EL MUNDO › CONTINUAN LOS BOMBARDEOS Y SE AGRAVA EL DESABASTECIMIENTO

Negocian el final del sitio de Gaza

Israel rechazó una oferta de los militantes palestinos y exige la entrega incondicional del soldado secuestrado. Un vocero de Hamas aseguró que el cabo Shalit se encuentra herido, pero “estable”.

 Por Donald Macintyre *
Desde Beit Hanoun, Gaza

Israel rechazó ayer la demanda de los tres grupos militantes que mantienen como rehén a un soldado israelí de 19 años, que pedían la liberación de 1000 prisioneros. Pero aún parecía haber tiempo para una resolución negociada del enfrentamiento en Gaza. Entre repetidos bombardeos a áreas abiertas en esta ciudad del norte de la Franja, las tres facciones que secuestraron al cabo Gilad Shalit demandaron no sólo la liberación de las mujeres y menores detenidos en prisiones israelíes, sino también que otros 1000 prisioneros “palestinos, árabes y musulmanes” sean puestos en libertad a cambio de la devolución del soldado sano y salvo. Además, Israel atacó la oficina del primer ministro palestino, Ismail Haniyeh, sin reportarse víctimas.

Israel insistió en que sólo aceptaría la liberación “sin condiciones” del cabo Shalit, capturado el domingo durante un ataque a un puesto del ejército en las afueras de Gaza, donde murieron otros dos soldados israelíes. “El primer ministro Ehud Olmert ha reiterado que no habrá acuerdos, que Shalit debe ser liberado o nosotros actuaremos para traerlo de vuelta”, dijo Mark Regev, vocero del Ministerio del Exterior. La respuesta de Israel llegó mientras un miembro del gobierno palestino dirigido por Hamas dijo en Ramalá que el cabo Shalit había sido atendido por un doctor y estaba “en condición estable”. El soldado fue asistido para curarle las heridas producidas durante el ataque en la base fronteriza de Kerem Shalom.

En la primera aparente declaración creíble sobre la condición del soldado, el viceministro para Asuntos de Prisioneros, Ziad Abu Ein, dijo que mediadores no identificados le informaron que el soldado tenía tres heridas. “Fue atendido por un doctor palestino. Ahora está bien”, indicó. Sin haber evidencias de un avance en los esfuerzos diplomáticos liderados por importantes funcionarios egipcios para lograr la liberación del cabo Shalit, Mahmud Abbas, el presidente palestino, llamó a todas las partes a encontrar una “solución aceptable” que, reconoció, hasta el momento se les había escapado.

Tropas y tanques israelíes estaban apostados en la frontera del norte de Gaza y en el Aeropuerto Internacional de Gaza –clausurado hace tiempo–, cerca del poblado de Rafah, en el sur. En la tarde de ayer, alrededor de cinco tanques y topadoras cruzaron la frontera hacia la desierta área de Abasan, al este de Khan Yunis. Tropas israelíes y hombres armados de Hamas intercambiaron disparos y al menos una topadora israelí recibió un impacto de granada. “Las próximas horas son críticas, delicadas y serias”, indicó un comunicado de la oficina de Abbas. La declaración informó que el presidente todavía estaba “haciendo esfuerzos para detener la agresión israelí y evitar más desastres para la población palestina”.

Dos misiles impactaron ayer temprano en la principal ruta de entrada a Beit Hanoun, donde el jueves los civiles recibieron panfletos en los que se les advertía que no salieran a la calle por una inminente operación militar. El ejército dijo que éste fue uno de los siete ataques aéreos nocturnos sobre “rutas de acceso en el centro y norte de la Franja de Gaza, utilizadas por organizaciones terroristas en sus actividades contra Israel”. El ataque dejó un enorme cráter en cada carril de la ruta al pueblo, un área lejana que ha sido utilizada en el pasado para lanzar cohetes Qassam a través de la frontera contra el vecino pueblo israelí de Sderot. El tráfico todavía podía pasar, pero con dificultad.

“Dejemos que los israelíes hagan lo que quieran para golpear a la gente que están buscando”, declaró Samir Abu Shakfa, uno de los miembros del equipo de ingenieros locales que estaba reparando el cable de energía principal del pueblo, dañado en un ataque de misil. “Dejemos que ataquen rutas si tienen que hacerlo. Pero no deberían destruir la infraestructura. ¿De qué les sirve atacar la electricidad? Nuestra vida depende de ella.” La prensa israelí sugirió la semana pasada que el ejército había estado esperando que los residentes comenzaran a irse de Beit Hanoun luego de los panfletos, que advertían que las fuerzas israelíes planeaban quedarse en Gaza –no sólo hasta que el cabo Shalit fuera liberado, sino también el tiempo que fuera necesario para proteger “la seguridad de los ciudadanos israelíes”–, una referencia al objetivo de detener el lanzamiento de cohetes.

Pero no había señales de éxodo ayer, a pesar del fuego de artillería y el ruido generado por los aviones F16 que sobrevolaban la zona. “Es una pesadilla y tenemos miedo. Pero tendremos paciencia y continuaremos viviendo”, dijo Jawaher Dourraj, de 24 años, que maneja una farmacia en Beit Hanoun. “Debería haber un precio. Deberían liberar prisioneros y liberar al soldado”, dijo Dourraj sobre el secuestro del cabo Shalit. Organismos de ayuda han advertido de una inminente crisis humanitaria en la empobrecida Franja de Gaza. Ha habido cortes eléctricos desde que los seis transformadores de la única central de energía de Gaza –que suministra casi la mitad de la electricidad de la Franja– fueron destruidos por misiles israelíes, a lo que se sumó la escasez de combustible para hacer funcionar generadores de emergencia para las plantas de tratamiento de agua y hospitales.

Israel insistió ayer en que aún había 1,3 millones de litros de combustible en las estaciones de servicio de Gaza, pero dijo que “trabajaremos para transferir combustible y bienes a Gaza en los próximos días”. Uri Avnery, un pacifista israelí veterano de guerra, pidió en la emisora Al-Jazeera a los captores del cabo Shalit que den detalles de su condición, y propuso un acuerdo bajo el cual el soldado sería liberado a cambio de una promesa –garantizada por el presidente egipcio, Hosni Mubarak– de liberación de un número determinado de presos.

Pero Regev dijo que las demandas por la liberación incondicional del cabo Shalit vinieron no sólo de Israel, sino también de Europa y Estados Unidos. Desde Washington, el presidente George W. Bush subrayó que la liberación del soldado israelí es la clave para acabar con la crisis en Gaza. Diplomáticos dijeron que Israel ha permitido en los últimos días un período de esfuerzos diplomáticos con el objetivo de fortalecer la legitimidad de la operación militar que parece estimar cada vez más necesaria.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Virginia Scardamaglia.

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Palestinos hacen cola frente a una estación de servicio en Gaza. La situación empeora.
Imagen: AFP
 
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