EL PAíS › MACRI TUVO QUE CEDER ANTE LA OPOSICION PARA TENER EL PRESUPUESTO

Al PRO no le salió barato

El jefe de Gobierno debió incluir el aumento salarial y retirar el endeudamiento y el uso de los dividendos del Banco Ciudad para conseguir la aprobación en la Legislatura con los votos macristas y del espacio de De Narváez. El resto se pronunció en contra o se abstuvo.

 Por Werner Pertot

Mauricio Macri ya puede sonreír: la Legislatura le aprobó el Presupuesto porteño dos días después de que lo exigió. Claro que en el camino tuvo que ir soltando prácticamente todas las concesiones que pedían los opositores: debió incluir el aumento salarial y retirar el endeudamiento, además del uso de los dividendos del Banco Ciudad. La ley se sancionó con 26 votos del PRO y del espacio de Francisco de Narváez. En contra votaron 15 diputados de Proyecto Sur, el MST, el kirchnerismo y el socialismo. Lo que permitió que se destrabara la aprobación del Presupuesto –que estaba pendiente desde fines del año pasado– fue la abstención de los bloques de la Coalición Cívica, el peronismo, el ibarrismo, el radicalismo y el sabbatellismo, que sumaban otras 18 bancas.

El Presupuesto porteño tuvo un itinerario pedregoso: estuvo a punto de ser rechazado a fines del año pasado, cuando los macristas lo mezclaron con la negociación de cargos en el Consejo de la Magistratura porteño. La semana pasada intentaron de vuelta aprobarlo, pero la sesión debió pasar a cuarto intermedio. El martes, Macri se quejó ante los legisladores y reclamó que le aprobaran la ley. Al día siguiente, el presidente de la Comisión de Presupuesto, el macrista Alvaro González, reunió a los jefes de bloques opositores. Venía con varias prendas de cambio, entre ellas la decisión de incluir en el Presupuesto una inflación del 29,3 por ciento.

Al comienzo de la sesión de ayer, González repasó las modificaciones que, según admitió, “nos permiten estar sentados discutiendo el Presupuesto”. Entre ellas, también hay más dinero para salud, vivienda, para el Instituto Espacio para la Memoria. El Presupuesto, de 25.422 millones de pesos, destinará 2400 millones al aumento de salarios. Lo aplaudió profusamente una barra de Sutecba, que se instaló no sólo en las bandejas, sino dentro del recinto. Su función fue clara: abuchear a cada legislador opositor que anunciaba que se iba a votar en contra.

“A fines de 2009, Macri nos pidió que acompañáramos el endeudamiento del subte, que vino con una comisión enorme y una tasa del 12,5 por ciento. Esos fondos siguen en el banco. ¿Desde qué lugar nos vienen a pedir ahora aún nuevo endeudamiento?”, los cuestionó el legislador de la Coalición Cívica Sergio Abrevaya. “En el gobierno de Macri la subejecución es notoriamente sesgada: se da en educación y vivienda. En bacheo hay sobreejecución”, remarcó. Y anunció que su bloque –que se abstuvo en la votación en general– iba a pronunciarse en contra del artículo que permitía reasignar partidas (también conocido como “superpoderes”). El PRO festejaría más tarde al conseguir aprobarlos.

Martín Hourest advirtió que sacaron las ganancias del Banco Ciudad del Presupuesto “porque de Grindetti para abajo podían ir presos todos”. El legislador de Igualdad Social se dirigió principalmente al resto de la oposición: “¿Qué modificación concreta del Presupuesto tenemos en papel? ¿Qué garantía tenemos de que van a ejecutar esos fondos, prometidos para conseguir o alquilar votos?”, les preguntó. “Quienes cambien el voto respecto del 22 de diciembre del año pasado van a tener que estirar su imaginación para explicar por qué lo hicieron ante un Presupuesto que castiga a los de menores recursos”, advirtió Hourest.

–¡¡Andate con De la Rúa!! –le gritaron los hombres de Amadeo Genta, que también increparon al socialista Julián D’Angelo.

A Hourest le contestó también Diego Kravetz. “Nuestra posición en diciembre era negativa, porque el Presupuesto contemplaba el endeudamiento y no tenía previsto un aumento salarial. El Presupuesto de hoy ya no es el Presupuesto de Macri. La oposición logró transformarlo en un Presupuesto mejor. Tiene más dinero para vivienda de lo que quería el ingeniero Macri”, estimó el jefe del bloque peronista.

“No vamos a darle 25 mil millones de pesos a un jefe de Gobierno que está procesado por escuchas ilegales y que organizó un grupo de tareas para apalear indigentes”, lanzó el legislador del MST, Marcelo Parrilli, que planteó a los opositores: “Tenemos que votar todos negativamente”. “No me animaría a decir cómo tenemos que votar todos, como tampoco dije si me parecía correcto o no cuando su fuerza fue con las banderas a apoyar a la Sociedad Rural”, le respondió Gonzalo Ruanova, de Nuevo Encuentro.

En tanto, la barra de Sutecba ya volvía a la carga contra el jefe de la bancada de Proyecto Sur, Fabio Basteiro, cuando dijo: “No vamos a acompañar algo grotesco”. “No voy a aceptar un patrullaje ideológico”, retrucó Basteiro y fue aplaudido desde las bandejas opositoras. “Mirá cómo me aplauden a mí ahora”, le gritó “Murdock”, uno de los capos de Sutecba y el resto juntó sus palmas. Luego hizo un gesto cortante con la mano y los aplausos se terminaron.

El ibarrista Eduardo Epszteyn le pidió al vicepresidente primero, Oscar Moscariello, que pusiera orden. El macrista pidió tímidamente que no insultaran a los diputados. “El Presupuesto venía sin pauta salarial, porque había que chantajear a los legisladores”, lo toreó el diputado de Diálogo de Buenos Aires, que quiso saber si habían retirado el endeudamiento. González le respondió que la gestión PRO iba a necesitar una ley especial para aprobar la toma de nueva deuda. “Les recomiendo que no vuelvan a contratar a la misma consultora trucha de la última vez”, le respondió Epszteyn, en alusión a la empresa del ex PRO Edgardo Srodek, que se alzó con casi 10 millones de pesos. Cuando González le contestó, Eszpteyn le pidió una interrupción:

–Si ya sacaron el endeudamiento, ¿para qué discute? Sigue como soldado japonés después de que terminó la guerra –lo gastó.

–No soy soldado japonés. Soy soldado del PRO –dijo González. Nuevo aplauso de la barra de Sutecba, compuesta por empleados de la Legislatura.

“No tenemos las planillas. No sabemos las obras a las que quieren destinar el endeudamiento”, insistió el kirchnerista Juan Cabandié, que preguntó cuál era la fuente de la inflación que incluían en el Presupuesto. “Si hubiera una consultora privada, no diría el nombre, a ver si la multan”, le contestó González, que argumentó que la fuente era la recaudación porteña. La votación terminó temprano, sin ruido y los legisladores macristas pudieron festejar con pizza, aunque sin champagne.

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La Legislatura porteña, otra vez escenario de cruces entre oficialistas y opositores.
Imagen: DyN
 
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