EL PAíS › CONDENAN A MONZER AL KASSAR A CINCO AÑOS DE PRISION

Una pena recibida a la distancia

 Por Irina Hauser

Con un delay de diecisiete años, la Justicia argentina condenó ayer al traficante de armas sirio Monzer al Kassar a cinco años de prisión por las irregularidades con las que consiguió documentos, pasaporte y ciudadanía argentina en tiempo record durante el menemismo. El oscuro personaje, que a comienzos de los ’90 obtuvo cobijo en estas tierras mientras una decena de países lo vinculaban con el narcotráfico y el contrabando de armas, recibió la sentencia a la distancia, ya que está preso en Estados Unidos, donde le esperan treinta años de encierro. La nueva pena se sumaría con posterioridad y para que la cumpla debería ser extraditado, explicaron en Tribunales.

Al Kassar, de 63 años, fue condenado por el juez subrogante Marcelo Martínez de Giorgi, con el impulso del fiscal Carlos Rívolo. La causa judicial tiene tantos años –se inició en 1992– que tramita con las normas procesales antiguas y el enjuiciamiento está a cargo de un único magistrado. No fue exactamente un juicio en ausencia, ya que siempre, donde fuera que estuviere, se mantuvo “sometido a la jurisdicción” de la Justicia argentina. Incluso Martínez de Giorgi viajó este año a Estados Unidos para hacerle una “entrevista de conocimiento personal”, un paso obligatorio en el viejo esquema de juicio. Cuando lo visitó en la cárcel de máxima seguridad de Eftill, en Carolina del Sur, el juez se sorprendió al ver muy poco cambiado al enigmático hombre que, una vez más, se jactó de su amistad con Amira Yoma y de los favores de Carlos Menem. A ellos les debía, dijo, el trámite de sus documentos argentinos, que consideró totalmente normal, sólo que acelerado.

Según se puede leer en la condena que le adjudica el delito de falsedad ideológica, el problema no fue la velocidad para conseguir los documentos. Por empezar, mintió para que lo reconocieran como residente: dijo que no tenía antecedentes penales, cuando en realidad al menos había sido detenido en Inglaterra en 1974 por posesión de drogas y fue condenado en Francia a ocho años de prisión. Pese a eso, le dieron DNI, cédula y pasaporte para extranjeros. En 1992, para conseguir la ciudadanía, presentó un contrato falso de compromiso de compraventa de tierras en Mendoza que había firmado con una empresa que resultó inexistente. En esa maniobra su cómplice fue Abdon Azur, condenado a tres años de prisión en suspenso.

El menemismo le facilitó aquellos documentos en tiempos en que España le impedía regresar a su palacete en Marbella como ciudadano sirio. Al Kassar fue acusado de proporcionar armas al Frente Popular para la Liberación Palestina en la toma del crucero “Achille Lauro”. Estados Unidos, Canadá y Austria lo habían declarado persona no grata, había sido expulsado de Francia, Italia y Alemania, y lo investigaban otros tantos. En junio de 2007 fue extraditado a Estados Unidos, acusado de proveer armas a las FARC, participar en asesinatos, traficar drogas y lavar dinero.

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