EL MUNDO › CIERRE DE CAMPAÑA POR EL REFERENDUM ILEGAL EN SANTA CRUZ

“Yo soy camba autónomo”

 Por Sebastián Ochoa

Desde Santa Cruz

La Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco) pidió el miércoles a sus empresas socias que liberaran a los empleados temprano, así participaban del cierre de campaña por el referéndum del 4 de mayo. A las 15, bancos, oficinas y fábricas dieron “tolerancia” a sus empleados para que se disfrazaran de verde y blanco, empuñaran sus banderas y gritaran “¡autonomía!” hasta quedar mudos. Los novios fueron con las novias, los hombres con sus familias y los mercaderes autonomistas se arremangaron para vender lo que fuera siempre y cuando llevara la inscripción de rigor. La reunión fue en la zona comercial de clase alta de esta ciudad, bajo la estatua de El Cristo que –de acuerdo con los chistes cruceños– mira a las montañas con los brazos en alto para contener las oleadas de collas venidos para trabajar. Didácticamente, cien mil personas (algunos medios llegaron a ver 700 mil) escucharon los discursos del presidente del Comité Pro Santa Cruz, Branko Marinkovich; y del prefecto del departamento (ex presidente del Comité Pro Santa Cruz), Rubén Costas.

Básicamente, los miles se juntaron para bailar, saltar y cantar: “Evo Evo cabrón, sos un hijo de puta la puta madre que te parió”, era la melodía predilecta. También se burlaron de la supuesta homosexualidad del vicepresidente Alvaro García Linera. “Con un presidente narcotraficante y un vice maricón ¿qué paí vamo a tener?”, se preguntaba Clíver, de 18 años, con la remera “Yo soy camba autónomo ¿y vos?”, que se vende a 3 dólares. ¿Qué va a cambiar con la autonomía? “Va a mejorar la economía.” Si le preguntan “¿Cómo?”, Clíver mirará al escenario donde aparecerá la respuesta.

Los 35 grados habituales bajaron a 17 gracias al “surcito”, el viento venido de Argentina. Rubén Costas empezó con gritos roncos: “¡Nosotros somos sin dueño! ¡Somos iyambae! ¡Iyambae! ¡Iyambae!”, repitió hasta que la audiencia lo coreó. En guaraní, “iyambae” quiere decir “sin dueño”. Así decían en 1800 los guerreros de ese pueblo indígena cuando iban a enfrentarse al ejército boliviano.

“El poder central (de La Paz), su visión y proyecto hegemónico y totalitario ha descargado todo su odio contra Santa Cruz”, dijo Costas. Y se acordó de octubre de 2007, cuando las fuerzas armadas tomaron el aeropuerto cruceño de Viru Viru porque no quería rendirle cuentas al Estado: “Nos han querido intimidar y han pretendido aplastarnos por la fuerza, con la invasión de esas huestes fanáticas e irracionales”. Agregó que “han llegado al extremo de amenazarnos con una guerra civil y sembraron el odio en este pueblo manipulando a sus partidarios. Han recurrido a mentiras y perversidades. Han pretendió utilizar a la Iglesia como utilizan a sus movimientos sociales”, sostuvo Costas con crucifijo al cuello.

Marinkovich en su intervención se refirió al presidente de Venezuela: “A este señor le digo que cuando intente frenarnos se va a topar con el pueblo, porque el referéndum y la autonomía les pertenecen al pueblo, les pertenecen a todos a ustedes, no a Chávez, no a Venezuela, sólo a este pueblo”. Hablaba de la denuncia del partido de derecha Poder Democrático Social (Podemos), que tenía “serios datos” sobre la estadía de 300 soldados venezolanos en regimientos bolivianos listos para frenar a bala la fiesta ciudadana del 4 de mayo.

Según el millonario empresario “el voto siempre es legal. Le decimos al gobierno del MAS y al mundo entero que no le tengan miedo al voto, nadie debe tener miedo a la gente que vota el 4 de mayo y al pueblo no se lo puede callar jamás”.

Cuando terminaron de hablar, los líderes autonómicos se abrazaron y pasaron a encender el “jenichirú” el fuego que nunca se apaga en la cultura guaraní para “iluminar el camino hacia la autonomía del pueblo cruceño”, según el animador del acto. El problema es que algún empleado de la Prefectura se pasó con la bencina, de modo que las llamas casi se tragan al prefecto, al cívico y a demás autoridades. Para felicidad de quienes quieren rebautizar al prefecto “gobernador” después del 5 de mayo, Costas sólo se quemó las manos y se chamuscó las cejas.

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“Han pretendido utilizar a la Iglesia como utilizan a sus movimientos sociales”, dijo Costas.
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