EL PAíS › ENCUENTRO DE RADICALES PARA DISCUTIR SU PERFIL

El dilema de ser o no ser

“Aquellos dirigentes que se quieran ir a otro partido, que se vayan. Desde el radicalismo no pondremos reparos ni sanciones”, afirmó ayer el titular del Comité Nacional de la UCR, el mendocino Roberto Iglesias, cuando se le preguntó por aquellos radicales que aparecen muy cercanos al gobierno nacional. La definición de Iglesias se produjo al fin del encuentro que durante más de seis horas reunió en Pilar a una veintena de dirigentes partidarios, entre los que se destacaban además de Iglesias, la secretaria del partido, Margarita Stolbizer, y el ex presidente Raúl Alfonsín. Casi todos hablaron sobre el perfil que debe tener la UCR, a la vez que calificaron con duros términos al gobierno de Néstor Kirchner.

El cónclave, concretado en el hotel La Posta de Pilar, comenzó cerca de las 13. La mesa de almuerzo fue el escenario de las primeras conversaciones. “Hay que bajarle la expectativa al encuentro. Se trataba de recuperar un ámbito de diálogo entre quienes tienen importantes representatividades. No estaba previsto resolver nada y menos cuestiones de estrategia electoral. Esto se discutirá dentro de 15 días en una nueva reunión”, dice Stolbizer a este diario al analizar las conclusiones de la cumbre de Pilar.

Fue Iglesias quien realizó la primera intervención de la tarde. Allí quedó en claro que no se hablaría sobre las posibles sanciones disciplinarias a los diputados que votaron junto con el Gobierno el proyecto de reforma al Consejo de la Magistratura. El titular del Comité Nacional informó que el tema está siendo tratado en un ámbito específico: la Convención Nacional. Algo que revalidó el propio presidente de la convención, el santafesino Adolfo Stubrin.

Del cónclave participaron los titulares de los dos bloques nacionales de legisladores: el diputado Fernando Chironi y el mendocino Ernesto Sanz, el titular de la UCR porteña Jesús Rodríguez, Ricardo Gil Lavedra, el vicegobernador del Chaco, Eduardo Moro, el diputado Angel Rozas, el titular del Comité Provincia de la UCR, el intendente de Saladillo, Carlos Gorosito, y Pablo Verani, entre otros.

Alfonsín fue muy duro con el Gobierno, fundamentalmente en su crítica contra la reforma del Consejo de la Magistratura. Al igual que el resto de los oradores, fue contemplativo con aquellos gobernadores e intendentes radicales que tienen que convivir con la Casa Rosada. En buen romance, se afirmó que no se les puede pedir a ellos que sean la proa de la discusión de la UCR con el Gobierno. “Somos respetuosos de la relación institucional”, ratificó Stolbizer en diálogo con Página/12.

El perfil del radicalismo fue el tema excluyente. El chaqueño Angel Rozas estuvo entre los más críticos. No dudó en calificar al Gobierno como “conservador, populista y de derecha” y puso el acento en la necesidad de construir una alternativa política al kirchnerismo. Para los radicales, Kirchner ya eligió un enemigo con el que discutir y rivalizar, y ese enemigo es la derecha. Por ello analizan que apostará a la destrucción de todas las fuerzas políticas que puedan pararse en la vereda del centroizquierda, lugar en el que ellos pretenden ubicar a la UCR.

“El Gobierno tiene una estrategia de seducción y cooptación de casi todos los dirigentes. Intenta socavar el sistema de partidos cuando apuesta a un bloque de centroderecha y otro de centroizquierda. Cada vez que habla de los partidos los califica como corporaciones”, concluyó Stolbizer. Dentro de 15 días, comenzarán a discutir una estrategia electoral y allí sí surgirán diferencias.

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El presidente de la UCR, Roberto Iglesias, fue duro.
Imagen: Gentileza Diario Los Andes
 
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