EL PAíS › CRISTINA FERNANDEZ ASUME LA PRESIDENCIA TRAS EL LANZAMIENTO DEL BANCO DEL SUR

Un respaldo que llega en bloque

La hasta ahora primera dama jura hoy como nueva presidenta de la Nación. Ayer tuvo su bautismo de fuego en un acto donde los presidentes de Brasil, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Paraguay firmaron junto a Kirchner la creación del primer banco regional. Hubo profusos elogios mutuos y discursos de fuerte contenido ideológico.

 Por David Cufré

“Yo ya fui. Ahora le toca a Cristina”, dijo Néstor Kirchner desde el atril del Salón Blanco de la Casa Rosada para cerrar su participación en el último acto de gestión de su gobierno. Así de simple resultó su despedida como presidente. Su esposa, quien hoy lo sucederá en el cargo, prácticamente debutó en funciones encargándose de clausurar el acto de lanzamiento del Banco del Sur, que por ese simbólico traspaso de mando anticipado y por la vibrante declaración de los jefes de Estado presentes de compromiso con la integración sudamericana terminó por convertirse en un evento histórico. “Ni en mis noches ni en mis días más fantasiosos podía imaginar esto”, le devolvió Cristina Fernández. El brasileño Lula da Silva, el venezolano Hugo Chávez, el boliviano Evo Morales, el paraguayo Nicanor Duarte Frutos y el ecuatoriano Rafael Correa le respondieron con un aplauso cerrado.

El proyecto del Banco del Sur al que le costó –y todavía le cuesta– materializarse quedó al final del acto con una jerarquía política impensada apenas días atrás. La iniciativa pasó a condensar la voluntad de las naciones asociadas por profundizar su alianza y llevarla a un plano de primera relevancia. “El Banco del Sur abre un proceso de emancipación financiera, nos abre el camino a la liberación política”, interpretó Duarte Frutos. Uno a uno, los seis presidentes que participaron de la fundación del organismo financiero –el uruguayo Tabaré Vázquez firmará hoy– y también Cristina lanzaron ideas y propuestas para hacer crecer la unión regional.

Evo Morales, el primero en exponer, planteó que el Banco del Sur debería dar paso a la creación de una moneda única sudamericana. Fue la primera ovación de la noche, después de la entrada de los presidentes al Salón Blanco. Más tarde, Correa adhirió a la iniciativa y mencionó que debería trabajarse “en la moneda común sudamericana y ojalá que latinoamericana”. El mandatario ecuatoriano sugirió también crear un Fondo del Sur, integrado por la suma de las reservas internacionales que los países de la región tienen depositadas en las naciones del primer mundo, para que ese dinero sirva para prestar ayuda financiera a los socios del subcontinente. Son 250.000 millones de dólares, según precisó.

Lula propuso la creación de un Fondo de Estabilización Sudamericano que sirva como prestamista de última instancia de los países del bloque que sufran circunstanciales crisis de pago. Vendría a asumir de ese modo la función que supuestamente debería cumplir el FMI. Cada una de esas iniciativas demuestra la distancia que tomaron las naciones de la región del organismo que marcó sus políticas económicas a lo largo de la década pasada. Correa se refirió a esa etapa como “la larga noche del neoliberalismo”. “Estamos en un cambio de época”, evaluó. Su diagnóstico fue compartido por todos los presidentes.

El mandatario de Brasil destacó los avances hacia un sistema de pagos de las operaciones de comercio exterior entre su país y Argentina en moneda local –peso y real–. Chávez, por su parte, coincidió con Correa en que “llegó la hora de empezar a traer las reservas que tenemos depositadas en el exterior”.

Entre medio de esas definiciones, los presidentes aprovecharon para manifestar de un modo inusualmente potente su respaldo hacia los demás. Fueron expresiones de apoyo político destinadas a trascender fronteras adentro de cada nación. El más respaldado resultó Morales, quien atraviesa un momento político difícil en su país. Cristina sostuvo que “representa a Bolivia como nadie”. Lula fue todavía más enfático: “Evo es lo más extraordinario que nos ha sucedido en Sudamérica. Nadie refleja más que él la cara de Bolivia”.

Kirchner, quien recibió los saludos más efusivos por su despedida como presidente, fue especialmente caluroso con Chávez y Lula. Al primero le dijo que la Argentina estará “eternamente agradecida por la solidaridad de Venezuela. Esta es tu tierra”. Y a su par brasileño le recordó el día que se conocieron, en Brasilia. “Fui allá después de haber sacado el 22 por ciento de los votos, sin saber si me darían la segunda vuelta, en un avión alquilado. Y había algunos técnicos de la Cancillería que me decían, tenemos que pelearle el liderazgo regional a Brasil. Esa manera de pensar forma parte del pasado”, enfatizó.

Lula, minutos antes, le había dedicado a Kirchner un saludo especial. “Fue un placer gobernar Brasil cuando vos gobernabas la Argentina”, le dijo. “No existe la posibilidad de salidas individuales. O resolvemos las asimetrías en la región, con una política diferenciada para países como Bolivia, Ecuador, Paraguay y Uruguay, o la integración será sólo parte de discursos electorales”, remarcó después. Al menos públicamente, Lula también hizo un gesto de respaldo a Chávez. “No existen disputas entre nosotros”, aseguró, pese a que buena parte de la dirigencia brasileña objeta el ingreso de Venezuela como socio pleno del Mercosur.

Sobre el Banco del Sur, Lula indicó que es una iniciativa que “servirá para financiar proyectos en sectores claves de la economía, infraestructura, ciencia y tecnología y para la reducción de las asimetrías en la región”. Después que Venezuela y Argentina firmaron el acta constitutiva de la entidad a fines de febrero pasado, Brasil tardó varios meses en decidir su apoyo al proyecto. En un principio había decidido quedarse al margen. Algunos lo interpretaron como una forma de darle la espalda a una propuesta de Chávez. Sin embargo, la mayor potencia sudamericana resolvió adherir para no perder espacios de liderazgo en la región.

Chávez bromeó con el reciente hallazgo de reservas de petróleo en Brasil. Dijo que Lula es el “jeque del amazonas”. “Nuestros países tienen reservas de petróleo. Pero en muchos casos no podemos sacarlo porque nos falta financiamiento para las inversiones. Esa es la función que cumplirá el Banco del Sur”, ejemplificó. Para Duarte Frutos, la entidad financiera “es un toque de atención para los países dominantes”. En el acta constitutiva se expresa la invitación a todas las naciones que conforman la Unión Sudamericana para sumarse a la iniciativa. Chile analizó hasta último momento su incorporación, pero lo dejó para más adelante. Algo similar ocurrió con Colombia.

“El banco tendrá por función financiar proyectos de desarrollo en sectores claves de la economía, orientados a mejorar la competitividad y el desarrollo científico y tecnológico”, sostiene el acta fundacional. Luego dice que financiará “proyectos de desarrollo en sectores sociales para reducir la pobreza y la exclusión social, así como financiará proyectos que favorezcan el proceso de integración sudamericana y creará fondos especiales de solidaridad frente a emergencias naturales”. Kirchner remarcó la importancia de haber avanzado con este proyecto. Y antes de despedirse, anticipó: “Claro que no me voy a jubilar”.

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Para Néstor Kirchner, la firma conjunta del Banco del Sur representó su último acto oficial: “Yo ya fui”, dijo en su discurso.
 
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