SOCIEDAD › ESTRENO EN LA ONU DE UNA OBRA SOBRE EL CASO MARITA VERON

Teatro contra la trata

La pieza está inspirada en la historia de Susana Trimarco, la madre de la chica secuestrada. La dirige una argentina y será presentada en Nueva York el día de no violencia contra la mujer.

Una obra de teatro inspirada en la historia de Susana Trimarco, madre de Marita Verón, y dirigida por una argentina, se estrenará el martes en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, como eje de la celebración del Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, será parte del selecto público. La pieza aborda distintas caras de la violencia de género como la trata para la explotación sexual –en cuyas redes desapareció la joven tucumana– y los malos tratos y las palizas en el seno del hogar; y a la vez denuncia las complicidades que la apañan, como la corrupción policial, la mirada esquiva de la Justicia y la indiferencia de las autoridades para combatirla. “Queremos que la obra inspire a los líderes mundiales para hacer de la lucha contra la violencia de género una prioridad en sus países”, contó Jimena Duca, directora de la obra, en diálogo con PáginaI12. El mensaje, finalmente, es esperanzador: plantea que hasta un drama –como el que vive Trimarco y su esposo en la larga búsqueda de su hija– puede ser el disparador de un cambio social.

La pieza teatral se llama Mika, en homenaje a Micaela, la hija de Marita Verón, que tenía 3 años cuando su mamá fue secuestrada por una red de tratantes, el 3 de abril de 2002, en la ciudad de Tucumán. Hoy Micaela tiene 9 años.

La obra no está situada en ningún lugar en particular. “Puede ocurrir en cualquier país”, apuntó Duca. Pero las historias que se entrecruzan en Mika recrean hechos reales sucedidos en la Argentina, reconoce la joven directora. Duca tiene 33 años y es integrante de la compañía internacional Tiyatroglobal, un grupo con base en Nueva York, formado por artistas de distintos países comprometidos con temas sociales y el respeto de la diversidad. Nacida en La Plata, Duca vive en Nueva York desde 2003: la crisis de fines de 2001 definió su partida. Su esposo, científico, muy golpeado laboralmente por la debacle de aquellos años, obtuvo una beca en la Universidad de Columbia. Así los dos dejaron la Argentina. Hoy viven en Manhattan.

La artista platense se recibió de licenciada y profesora en Artes del Espectáculo en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y paralelamente estudió actuación con Raúl Serrano. Ya instalada en la Gran Manzana, a mediados de 2007 recibió una invitación sorprendente: la consejera en temas de género del secretario general de Naciones Unidas, Rachel Mayanja, le propuso sumarse a la campaña mundial lanzada por la ONU contra la violencia hacia las mujeres. En el encuentro –recordó a este diario Duca– Mayanja le planteó que en el marco de esa cruzada global, Ban Ki-moon en febrero de 2008 había hecho un llamamiento para sumar a artistas –además de políticos y deportistas– a involucrase en la lucha contra ese flagelo que afecta, se estima, a una de cada tres mujeres en el planeta.

La obra es el resultado de una creación colectiva. Duca pasó varios meses realizando una amplia investigación en la prensa argentina sobre hechos de violencia de género: así topó sus ojos y su corazón en la historia de María de los Angeles “Marita” Verón. Entrevistó largamente a su madre y se puso en contacto con quienes trabajan en la Fundación María de los Angeles, que dirige Trimarco, en Tucumán, donde se brinda asistencia y refugio a mujeres víctimas de trata. Mika no es un documental, aclara Duca. La obra se inspira en la lucha de los padres de Marita, Susana y Daniel, pero no la refleja literalmente. “Se trata de un matrimonio, cuya hija desaparece a manos de mafias de la trata para la explotación sexual, y hay otras historias secundarias que se cuentan”, explicó. Entre esas historias que se entrelazan aparece la de una joven que pide ayuda a través de un canal de televisión porque su ex pareja, de quien se había separado después de soportar varios años una relación violenta, amenazaba con matarla. Y el mismo periodista que anuncia aquella noticia, da meses después el anuncio de su femicidio: el ex esposo finalmente termina asesinándola. El caso está tomado también de un hecho de la vida real: ocurrió en agosto último, en Tucumán. La mujer tenía 27 años, se llamaba María del Carmen Pérez: en abril llegó a suplicar ayuda a través de la pantalla de un canal local para “no aparecer en la tapa de los diarios luego de ser descuartizada”. Había hecho varias denuncias por amenazas ante la policía y la Justicia. En ninguno de estos ámbitos lograron protegerla. Duca conoció esta noticia por televisión. “Me dio escalofríos verla”, recuerda.

“Si los líderes escuchan pueden impulsar cambios para terminar con la violencia que afecta a las mujeres en todo el mundo”, sostiene Duca. La obra se entrecruza permanentemente con el cuento de Caperucita Roja: “Es lo más parecido a la historia de un secuestro de una mujer: el lobo es el tratante, el cazador, quien la libera”, señala Duca. La obra cuenta la historia de un policía corrupto, que protege las redes de tratantes (cualquier parecido con la realidad...), que además le pega a su esposa en su hogar. Y dos títeres representan a los niños; una nena, a Mika, y un nene, al hijo del uniformado. “Es para los chicos que queremos cambiar el mundo, y erradicar la violencia de género. Nuestros hijos están viendo todo y lo absorben todo como esponjas, la violencia, las buenas acciones”, añade Duca.

Mika está escrita en inglés. Uno de los pocos tramos en que se escucharán voces en español será cuando el elenco cante una estrofa de la canción de Víctor Heredia Todavía cantamos, en el marco de una protesta popular, para reclamar a las autoridades medidas para que aparezca la joven desaparecida. Y es la estrofa que dice “por un día distinto/sin apremios ni ayuno/sin temor y sin llanto y/ porque vuelvan al nido/ nuestros seres queridos”.

En la escritura de la obra participaron además de Duca, Helen Richardson (dramaturgista), Erin Courtney y Scott Adkins (escritores), Gabriel Gutiérrez, Brent Werzner, Anastacia Vincent, Sade Namei, Eunmi Hwang, Lorenzo Montanini (actores), Tara Gladden, David Gladden y Hallvadur Aggerson (músicos).

Mika se estrenará el martes 25, Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, a las 18.30 –hora de Nueva York– en una de las salas del edificio de la ONU, en la 1ª Avenida y la calle 46, frente a un público selecto: sólo se podrá ingresar con invitación, y el anfitrión será el propio Ban Ki-moon, secretario general de la ONU. Ese día comienza una campaña internacional de 16 días de activismo contra la violencia de género, que culmina el 10 de diciembre, con la celebración del 60º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Este año, la campaña está dedicada, además, al reclamo por el avance de los derechos humanos de las mujeres. Mika se repetirá en la sede de la ONU el 1º de diciembre, Día Internacional de Lucha contra el Sida, y un día después, en el Consulado argentino en Nueva York, con entrada abierta al público.

Al salir de ver la obra, los espectadores se encontrarán con una exhibición de fotos realizadas por el estadounidense Ron Nicolaysen, de víctimas de trata rescatadas de prostíbulos en la Argentina. “Ojalá que podamos llevar Mika a la Argentina y particularmente a Tucumán: sería un sueño para nosotros”, contó Duca.

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Imagen: Télam
 
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