con la emisión conjunta de bonos entre ambos países: esta vez, por 1500 millones de dólares. Los 750 millones que emite Argentina en Boden 2015 los comprará Venezuela para recolocarlos en el mercado.

Junto a los proyectos en materia energética, estos acuerdos buscan dar pasos concretos en la integración económica entre ambos países, con la ilusión de ampliarlos luego a la región. Y a sus propios países, donde muchos actores centrales del sistema económico no lo acompañan, y hasta los miran con desconfianza. Es parte del desafío.

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El presidente Kirchner llegó ayer a Puerto Ordaz, en el centro del mapa venezolano.
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