EL PAíS › ARRESTARON AL REPRESOR DE LA ESMA GONZALO SáNCHEZ EN EL BALNEARIO DE ANGRA DOS REIS

Un prófugo hallado en una playa brasileña

El ex integrante de Prefectura conocido por sus víctimas como “Chispa” estaba en Brasil desde hace once años y trabajaba en un astillero como ingeniero naval. Fue encontrado a partir de un trabajo conjunto entre el Ministerio de Seguridad argentino y el brasileño.

El ex prefecto Gonzalo Sánchez, ex miembro del Grupo de Tareas 3.3 de la Armada durante la dictadura y uno de los cinco prófugos históricos de la megacausa ESMA, fue detenido el viernes en Brasil. “Chispa” u “Omar”, alias y nombre de cobertura con el que lo recuerdan sobrevivientes del mayor centro clandestino de detención de la Armada, fue localizado por Interpol en un balenario de Angra dos Reis, al sur de Río de Janeiro, luego de un trabajo conjunto con la policía de Brasil, según informó el Ministerio de Seguridad de la Nación. Con el represor detenido en Río, ya comenzó a tramitarse su extradición para que pueda ser juzgado por centenares de secuestros, tormentos y asesinatos.

A mediados de los ’70, con el grado de oficial ayudante en la Prefectura Naval, Sánchez fue destinado al sector “Operaciones” del GT 3.3, con el que participó del operativo en el que cayó asesinado el escritor y militante montonero Rodolfo Walsh. Recordado por decenas de sobrevivientes, su nombre formó parte de la causa ESMA desde el comienzo. Chispa estaba prófugo desde octubre de 2005 y tenía pedido de captura internacional ordenada por el juez federal Sergio Torres desde 2009.

La sobreviviente Graciela Daleo declaró en la causa que además de “Chispa” se hacía llamar “Omar”, que era arquitecto naval, miembro del sector “Operaciones”, y según sus propios dichos había integrado el GT 3.3 desde sus orígenes hasta principios de 1979, cuando iban a mandarlo a Galicia a supervisar la construcción de unos barcos que la Armada tenía previsto comprar en España. El prefecto Sánchez relató ante más de un secuestrado en plena dictadura los métodos que aplicaba la Armada para asesinar y desaparecer cuerpos. Luego de fugarse de la ESMA y antes de ser asesinado y expuesto allí como trofeo de guerra, Horacio Domingo Maggio hizo constar en una declaración por escrito que conocía gracias a “Chispa” los métodos navales para deshacerse de los cadávares. Al principio colocaban a varias personas en el interior de un automóvil y lo acribillaban a balazos para luego incendiarlo, le dijo el prefecto. Luego implementaron el ahorcamiento en la misma ESMA para después arrojar a los muertos al mar. Al tiempo de la fuga de Maggio, en 1978, se aplicaban los vuelos de la muerte. “Se les coloca una inyección (somnífero), se los envuelve en una lona y se los tira al mar”, contó el prefecto y escribió Maggio en abril de aquel año. La droga “los dejaba atontados pero conscientes”, le dijo a otra sobreviviente, Graciela García. Chispa también le dijo a Ma-ggio que los vuelos se hacían desde helicópteros y precisó que “los cuerpos eran tirados al mar en el sur, en zonas cercanas a dependencias de la Marina”. “En momentos de debilidad se les escapaba información”, explicó Maggio el motivo de la confidencia. Sánchez también integró las patotas que participaron del operativo frustrado para secuestrar con vida al escritor y militante montonero Rodolfo Walsh, según declaró Miguel Angel Lauletta, que presenció ese operativo.

La detención se concretó el viernes a la tarde en un balneario de Angra dos Reis, destino de buceadores, escala de grandes cruceros y una de las ciudades más afectadas por las inundaciones que hace tres años produjeron derrumbes y deslizamientos. Al momento de ser abordado por los policías, el ex prefecto se identificó con su nombre completo y se entregó sin oponer resistencia. El Ministerio de Seguridad, que conduce Nilda Garré, destacó que la localización y detención fue posible por el intercambio de información con sus pares de Brasil y por el trabajo coordinado entre Interpol Argentina e Interpol Brasil. El ex miembro del GT 3.3 vivía en ese país desde hace aproximadamente once años y trabajaba en un astillero como ingeniero naval. Desde el viernes permanece detenido en la Superintendencia de la Policía Federal de Río de Janeiro. Ahora comenzará el trámite de extradición. Cuando el Tribunal Supremo de Brasil la autorice, será entregado a las autoridades argentinas.

Sánchez logró burlar al Estado durante siete años y tres meses. Era uno de los cinco prófugos históricos de la megacausa ESMA. Los otros son el capitán de navío retirado Jorge Vildoza y los ex policías Roberto González, Juan Carlos Linares y Pedro Salvia. El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos ofrece recompensas de hasta 100 mil pesos a quienes brinden información que permita capturarlos.

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En la ESMA, Sánchez contó a los secuestrados los métodos que se usaban para asesinar y desaparecer cuerpos.
Imagen: Guadalupe Lombardo
 
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